El papel de la biotecnología ante la crisis energética y alimentaria

25/11/2022

La Asociación Española de Bioempresas, AseBio, organizó, el pasado 24 de noviembre, un “biodesayuno” en el que socios y periodistas analizaron las principales conclusiones de la Cumbre del Clima (COP27) y del AseBio Green Innovation Forum, así como los pasos a seguir desde el sector biotecnológico para posicionarse mejor en la Agenda 2030 y comunicar sus retos y avances a la sociedad.


“Hemos vivido en un modelo de economía extractiva basada en los combustibles fósiles que está esquilmando los recursos naturales de la tierra y generando emisiones de gases de efecto invernadero que están acelerando el cambio climático y por efecto domino, la producción de alimentos”, señaló Ion Arocena, director general de AseBio, en la inauguración del “biodesayuno”.

Desde AseBio recuerdan que COP27 ha dejado un “sabor agridulce” porque, no se ha logrado avanzar en algunas cuestiones cruciales. Aun así, sigue habiendo optimismo en cuanto a los esfuerzos puestos en marcha para atajar la crisis climática. Desde el Foro Económico Mundial han destacado las claves para afrontar los retos y una de ellas es la biotecnología.

Esta industria permite mejorar la producción primaria, gracias a cultivos más productivos y adaptados a las nuevas condiciones climáticas, o la producción de alimentos más sostenibles, nuevas fuentes de proteína y energía, y una economía basada en materias primas renovables y bioproductos, señala AseBio.

Tal y como señaló Ion Arocena, “la biotecnología ya está presente en nuestro día a día con soluciones concretas”, ha insistido Arocena.

Respuestas concretas

A lo largo de la jornada, diversos expertos dieron cuenta de las soluciones biotecnológicas que ya están disponibles.

Por un lado, Fran García, director de Comunicación de Tebrio y Bosco Emparanza, CEO de MoaFoodtech, explicaron sus avances para dirigirse hacia una alimentación del futuro más sostenible, y afrontar el reto que supone la cesta de la compra. Ambos confían en que en los dos próximos años habrá cambios sustanciales en la alimentación diaria. Según los cálculos, el uso de proteínas alternativas representará el 11% del total en 2025. 

“La industria sabe los retos que hay. Es muy consciente del problema y todos estamos trabajando en ello. Nosotros recuperamos los subproductos que deja el proceso de desarrollo de la pasta, por ejemplo [y entre otras cosas], para hacer todo tipo de productos alimentarios como carne, pesto para pasta, salsa boloñesa…”, dijo Emparanza. Mientras, García señaló que los insectos tienen un potencial evidente que va mucho más allá del consumo humano (alimentación, biofertilizantes, etc.). “Hasta ahora, el consumo de insectos es muy pequeño y local. Nosotros lo estamos transformando en industria para que se introduzca en toda la cadena alimentaria, afirmó.

En segundo lugar, Richard Borreani, Public Affairs, Science & Sustainability manager de Bayer y Miguel Rodríguez-Villa Förster, vicepresidente y Global Agribusiness Strategy en AlgaEnergy, reflexionaron sobre la presión ejercida sobre los suelos. “En cinco segundos se erosiona una superficie equivalente a un campo de fútbol”, afirmó Miguel Rodríguez-Villa. Las microalgas tienen un potencial para proteger dichos suelos y regenerarlos, así como desarrollar biofertilizantes y bioestimulantes para mejorar la calidad de las cosechas y acelerar la producción. 

Para Richard Borreani, las claves para proteger los suelos e ir hacia una agroalimentación más sostenibles son: la ciencia, la innovación y la tecnología.  “Aportamos soluciones para que los agricultores puedan hacer frente al desafío de alimentar a una población en constante crecimiento respetando nuestro planeta”, explicó.

En la tercera charla, Paz Gómez Pérez, responsable de Bioenergía y Biorrefinerías de AINIA y Pedro Palencia, director de Relaciones Institucionales en Sedigas (Asociación Española de Gas), pusieron el foco en el coste de la energía y la búsqueda de alternativas, entre ellas, el biometano y su potencial como sustituto del gas natural.

"La normativa nacional de requisitos técnicos para inyección de biometano en red de gas ya se ha desarrollado", apuntó Paz Gómez. De aquí a 2030, "la velocidad con la que llevemos a cabo la descarbonización puede también ser mayor, conforme seamos capaces de implementar tecnologías maduras, así como aprovechar las infraestructuras existentes, tales como la red gasista", indicó.

El año pasado la demanda de gas natural fue de 378 Twh, por lo que Palencia cree que el potencial máximo sería de una sustitución del 43% del consumo actual con una alternativa descarbonizada (como el biometano) que no exige cambios en los aparatos de consumo, que permite generar una energía km0 y competitiva a los precios actuales del gas natural y que mejorará la posición negociadora y la seguridad de suministro. Hace un año, teníamos solo una planta de biometano, ahora tenemos cuatro más. Esto dice mucho sobre la visión a futuro”, concluyó.

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