03/04/2020
Desde el inicio del estado de alarma motivado por la crisis del coronavirus, la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes (Ansemat) ha analizado con las empresas del sector -fabricantes, importadoras, concesionarios y talleres de reparación y mantenimiento- la situación del mercado de maquinaria agrícola, y ha comprobado que se ha ido ajustando a la demanda imprescindible.
Tal y como recuerda la Asociación en un comunicado, la maquinaria agrícola es un insumo esencial en la cadena de abastecimiento de alimentos, y así lo ha defendido para conseguir que la legislación publicada durante la situación de estado de alarma lo contemple de este modo. En este contexto, las empresas de producción de equipos, componentes y recambios -y sus proveedores-, las encargadas de la comercialización, distribución, reparación y alquiler, deben seguir dando servicio a los agricultores y ganaderos que así lo requieran de manera urgente para actividades imprescindibles.
Teniendo en cuenta que la maquinaria agrícola tiene diferentes momentos de comercialización a lo largo del año en función de los cultivos y de las necesidades de las explotaciones agropecuarias, el ajuste a la demanda imprescindible hace que se reduzca el mercado de manera natural, aunque las nuevas inversiones no urgentes se están viendo afectadas por la actual situación excepcional.
Situación del mercado
Con el fin de ir evaluando la situación en cada momento y poder actuar con rapidez, Ansemat ha lanzado una encuesta interna a las empresas del sector, cuyos resultados hasta el momento indican que el nivel de actividad se ha reducido en la segunda quincena de marzo coincidiendo con la declaración del estado de alarma. De manera particular, los importadores se han encontrado restricciones en fábricas situadas en otros países, los fabricantes se han enfrentado al cierre de producción de proveedores y los concesionarios al frenazo de la inversión de sus clientes.
Sin embargo -señala Ansemat-, según han ido pasando los días, y se ha transmitido el mensaje de que son esenciales para la producción de alimentos, la percepción de las empresas ha cambiado levemente. Si consideramos el porcentaje de empresas cuyo nivel de actividad se sitúa por encima del 50% respecto a la situación previa al estado de alarma, en conjunto el volumen es muy similar –un 43%–, para los concesionarios (que son el número de empresas más numeroso en la encuesta y que tenían un nivel de actividad más bajo) se pasa del 27% al 34%. Los fabricantes han reducido su actividad para ajustarse a la producción imprescindible –pasando del 72% al 56%–, los importadores se mantienen estables –alrededor del 50%–, y los talleres bajan –pasan del 37% al 18%– pero la mayoría de ellos trabajan al 40%.