El Parlamento Europeo conoce las aportaciones de la mejora vegetal en España

08/07/2022

La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) ha presentado en la sede de Bruselas del Parlamento Europeo el informe desarrollado por el Institut Cerdà que, por primera vez, cuantifica las aportaciones económicas, sociales y medioambientales del sector obtentor en España.


Una de sus conclusiones más destacadas es que la mejora de semillas y plantas aportó a la economía española casi 1.000 millones de euros en 2019, 1.900€ cada minuto. 

Asimismo, la mejora vegetal también hizo posible la creación de casi 16.000 puestos de trabajo anuales en 2019, lo que supone un promedio de 44 empleos al día. Además, en los últimos 20 años, ha incrementado los ingresos de los agricultores en más de 17.700 millones de euros. 

Según señala el informe, “el sector obtentor es clave para la alimentación y la economía, ya que la competitividad y calidad de su actividad transciende en todos los eslabones de la cadena, beneficiando a la sociedad, el medio ambiente y la economía en su conjunto”. El informe reconoce, no obstante, que “el sector es aún poco conocido entre la población, las instituciones y los mismos agentes de la cadena, que desconocen el origen de sus productos y no son conscientes de las inversiones ni del impacto de las investigaciones que desarrolla el sector”. 

Entre las principales aportaciones de la mejora vegetal, destaca el incremento de la productividad agrícola, la reducción en el uso de fertilizantes y fitosanitarios o su contribución a un menor consumo hídrico y energético y a la reducción de emisiones de CO2. 

Además, “ha permitido contener los costes de las materias primas, mejorar las propiedades y la calidad nutricional de los productos, satisfacer las cada vez más exigentes necesidades de los consumidores, contener los precios de los alimentos e incrementar la seguridad y trazabilidad alimentaria”. 

La investigación es clave 

La investigación ha permitido adaptar variedades a lugares y climas donde antes no se cultivaban, mejorar la tolerancia a las condiciones climáticas extremas, aumentar la protección contra plagas y enfermedades y multiplicar el rendimiento de las explotaciones reduciendo costes de explotación. 

En este sentido, la mejora de semillas y plantas es “una actividad con una enorme trascendencia económica, social y medioambiental, y altamente tecnológica, basada en la investigación”, señaló el director general de Anove, Antonio Villarroel. “El desarrollo de cada nueva variedad supone de 10 a 12 años de trabajo y más de 3 millones de euros, por lo que la mejora vegetal solo es posible con una inversión continua en programas de investigación”, añadió. 

Las empresas dedicadas a la mejora de semillas y plantas invirtieron el año pasado en España, aproximadamente el 20% de su facturación. Atendiendo a los datos de la Comisión Europea, este porcentaje supera incluso, proporcionalmente, al de sectores como los de automoción, farmacéutico, aeroespacial o el de tecnología de la información. 

Según ANOVE, las 59 empresas y centros públicos de investigación a los que representa disponen en España de 62 centros de I+D+i. El 38% de la plantilla de estas organizaciones está asignado directamente al área de I+D, y, debido a su alta cualificación, la ratio de producción por trabajador alcanza la elevada cifra de 230.000 euros/año. 

Villarroel incidió en que “la obtención de nuevas variedades mediante técnicas de edición genética es una actividad altamente especializada que transfiere tecnología del laboratorio al campo, constituyendo el eje central de la cadena alimentaria e impulsando el desarrollo agrícola”. Además, subrayó que, “gracias a la labor de investigación se pueden mejorar las variedades vegetales actuales y desarrollar otras nuevas, aumentar la productividad y hacer realidad una agricultura sostenible como a la que se aspira en la UE”. 

Por su parte, Clara Aguilera, vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo, incidió en que “las nuevas técnicas de edición genética podrían ser la solución para lograr los objetivos del Pacto Verde Europeo”. La parlamentaria europea Inmaculada Rodríguez-Piñero, clausuró el acto afirmado la necesidad de “combatir el miedo a los avances científicos para que todos nos podamos beneficiar y se pueda garantizar el futuro al que aspiramos en la UE”. 

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