El sector de semillas, preocupado por los efectos del cierre de fronteras en la producción agroalimentaria

02/04/2020

La actual situación por el estado de alarma consecuencia de la crisis del coronavirus no afecta a la actual disponibilidad y abastecimiento de semillas y plantas, sin embargo, en las empresas del sector preocupa cómo afectará la restricción de movimientos de cara al futuro.


Según detalla en un comunicado la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), una de esas preocupaciones está relacionada con los ensayos necesarios para registrar nuevas variedades y que han de llevar a cabo los centros oficiales de investigación, que en este momento cuentan con escasos recursos a causa del confinamiento. “No se pueden detener los programas de mejora vegetal porque perderíamos un año en el desarrollo de nuevas variedades y eso afectaría directamente a los agricultores”, indica el director de operaciones de Euralis Semillas, José Antonio García de Tejada.

Asimismo, otro de los temores relacionados con las consecuencias del confinamiento que apunta ANOVE radica en que se vean restringidos el movimiento y la distribución de semillas y plantas, y que esto paralice o disminuya la investigación y condicione la producción futura. Este riesgo no afecta tanto a la experimentación y desarrollo de nuevas variedades en el territorio de la UE como al intercambio con países extracomunitarios, actualmente limitado a causa del cierre de fronteras.

Marzo y abril, meses clave

“El movimiento internacional sin restricciones de semillas resulta fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y poder implementar nuevas variedades”, señala ANOVE. Desde la Federación Internacional de Semillas (ISF) advierten de que “cerrar las fronteras o incluso ralentizar el movimiento transfronterizo de semillas podría crear un problema significativo en la cadena de suministro”.

Marzo y abril son los meses más críticos para la siembra de cultivos de primavera en el hemisferio norte y cultivos de otoño en el sur y, a día de hoy, ningún país puede proporcionar a los agricultores semillas que sean únicamente de su propia producción. “Si los agricultores pierden esta ventana porque las semillas no se entregan a los campos a tiempo, el resultado podría ser una grave escasez de alimentos y piensos en la segunda parte del año”, afirma el presidente de ISF, Eduard Fitó.

Otra de las preocupaciones del sector es la referida a los certificados necesarios para la exportación, que dependen de los análisis previos que ha de realizar el Instituto Nacional de Investigación de Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). “Si las autoridades se demoran a causa del confinamiento, o la Administración no es suficientemente ágil en la expedición de los certificados que autorizan la exportación o importación, el flujo internacional de semillas se puede restringir y, con él, la producción de alimentos a medio plazo”, recuerda el presidente de ANOVE, Julián Arnedo. Para el secretario general de la Asociación, Antonio Villarroel, “flexibilizar los procesos administrativos también puede tener efectos muy positivos; para ello es importante valorar el compromiso, la madurez, experiencia y honestidad que el sector viene demostrando desde hace muchos años, y apostar por la confianza mutua”.

Garantizar la siembra futura

No puede haber retrasos y en algunos cultivos esta es una condición que no admite excepciones, indica el comunicado de ANOVE. Ejemplo de ello son las 3.000 hectáreas de semillas de colza cuya cosecha tendrá lugar en junio y que deben estar en los mercados europeos en agosto para poder sembrar. De España sale casi el 25% de las semillas de colza y el 15% de las de girasol que se siembran en Europa.

Mientras estas incertidumbres siguen en el aire, el sector agroalimentario continúa volcado en abastecer de alimentos a los ciudadanos, consciente además de que será “uno de los motores para la reactivación una vez que acabe la crisis del coronavirus”.

Por eso, el presidente de ANOVE, Julián Arnedo, pone la vista en el futuro inmediato: “Nuestra responsabilidad tiene que atender también al día después, cuando salgamos de esta situación extraordinaria: ya hay agricultores que están sembrando con la vista puesta en ese día, y por eso es esencial que puedan disponer ahora de las semillas y plantas para poder garantizar la próxima campaña”. Subraya que la semilla es clave para garantizar el suministro de alimentos: “Sin semillas y plantas no hay cultivos y, sin cultivos, las frutas y hortalizas no llegarían a los hogares; tampoco el pan, ni el aceite, ni la carne que depende de los piensos para animales”.

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