28/09/2022
El ámbito geográfico, fue y es siempre un elemento muy importante, pero ahora es determinante, porque la globalización se impone como un elemento obligado y esencial, y los agricultores de la UE, han dejado ya de ser garantes de la alimentación de los ciudadanos de la UE y, por lo tanto, los agricultores y ganaderos españoles tampoco lo son. Por eso produce una especial tristeza que las gallardas y justas amenazas de específicos activos agrarios, de provocar la ausencia de algunos productos básicos para la alimentación en los lineales de las grandes superficies, como una dramática llamada de atención a su crítica situación, estén condenadas al fracaso. Ya que en el mercado exterior se puede encontrar de todo y a precios menores que dentro de nuestras fronteras.
Los activos agrarios, es decir, los agricultores, los ganaderos y los activos forestales, no encontrarán su nuevo posicionamiento económico y social si no hacen un balance de las causas que los han llevado a la situación presente. Causas que comenzaron hace décadas, empezando a erosionar el tejido productivo agrario, impulsadas desde los medios urbanos que, por su progresiva lejanía de la actividad agraria, se daba y se da la paradoja de que un niño no sepa a qué huele la vaca de la leche que bebe o el pollo de la carne que come, así se entiende este reinventar el medio rural de nuestros días.
Bienestar animal
Cuando, hace años, comenzó a hablarse del bienestar animal en la sociedad, casi nadie en el mundo rural se daba por aludido, sería cosa del sufrimiento de esos perrazos a los que les venía estrecha la reducida superficie de muchos pisos urbanos. Craso error. Se hablaba de la delicada sensibilidad de nuestras especies ganaderas y, por lo tanto, de la necesidad de transformar habitáculos y formas del transporte del ganado, desde el punto de vista de la singular sensibilidad de cada especie ganadera. Nadie abrió la boca en el mundo rural. Podía y debía haber habido un debate, del que surgiera una legislación diferente de la vigente. ¿Se ha cuantificado cuanto nos costó la reforma? Y fuera de la UE, ¿cómo están las legislaciones a este respecto? ¿Acabarán teniendo razón aquellos que, comparando legislaciones, argumentan que la UE se comporta con sus activos agrarios como si les obligase a jugar un partido de tenis atándoles una mano?
Ya hace tiempo que los medios de comunicación hicieron bandera de una presentación bucólica del medio rural, en el que el hermano lobo y el amigo oso, campaban por una naturaleza virgen que generosamente iba a mantenerlos. Y en principio nada hay que obstar a que así fuese, pero no fue así, y de ello muchos vaqueros cántabros o pastores castellanos, entre otros, pueden dar cuenta de los perjuicios causados. Y aunque esta cuestión no tenga, desde un punto de vista económico, una importancia grande, sí es relevante de la debilidad del sector agrario a la hora de defender la utilización de un territorio, elemento clave de la actividad agraria.
Agua
Es muy cierto que nunca llueve a gusto de todos, pero cuando llueve y hace falta agua, y hace mucha falta, lo lógico es instrumentar el modo de almacenarla, transportarla y utilizarla, llevamos al menos cuatro mil años haciéndolo. Pero ahora paradójicamente no, es más, nuestros embalses, generadores de tanta riqueza económica y ecológica, sufren una baja considerable en su estima. ¿Cómo se puede poner en duda la enorme riqueza económica, social y ecológica, generada por nuestros grandes embalses, que posibilitan la existencia de grandes extensiones de regadío? Pues se pone, y apenas hay contestación.
Hoy, abogar por nuevos planes hidrológicos, para un aprovechamiento integral de las aguas superficiales, subterráneas y costeras, es impensable. Sería bueno que se pusiese en valor cuántas catastróficas avenidas evitan los sistemas de embalses que regulan las cuencas de nuestros ríos, y cuántas graves inundaciones son nuestros regantes quienes las evitan. Que se lo digan a los regantes aragoneses, que, si en muchas ocasiones no abrieran sus botas, para facilitar la salida del agua, la Pilarica estaría ahora en el equipo nacional de natación.
Despoblación
La evolución del poblamiento rural es, y con razón, motivo de grave preocupación. En este debate abierto los activos agrarios deben tener una presencia principal, OPAs, Cooperativas y demás asociaciones del sector, son las que deben marcar las líneas maestras de cómo se aborda esta problemática. El sector agrario es uno de los más modernizados y punteros de España, el GPS, el ordenador y la asunción de las más modernas tecnologías de producción así lo acreditan, siendo además fuertemente exportador. La España despoblada, vaciada o como se la quiera denominar, forma parte de la España rural y tal vez, lo primero sea fijar los objetivos de una manera realista y no utópica. La piqueta de los arqueólogos del año 3000, sin duda, va a desenterrar pueblos rurales del 2022. Esta cuestión me trae a la memoria el comentario de un alcalde, al que un tercio de sus vecinos se habían ido a Barcelona, otro tercio a Madrid y el tercio restante se lo disputaban Mérida y Badajoz: “Es que mi pueblo está mal colocao”.
Todo lo que pueda hacerse en deslocalizar la población urbana hacia los medios rurales debe hacerse, y ahora que tenemos abierto un debate sobre impuestos, no estaría demás pensar en una fiscalidad especial para espacios territoriales con grave riesgo de despoblamiento. El desarrollo rural ha alcanzado, hace ya años, un protagonismo muy importante dotándolo de un fondo económico propio la UE, y es bueno que así sea, siempre y cuando no vaya en detrimento de otros fondos relacionados directamente con las rentas agrarias.
Son tan solo el esbozo de algunos temas de los muchos que hay que abordar para superar la encrucijada, pero…
“Ya se sabe, caminante no hay camino, el camino se hace al andar”.