31/01/2019
La campaña se ha prolongado durante 101 días en los que la lluvia ha sido la protagonista, condicionado los rendimientos de producción obtenidos por los socios, con un descenso generalizado que se sitúa por debajo de las 90 toneladas por hectárea como consecuencia de las intensas precipitaciones de primavera. Y es que éstas causaron importantes retrasos en las siembras y, por tanto, una disminución del ciclo de la planta en la tierra. De hecho, de las 11.300 hectáreas que contrató la Cooperativa, alrededor de 1.000 no se pudieron sembrar.
A ello se une incidencia de enfermedades, como la cercospora, durante el verano. Como consecuencia, la raíz de la remolacha azucarera tuvo que producir hojas nuevas en detrimento de sus reservas de azúcar, lo que ha provocado que la riqueza obtenida esta campaña, de 16,84 grados, sea inferior a la polarización de años anteriores (18,05 grados en la campaña 2017-18 y 17,49 grados en la 2016-17). Entretanto, la lluvia también afectó a la molturación en la fábrica azucarera de Olmedo, que comenzó el 22 de octubre, puesto que dificultó el arranque de la remolacha y su traslado a la fábrica.
De los 101 días de campaña se han acumulado precipitaciones en 27 jornadas, días en los que el trabajo en el campo registra mayores problemas. De esta forma, el descuento medio se ha situado en 11,18%, superior al de años anteriores (9,42% en el ejercicio anterior). Como medida para minimizar los perjuicios económicos derivados de este tipo de situaciones, en su última Asamblea General la cooperativa aprobó constituir un fondo de reserva voluntario, que se nutrirá en las sucesivas campañas.
El azúcar blanco producido se almacenará en los tres silos de los que dispone ACOR al sumar uno más en esta campaña, con capacidad para 70.000 toneladas de azúcar. En total, la cooperativa puede retener 190.000 toneladas de azúcar para su venta a lo largo del año lo que mejorará su posición en el mercado internacional.