Anove advierte sobre los peligros del virus rugoso del tomate

31/07/2019

La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) ha impulsado una campaña de concienciación dirigida a productores de tomate y pimiento centrada en los riesgos del virus rugoso del tomate (Tomato brown rugose fruit virus, ToBRFV) que, informa esta organización, “no afecta en absoluto a la salud de los consumidores, es muy contagioso y resulta gravemente dañino para las explotaciones”.


Desde la Dirección General de la Producción Agrícola y Ganadera de la Junta de Andalucía han advertido que este organismo, que todavía no se ha detectado en nuestro país, “se trata de un nuevo organismo nocivo” que es “muy persistente y fácilmente transmisible y para el que aún no hay resistencias”. Tanto el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación como las comunidades autónomas están vigilantes desde los meses de primavera para evitar que el virus penetre en España.

De la misma manera, Anove ha puesto a disposición de las administraciones su colaboración a través de su unidad de sanidad vegetal, que puede llevar a cabo testeos específicos.

Desde Anove insisten en que el patógeno es inocuo para la alimentación humana, por lo que los “consumidores deben estar absolutamente tranquilos”. Sin embargo, sí “constituye una seria amenaza para los cultivos de tomate y pimiento” en los invernaderos, principalmente en las provincias de Almería, Murcia, Granada y Badajoz, en las que se concentra la mayor parte de la producción. Dado que los síntomas de la enfermedad hacen que los frutos no sean comercializables, su llegada y dispersión implicaría importantes pérdidas económicas, puesto que una vez que el virus se introduce en un área, las medidas de control resultan muy limitadas y se basan principalmente en la eliminación de plantas infectadas y en estrictas medidas de higiene. Anove calcula que esta enfermedad vegetal puede ocasionar pérdidas en las explotaciones de entre 30% al 70% del rendimiento.

Medidas de prevención  

ToBRFV se transmite por contacto (herramientas contaminadas, manos, ropa, contacto directo de planta a planta) y material de propagación (injertos, esquejes). Para evitar la infección de las plantaciones y su transmisión se debe permanecer especialmente vigilantes e implementar las siguientes medidas de control, basadas en profilaxis e higiene:

-Las plántulas deben ser inspeccionadas y garantizada su sanidad por lo que se deben utilizar plántulas procedentes de semilleros debidamente inscritos en los registros oficiales de Productores, Comerciantes e Importadores de Vegetales y disponer del correspondiente Pasaporte Fitosanitario.

-Eliminar al máximo posible los restos vegetales de los cultivos anteriores, incluidas las raíces.

-Realizar una exhaustiva desinfección de manos y útiles de trabajo antes del inicio de cada operación y, especialmente, en los casos de aquellas herramientas que pudieran haber sido empleadas en otros invernaderos.

-Considerar la posibilidad de rotación de cultivos, incluyendo aquellos no sensibles o resistentes.

-No tocar las plantas sospechosas y comunicar de su presencia al servicio técnico, que en caso necesario se pondrá en contacto con el Departamento de Sanidad Vegetal de la Consejería competente. Si se determinara que existen plantas infectadas se procedería a su destrucción a través de un Gestor de residuos autorizado.

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