02/01/2020
Para la Asociación, estas negociaciones son “claves” para desbloquear los aranceles adicionales al aceite de oliva, un sector afectado asimismo por la desaceleración de la demanda y los bajos precios y por “la falta de una norma internacional coherente en cuanto a la regulación de pesticidas”, según subraya su director gerente, Rafael Pico.
“Esta armonización del marco jurídico entre Washington y Bruselas favorecería una mayor cooperación regulatoria en cuestiones de interés y preocupación comunes, lo que sin duda tendría un impacto económico positivo en la comercialización del aceite de oliva”, indican desde Asoliva.
Esta reclamación tiene su origen en 2015, cuando las dos principales organizaciones internacionales representativas de la industria del aceite de oliva en la UE y los EE. UU., la Federación de la Industria del Aceite de Oliva en la Unión Europea (Fedolive) y la North American Olive Oil Association (NAOOA), respectivamente, defendieron de forma conjunta que la armonización regulatoria constituye una “prioridad” para el sector del aceite de oliva, con ocasión de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TTIP) entre Bruselas y Washington.
Pico ha asegurado que “el sector del aceite de oliva está luchando con muchas y diversas tensiones: desde la falta de demanda, hasta el cambio climático, pasando por la imposición de aranceles”. “Necesitamos ser proactivos y presionar para que la armonización de legislaciones en el capítulo agrícola y las regulaciones de los pesticidas empiece a reducir la fricción de esta área del comercio internacional”, añade.
Pico manifiesta que “hace cuatro años, cuando Bruselas y Washington se reunieron por última vez para discutir este tema, la postura rígida e inflexible, especialmente de la UE, terminó dando al traste con los planes de la tan deseada armonización. Europa hizo entonces un flaco favor al sector del aceite de oliva”. Por todo ello, Asoliva considera que ha llegado el momento de reabrir nuevas conversaciones en torno a esta área crítica del comercio. “España ha sido injustamente penalizada por las ayudas comunitarias al Airbus y los efectos en la industria han sido catastróficos. Es hora de reaccionar”, concluye el director gerente de Asoliva.