03/02/2021
Estas cifras vienen a reafirmar la importante capilaridad de la distribución moderna en todo el territorio y consolidan la presencia de los operadores de la Asociación Española de Distribuciones, Autoservicios y Supermercados (Asedas) en los pueblos de menos de 10.000 habitantes.
En concreto, los operadores agrupados en Asedas alcanzan el 90,3% de cuota de mercado en los pueblos de hasta 2.000 habitantes (82,6% de superficie comercial); el 85% en pueblos de entre 2.000 y 5.000 habitantes (81,5% de superficie comercial); y, por último, el 82,1% (79,5% de superficie comercial) en los que cuentan con una población comprendida entre 5.000 y 10.000 habitantes.
Así, en las zonas rurales, los supermercados de Asedas superan la medida nacional de su cuota de mercado, que alcanza el 74,8% en establecimientos y el 65,6% en superficie, con un total de 18.585 tiendas. Estos porcentajes disminuyen a medida que se analizan municipios más grandes, hasta llegar al 68% en establecimientos y al 59,6% de superficie comercial en las ciudades de más de 100.000 habitantes.
De este modo, los datos registrados en 2020 vienen a afianzar un modelo de distribución alimentaria definido por la proximidad, el equilibrio empresarial y el servicio al consumidor. La amplia capilaridad del formato del supermercado hace que en España no existan desiertos alimentarios, ya que la distribución llega incluso a los municipios más pequeños.
El hecho de que muchas nuevas aperturas correspondan a marcas franquiciadoras y cooperativas es muestra del dinamismo de un sector con capacidad para crear empleo y cooperación al emprendimiento en las zonas en que opera, asegura Asedas en un comunicado. Además, existen más de 100 cadenas de alimentación con más de 10 tiendas, en su mayoría empresas familiares con amplia presencia en ámbitos regionales.
La labor de las centrales de compra permite a los operadores más pequeños competir en surtido y precio, indica la Asociación, que recuerda, además, que la capacidad para llevar productos de gran consumo a unos 10 minutos de distancia de la mayoría de los hogares españoles ha contribuido a que la alimentación no haya sido un problema en ningún lugar del país durante la pandemia.
“La distribución alimentaria no solo es esencial, sino también un sector tractor de la economía española por su capacidad de crear empleo y de hacerlo en zonas que necesitan un impulso económico y social para retener población. La eficiencia de nuestro modelo ayuda a la creación y mantenimiento de pequeñas empresas de autoservicios o supermercados con un fuerte componente de servicio público en las zonas rurales de las que nos sentimos orgullosos”, señala el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo.