El sector agroalimentario se prepara para afrontar el futuro tras la crisis del coronavirus

31/03/2020

El sector agroalimentario piensa ya en la reconstrucción y en cómo prepararse ante el panorama que se avecina cuando finalice la crisis del coronavirus. Un futuro próximo en el que este sector, que supone el 8% del PIB nacional y ocupa a más del 10% de la población activa, será uno de los motores de arranque.


En estos momentos, uno de los principales temores es la carencia de mano de obra, especialmente en los cultivos de hortalizas y frutas de verano, cuya campaña de recogida comenzará en pocas semanas. Para algunos de ellos se estima necesario incorporar hasta un 40% de trabajadores, debido a que muchos con los que hasta ahora contaban han quedado confinados por motivos sanitarios o no pueden acceder al país a causa del cierre de fronteras. Es el caso de los frutos rojos, un sector que emplea, solo en Huelva, a 15.000 temporeros marroquíes de los que depende en buena medida la recolección. Además, según asegura en un comunicado la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), la incorporación de trabajadores a las labores del campo podría contribuir a paliar los efectos negativos que sobre el empleo está teniendo la crisis derivada del COVID-19.

Estos problemas no son exclusivos de España, sino que afectan también a otros países. En Francia, el Gobierno está conversando con los sindicatos para facilitar la contratación para las tareas del campo de trabajadores, muchos de ellos afectados por los despidos o el cese de otras actividades causado por el coronavirus. En Alemania, se ha prohibido la entrada de temporeros –procedentes en su mayoría de Bulgaria, Rumanía y Polonia– pese a las demandas del sector agrícola, que teme la falta de estos trabajadores. Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación español, Luis Planas, ha iniciado conversaciones con su homólogo francés, Didier Guillaume, con el fin de hacer frente al problema.

En este sentido, y de cara a garantizar el abastecimiento de alimentos, “es fundamental la colaboración de las distintas administraciones para facilitar que las labores del sector primario se puedan realizar con la normalidad que permita la situación excepcional que estamos viviendo, y siempre aplicando las medidas preventivas necesarias para evitar contagios, entre las que se incluye el uso de los EPIs necesarios para la protección de los trabajadores”, subraya el vicepresidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Pedro Gallardo.

Seguridad ante todo

Las empresas del sector han implementado las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus empleados, de los clientes y del propio producto. Entre ellas está Agromillora Iberia, una empresa obtentora asociada a ANOVE, que ha implementado la medida de trabajar en tres turnos para que coincidan menos empleados en cada momento en los centros de trabajo. Esto disminuye la productividad e incrementa los costes, pero para su director comercial, José Manuel Lacarte, “todo se da por bien empleado porque, hoy más que nunca, hemos de arrimar el hombro: hemos de solucionar esta crisis entre todos porque a todos nos afecta”.

El director de Semillas Arnedo y presidente de ANOVE,  Julián Arnedo, pone también la vista en el futuro inmediato: “Nuestra responsabilidad tiene que atender también el día después, cuando salgamos de esta situación extraordinaria: ya hay agricultores que están sembrando con la vista puesta en ese día, y por eso es esencial que puedan disponer ahora de las semillas y plantas para poder garantizar la próxima campaña”. Arnedo recuerda que la semilla es clave para garantizar el suministro de alimentos no solo en estos momentos, sino también una vez que la crisis sanitaria se dé por concluida: “Sin semillas y plantas no hay cultivos y, sin cultivos, las frutas y hortalizas no llegarían a los hogares; tampoco el pan, ni el aceite, ni la carne que depende de los piensos para animales”.

Como en otros sectores, muchos empleados de empresas de semillas y plantas están trabajando desde casa, recurriendo a videoconferencias y llamadas grupales. No obstante, los técnicos y comerciales, han tenido que reducir al máximo sus visitas y están extremando las precauciones para cumplir estrictamente los protocolos sanitarios.

Desde la Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León subrayan el “gran esfuerzo” que se está realizando para que las explotaciones agrícolas puedan seguir desarrollando siembras, abonados y tratamientos, así como para que los ganaderos dispongan de piensos y servicios veterinarios, y realicen sin alteraciones las tareas de ordeño, recogida de leche y de ganado.

Agricultores y ganaderos, comprometidos

Tal y como recuerda Anove, la pandemia llegó a España en medio de las reivindicaciones de agricultores y ganaderos para concienciar a la población de la preocupante realidad en la que vive el sector primario desde hace décadas. Unas movilizaciones que se interrumpieron en cuanto se inició la crisis sanitaria, para evitar la propagación del virus. Entonces el sector aparcó sus preocupaciones particulares y se centró en las necesidades generales y en asegurar la provisión de alimentos.

Agricultores, ganaderos, pescadores, transportistas, cooperativas, distribución, empresas de semillas y de fitosanitarios, “todos nos hemos puesto a trabajar, más intensamente si cabe, para que a la gente no le falten alimentos en estas circunstancias difíciles. Pero nuestra responsabilidad nos lleva a pensar en el día después, haciendo todos los esfuerzos y pidiendo a las administraciones toda la diligencia posible para que semillas y plantas puedan estar disponibles para que la producción de alimentos no se resienta”, indica la directora de ANOVE, Elena Sáenz.

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