27/01/2021
La Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC-SV) recuerda que se trata de “una de las prácticas a ser consideradas para luchar contra el cambio climático y la degradación de los suelos debido a los importantes beneficios medioambientales que su aplicación supone en los ecosistemas agrarios”.
La propia organización pone en valor la inclusión de prácticas como la siembra directa, en cultivos herbáceos, y las cubiertas vegetales, en cultivos leñosos, en los ecoesquemas desde que se inició todo el proceso de diseño y definición del Plan Estratégico Nacional de la nueva PAC. “El documento publicado por la Comisión Europea no hace sino reforzar la necesidad de contemplar este tipo de prácticas, sobre todo en un país en donde el principal problema medioambiental es la degradación de los suelos”, señala en un comunicado.
La agricultura de conservación también juega un papel importante en la lucha contra el cambio climático, como refleja el listado de la Comisión al incluirla dentro del epígrafe “Agricultura del Carbono”. Ya en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, se contempla este tipo de agricultura como una de las medidas clave para contribuir a la descarbonización de la economía.
Sin embargo, según la AEAC.SV “llama poderosamente la atención la ausencia de la siembra directa en el borrador de los ecoesquemas publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que sí incluye otros principios de la agricultura de conservación, como la rotación de cultivos o el mantenimiento de una cobertura vegetal. Uno de los objetivos clave de la siembra directa, señala la asociación, es el incremento de la capacidad sumidero de carbono en los suelos.
“Es capaz de incrementar el contenido de carbono en el suelo respecto a las prácticas convencionales en aproximadamente 1 tonelada por hectárea al año, lo que supondría que si toda la superficie de cultivos extensivos de España estuviera manejada bajo siembra directa, anualmente se compensaría el 56% de las emisiones del sector agrario”.