El sector platanero toma la iniciativa para la recuperación del suelo agrario arrasado en La Palma

04/07/2022

La erupción del volcán Cumbre Vieja dejó sin viabilidad en La Palma 340 ha de cultivo, 217 de ellas de cultivo de plátano, con más de 600 familias afectadas. Siete meses después y ante la falta de una propuesta concreta para su recuperación, el sector platanero de Canarias ha tomado la iniciativa con la exposición de un plan urbanístico. 


Esta propuesta, tal y como informa la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), tiene como objetivo sentar las bases de un ordenamiento orientado a hacer compatible la activación plena de la zona de costa con la vuelta al cultivo del terreno ahora perdido. 

Y es que la situación en el terreno es compleja, ya que zonas de cultivo y de otros usos se entremezclaban desde la carretera de la zona de La Laguna, situada a 315 metros sobre el nivel del mar, hasta la costa. Entre las de cultivo (340) y las de otros usos (86) suman aproximadamente un total de 426 ha de terreno que ahora mismo se ven inundadas por el malpaís.   

Ante esta situación, el plan del sector platanero de Canarias contempla la ordenación territorial mediante abancalamiento y dotación de infraestructuras para esas 426 ha de terreno. 

Así, la propuesta persigue la ordenación global de la superficie que se encuentra entre la carretera a Puerto Naos (LP-213) y la costa mediante el abancalamiento de la colada existente. Es decir, la disposición de todo ese terreno en terrazas, tal y como ya es habitual en la zona, bajo unos criterios generales de aplicación, que permitan el diseño de infraestructuras públicas destinadas a mejorar la movilidad de toda la población, a la vez que dotar a todos los propietarios de una superficie de terreno válida para el desarrollo de la actividad que ya venían realizando previamente a la erupción.   

Entre las ventajas adicionales que ofrece la ordenación y el abancalamiento propuestos por el sector, principalmente destacan: un mayor aprovechamiento de la superficie, la adaptación global al terreno con una mayor integración visual al territorio, el diseño más eficiente de viales, bancales de cultivo e infraestructuras de servicio y un menor coste global que el que supondría la recuperación individual por parte de cada uno de los propietarios. 

Determinar la vía de ejecución más ágil es también uno de los puntos claves de esta propuesta, siendo, a priori, un Plan de Interés Insular (PII) el mecanismo que permitiría compaginar ordenación y ejecución en el menor tiempo posible.  

El sector iniciará ahora un proceso de exposición del detalle de la iniciativa a los afectados, así como a las instituciones públicas implicadas, con el objetivo de impulsar una propuesta concreta de actuación.   

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