Aceite de oliva: alerta máxima

17/04/2020

Por Ana I. Sánchez, periodista agroalimentaria

El sector oleícola vive la campaña más convulsa que se recuerda de las últimas décadas. Tras un ejercicio 2018-2019 en el que se alcanzó una producción histórica, cercana a 1,8 millones de toneladas de aceite de oliva, y se inició la caída libre de los precios, la 2019-2020 arrastra la herencia de la anterior y suma nuevos factores de desequilibrio, como los aranceles a la exportación de aceite de oliva a Estados Unidos, un mecanismo de almacenamiento privado que no ha resultado efectivo y una reforma de la PAC en ciernes, que amenaza con recortar el 14% de las ayudas actuales.


Es precisamente en este contexto, con precios mantenidos durante meses por debajo de costes de producción y en el entorno de los dos euros por kilo, que el sector olivarero en su conjunto se ha echado a la calle, declarándose en “estado de movilización permanente” hasta que no se adopten medidas que reviertan la situación. En consecuencia, y desde el 10 de octubre del año pasado, las organizaciones ASAJA, COAG, UPA, junto a Cooperativas Agro-alimentarias, en Andalucía, e Infaoliva, en determinadas provincias, protagonizan movimientos reivindicativos que comenzaron en Madrid y se han generalizado en el campo español, haciéndose fuertes en el sur de España y muy especialmente en Jaén, epicentro de la producción oleícola mundial.

Hacía 30 años que el sector oleícola no protagonizaba una oleada de protestas como las que las últimas semanas han sacado miles de tractores a las carreteras, cortado vías principales de comunicación, generalizado solidaridad en torno al lazo verde, emblema de la causa, o paralizado la actividad en instituciones públicas y privadas de los 97 municipios de Jaén.

Editorial Agrícola Conocer la agricultura y la ganadería Libros Agrigultura Ganadería Más que máquinas WEB TV