Microsul 40S, azufre procedente de microorganismos para microorganismos del suelo

23/06/2021

La utilización de azufre en la agricultura ha tenido siempre una gran importancia tanto desde el punto de vista de la nutrición como de la protección del cultivo. El azufre es necesario para reducir la alcalinidad (pH), equilibrar la conductividad eléctrica reduciendo la concentración de sales en el suelo, incrementar la microbiota y desbloquear nutrientes como el fósforo. Además, juega un papel esencial al ser una solución sostenible y compatible con la agricultura ecológica.


El azufre es un nutriente indispensable para el desarrollo de la planta, que lo absorbe en forma de sulfato. La problemática de la aplicación de sulfatos directamente al suelo es que son altamente solubles, y se pierden rápidamente por lixiviación con los riegos o lluvia. Sin embargo, el azufre elemental es totalmente insoluble en agua, y es transformado lentamente en sulfato por la microbiología naturalmente presente en el suelo.
En los últimos años, la utilización del azufre ha cobrado mayor protagonismo, ya que su deficiencia en el suelo se manifiesta con mayor frecuencia, por lo que su aportación es fundamental.

El Microsul 40S es una de las más novedosas soluciones que se encuentran en el mercado. Creado por el equipo de I+D+i de Afepasa, la mayor fábrica de azufre agrícola de la UE, Microsul 40S se basa en una alta presencia de azufre SULTECH que, por su origen microbiológico y muy diferente estructura cristalina (Foto 1) es más fácilmente transformado a formas asimilables por la planta, y tiene efectos bioestimulantes, mejorando y revitalizando el suelo.

El azufre SULTECH es un azufre elemental obtenido de procesos de reciclaje y recuperación de origen microbiológico, por tanto considerado como de economía circular que destaca por sus beneficios en la fertilidad de los suelos. ¿Cómo actúa? El formulado de Afepasa es asimilado mucho más rápidamente que cualquier otro azufre de origen mineral por las Thiobacterias del suelo, que lo transforman en sulfato (con una capacidad muy alta de bajar la concentración de sodio en el suelo) y liberan protones de hidrógeno (que lavan cloruros y pueden bajar el pH del suelo). A su vez, las Thiobacterias generan exudados orgánicos que servirán de alimento a otros microorganismos naturalmente presentes y útiles para las raíces, lo que se traduce en un enriquecimiento progresivo del suelo.

Este formulado es fundamental para cultivos ubicados en zonas con alta salinidad, sódicos o con alta alcalinidad.

Foto 1. Diferentes tipos de azufre elemental vistos con microscopio electrónico.

Ensayos

El primer ensayo que vamos a mencionar de Afepasa se realizó en Roquetas de Mar, Almería, en cultivo de pepino holandés, de invernadero y con riego por goteo. Los objetivos eran comprobar la efectividad de Microsul 40S como corrector de la salinidad del suelo y su influencia en la producción final. Para ello, se siguieron dos tesis. Por un lado, la estrategia de abonado en convencional del agricultor y, por otro, la misma estrategia del agricultor más cuatro aplicaciones a través de riego de 7 L/ha de Microsul 40S. El resultado, una media de un 17% menos de frutos perdidos por abortos, y un mejor engorde de frutos, (Foto 2), que en términos de rendimiento suponen un 4,3% más en los dos meses siguientes a las aplicaciones. Esto se consiguió gracias a una notable bajada de sales del suelo, con una disminución media de un 30% de la conductividad eléctrica en el suelo, reduciéndose muy notablemente el contenido de sodio y cloruros tanto en suelo como en analítica foliar.

Foto 2. Ejemplo de fruto viable (dcha) y perdido (centro) en entrenudos seguidos en la planta.

En otro ensayo, en este caso en coliflor al aire libre, en el Campo de Cartagena (Murcia), se trataba de un suelo con un grave problema de salinidad por el aporte constante en el agua de riego. Se realizan dos tesis. La primera, un control con una estrategia habitual de fertilización pobre en abonos nitrogenados (debido a las restricciones por la legislación del Mar Menor) y la otra, con la misma estrategia añadiendo dos aplicaciones de 8 L/Ha de Microsul 40S. El resultado fue un aprovechamiento del 8% superior de piezas dentro del calibre, con un desarrollo más homogéneo del cultivo, que incluso conseguiría reducir de cuatro a tres las entradas a recolección. De forma similar al ensayo anterior, este mejor desarrollo del cultivo, se debió a una bajada de la conductividad eléctrica del suelo de un 12,7%, por disminución de la concentración de sodio y cloruros (Tabla 1).

Los resultados del tercer ensayo también fueron muy positivos. Se realizó en calabacín también bajo invernadero, en Campo de Cartagena (Murcia) con el objetivo de comprobar la eficacia de Microsul 40S como corrector del suelo, corrigiendo las condiciones de caliza y salinidad presentes. Entre los resultados, hay que destacar una reducción de conductividad eléctrica en un 40%, que se traduce en una mejora de las condiciones de cultivo, y cortes más homogéneos.

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