05/03/2019
De los fastos celebrados el pasado mes de junio para conmemorar el 40 aniversario de la Asociación Española de Fabricantes-Exportadores de Maquinaria Agrícola y sus Componentes (Agragex) se pueden sacar varias conclusiones. Una, como es obvio, es el éxito cosechado por una asociación conformada por empresas de varios tamaños a las que une un denominador común: la exportación. Arropada por una gran representación de ellas, Agragex festejó su cumpleaños con la certeza de haber sido, durante todo ese tiempo, una de las principales ayudas de sus asociadas a la hora de poner el otro pie fuera de nuestras fronteras.
Otra de las conclusiones obedece al protagonismo merecido de tres de esas empresas, RKD, Gepaval e Ingenierías y Montajes Monzón (Grupo Tatoma), que fueron las receptoras de los primeros premios Agragex, otorgados por la Asociación.
“El principal motivo que nos llevó a crear estos premios fue, tal vez, el ver de manera recurrente, año tras año, a todas las Administraciones, grandes y pequeñas, premiar siempre a las mismas, las multinacionales”, confiesa el director general de Agragex, Jaime Hernani. “Por eso decidimos dar otro paso en favor de las pequeñas, medianas y muy pequeñas empresas, esas que hacen un gran trabajo en la creación de empleo y riqueza para nuestro país pero que siempre son las grandes olvidadas de las Administraciones a la hora de premiar una labor, una trayectoria, una inversión, un buen hacer”.
RKD
RKD Irrigación fue merecedora, para Agragex, del premio ‘Exportación sin límites’. “Pensamos que se han basado un poco en el atrevimiento de visitar y poner interés en ciertos países por sus particularidades de lejanía, inseguridad, difícil trato o incluso pequeño tamaño. La verdad es que RKD apuesta no solo por los mercados clásicos sino que se deja llevar por sensaciones sobre países que pensamos que a futuro pueden tener una demanda creciente que nos permita crecer junto a ellos de una manera sostenida pero sólida. Algunos ejemplos de mercados especiales en los que hemos conseguido presencia son Iraq, Sudán, Irán, Libia, Somalia, Yemen, Kirguistán, etc.”, señala el gerente de la compañía, José Gómez. Jaime Hernani le da la razón: “RKD también tuvo claro desde el principio la exportación. Tenían que darse a conocer cuando el sector del pivote estaba en manos americanas y francesas. Muchos viajes, muchísimos viajes, han posicionado a esta empresa de Valladolid como un referente mundial del riego por pivote”.
Los sistemas de riego de RKD, que empezaron a desarrollarse en Barcelona en 1981, están estrechamente ligados al cierre de la empresa Humet, por aquel entonces la principal empresa española –e incluso europea- del sector del riego. Más tarde, RKD se trasladó a Valladolid, desde donde se asentó en la fabricación de pivotes para los mercados nacional, portugués e italiano, y se animó a dar el salto a Sudamérica. Argentina y Chile se convirtieron pronto en importantes países para la firma, que siguió creciendo y se mudó a unas instalaciones más potentes en La Cistérniga (Valladolid) en 1998. Hoy en día, RKD cuenta con una facturación en la que el 70% procede de la exportación.
“Nuestros equipos destacan principalmente por su calidad y robustez, diseñados para trabajar en zonas difíciles, con desniveles importantes y para cualquier tipo de cultivo. Además, están construidos con componentes de la máxima calidad, componentes de marcas reconocidas, tanto europeas como americanas, que dan una alta fiabilidad a nuestros equipos de riego”, defiende Gómez. “Esta filosofía de fabricación nos hace ganarnos la confianza de agricultores profesionales y exigentes tanto en mercados de una campaña como los europeos, como en mercados de África donde los equipos trabajan durante más de 10 meses al año sin necesidad de un mantenimiento muy elevado”.
Flexibilidad, cercanía y rapidez de respuesta son las claves del éxito de RKD para su gerente, que ve en la internacionalización la verdadera llave del crecimiento: “El tiempo nos ha dado la razón y nos ha demostrado que, si nos hubiéramos centrado únicamente en el mercado nacional, en estos momentos estaríamos agonizando y sobreviviendo en un mercado de cercanía y de mantenimientos. La internacionalización nos permite mejorar, crecer, invertir, desarrollar, investigar, hacernos más fuertes y poder atender mejor el mercado español por una mayor experiencia, y además crear riqueza en el país y en la región que nos vio nacer”, afirma Gómez.
Gepaval
“El caso de Gepaval es el claro ejemplo de que, si lo quieres, lo puedes conseguir”, asegura Hernani sobre la compañía que puso en marcha en 1954 Luis Valmaña, padre del actual director, Jordi Valmaña. Su especialidad suele llamar la atención: espantapájaros automáticos – también llamados ahuyentadores de aves. “Cuesta encontrar un producto más singular, pero con tesón, con responsabilidad y mucho sacrificio han conseguido posicionarse en todo el mundo como un referente en los equipos de protección de cultivos”, señala el presidente de Agragex.
Ubicada en la zona arrocera de Pals (Girona), el nacimiento de Gepaval fue consecuencia de la acuciante necesidad de dar con algún producto que ayudara a espantar a los pájaros que dañaban los arrozales del entorno. “De un modo al principio bastante artesanal –explica a esta revista el Export Manager de la compañía, Jordi Bonay- se empezaron a fabricar las primeras unidades, que en los comienzos funcionaban con gas acetileno. Más adelante, y debido al éxito que tuvieron, cuando era un producto que se vendía en toda España, fuimos desarrollando nuevas mejoras que culminaron en el año 1980 con un nuevo sistema que funcionaba esta vez con gas butano o propano, y que da ya el impulso definitivo a la época de exportación y de expansión a nivel primero europeo y luego mundial”.
Los espantapájaros automáticos de Gepaval “destacan por ser un producto muy eficaz, fiable, de fácil manejo y con un precio asequible”, asegura Bonay. ¿Qué les diferencia de los de la competencia? “La calidad”, señala el responsable de exportaciones de la compañía. “Desde hace muchos años, Gepaval ha optado por incrementar la calidad intentando mantener los precios, y a día de hoy podemos garantizar unos productos con un excelente funcionamiento y una relación calidad-precio imbatible en el mercado”.
Su apuesta por la exportación, desde que hace 27 años se incorporara a Agragex, le ha servido ahora para recibir el premio ‘Tenacidad’. “Nuestra constancia y empeño en abrir mercados internacionales a pesar de ser una empresa muy pequeña en sus inicios han sido claros desde el primer momento, y seguramente gracias a esta insistencia, a día de hoy podemos decir que nuestros productos están en más de 45 países y son reconocidos a nivel mundial”, señala Bonay.
Montajes Monzón (Grupo Tatoma)
Según Jaime Hernani, “Tatoma es una empresa que siempre vio clara la exportación como la salida y el crecimiento natural. Los primeros años fueron difíciles, pero de la mano de Agragex empezaron atacando el mercado francés. Hoy son un referente en su producto, una empresa sólida y muy bien posicionada en los mercados exteriores. Su producto [sistemas de mezcla para ganadería], muy grande de tamaño, era un hándicap por el elevado coste del transporte y, por eso, dieron el paso de la implantación exterior”. Y de ahí, a recibir el premio a ‘otra forma de exportar’ de Agragex.
La compañía, asentada desde sus inicios en Monzón (Huesca), tiene su origen en las dos familias que en 1971 dieron nombre los Talleres Torres-Martí, más conocidos como Tatoma. Actualmente, el peso de la empresa recae sobre la segunda y tercera generaciones del clan, y sus desvelos se reparten entre el sector ganadero, con los sistemas de mezclas; la logística, con la fabricación de contenedores principalmente para los ámbitos del automóvil y de la alimentación; y el sector servicios de mantenimiento y montajes mecánicos, “sin perjuicio de otras oportunidades de negocio que puedan surgir”, como apunta el actual director ejecutivo, Fernando Torres.
“En nuestro caso, cada crisis ha sido un estímulo para buscar otros productos y otros mercados que nos permitiesen superarla y garantizase la continuidad de la empresa”, rememora Torres. “En la crisis del petróleo decidimos buscar un producto en el sector primario, puesto que vimos que estos mercados estaban funcionando bien sin sufrir el deterioro del otros sectores industriales”. Fruto de esta búsqueda, en el año 1983 Tatoma empezó a fabricar mezcladores para alimentar el ganado rumiante.
Dentro de su división agro, la fabricación de mezcladores representa el 80% de la actividad. “Ofrece una gama muy amplia de soluciones para poder alimentar desde una granja de 50 vacas hasta granjas de más de 15.000 vacas”, expone el director de la empresa. “Actualmente hemos entregado a la Granja San José un autopropulsado de 34 m3 con 510 cv de potencia que alimenta a más de 5.000 vacas diarias mezclando alrededor de 230 tn/día. En la actualidad, estamos fabricando una planta estática para Covap que alimentará a 15.000 vacas cada día con una producción de unas 600 tn/día”.
Como signos diferenciadores de su producto, Torres enumera la “gran flexibilidad para adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes, la calidad de la mezcla, la robustez de las máquinas e intentar dar un buen el servicio, que es básico debido a la necesidad de que los mezcladores trabajen todos los días del año”.
Su principal mercado es la Unión Europea, concretamente España y Francia, donde el grupo tiene una presencia muy importante desde que en 1992 asistiera a la SIMA de París y, como consecuencia, saliera al exterior con el objetivo de crecer para poder ser competitivos con los fabricantes italianos, por aquel entonces los principales fabricantes de mezcladores en Europa.
Para Torres, es importante el atrevimiento a la hora de ir a por nuevos mercados. “Hay algunos mercados potenciales muy importantes, como EE. UU. y China, en los que nos gustaría estar presentes a medio y largo plazo”, afirma.
En cuanto al premio recibido de manos de Agragex, el director de la empresa de Monzón confiesa que “francamente, ha sido una agradable sorpresa que no esperábamos, dado que en Agragex hay una cantidad importante de empresas con vocación exportadora y con muchos años de experiencia que tienen los mismos o más méritos que nosotros”. Los méritos, para Torres, tienen que ver con su estrategia: “Inicialmente se hace una prospección del mercado en aquellos países considerados de interés mediante misiones comerciales, ferias, etc., para la búsqueda de importadores que nos representen. Cuando el mercado tiene un potencial importante, y en función de cada caso, como por ejemplo en Francia, contratamos comerciales de ese país para apoyar e impulsar las ventas del importador y de los distribuidores. En algunas ocasiones, como sucede con EE. UU., tenemos una sociedad con el objetivo de atender mejor a los clientes y ofrecer un servicio posventa más próximo. En China constituimos una sociedad con una empresa china donde se fabrican las máquinas con nuestra tecnología. También planteamos un acuerdo de fabricación conjunta en Argentina antes del corralito. Todas estas acciones dependen de cada mercado y de nuestras posibilidades económicas, puesto que son inversiones a medio y largo plazo que cuesta rentabilizar”.
Tatoma tiene fijado su objetivo fundamental a corto plazo en el incremento de su cuota de mercado mejorando la rentabilidad, pero con grandes dosis de realismo. “No debemos olvidar que el sector lácteo está sufriendo una evolución muy drástica debido a la desaparición de las cuotas lácteas en Europa, lo que nos obliga a las empresas a adaptarnos a unas necesidades muy cambiantes del perfil de nuestros clientes”, concluye Fernando Torres.
José Gómez (gerente de RKD): “Llevamos en la Asociación desde el principio de su existencia y siempre nos ha aportado algo bueno: nos ha ayudado a llegar a mercados a los que de otra forma nos hubiera costado mucho más, nos da mucho apoyo con la preparación de ferias importantes de forma agrupada y, una de las cosas más importantes, la posibilidad de viajar con empresas muy experimentadas en exportación que se apoyan mucho entre ellas y con las que se comparte información de mercados, distribuidores, peculiaridades documentales de ciertos países, etc.”.
Jordi Bonay (Export Manager de Gepaval): “Agragex ha sido muy importante para Gepaval por sus misiones comerciales y sus actividades para promocionar la exportación. Ha sido el faro con el que nuestra empresa se ha guiado y que ha usado para salir al mercado extranjero. Al principio, cuando no tienes experiencia, es cuando más se necesita una asociación como Agragex, que te ayuda tanto en temas logísticos como en temas más particulares de cada empresa. Siempre ha estado a nuestra disposición para cualquier duda, consulta o consejo que hayamos requerido, y eso tiene un valor muy grande”.
Fernando Torres (director ejecutivo del Grupo Tatoma): “Nuestra empresa no hubiera podido salir al exterior en los primeros años sin el apoyo fundamental de Agragex, básico para acometer los mercados del exterior, no solo por su apoyo logístico y por su acompañamiento en las ferias o misiones comerciales con una dedicación muy profesional, sino por otro factor fundamental como son las sinergias que se producen con el resto de empresas asociadas, unas porque han creado una fidelización de importadores abriendo nuevos mercados y otras por su colaboración en compartir información o clientes. Con una perspectiva de más de 25 años exportando, felicitamos a Agragex por la labor tan profesional que vienen realizando desde hace más de 40 años en este mundo tan complejo de la exportación”.