22/12/2020
Existe una creciente concienciación social sobre el cambio climático y sus graves impactos, así como de la necesidad de tomar medidas urgentemente. A través del Acuerdo de París dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se acordó limitar el aumento de la temperatura media mundial con respecto a la época preindustrial en 1,5°C, lo que supone que las emisiones netas de CO2 a nivel mundial deben ser iguales a cero en 2050.
Este urgente desafío ha impulsado a la UE a asumir el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático, comprometiéndose a convertirse en la primera zona climáticamente neutra para 2050 en todos los sectores de la economía y para todo tipo de emisiones, tal como se establece en la Comunicación «un planeta limpio para todos. La visión estratégica europea a largo plazo de una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra»1 y confirmado con el «Pacto Verde Europeo»2.
A través del Pacto Verde se establece la nueva estrategia de crecimiento económico para los próximos 30 años de la UE, basada en un uso eficiente de recursos, en la que las energías renovables junto con la eficiencia energética son los pilares energéticos para alcanzar el objetivo de neutralidad ambiental, articulada legislativamente a través de la primera ley del Clima Europea3.
El papel de las energías renovables
Las energías renovables permiten generar calor y electricidad, así como obtener biocarburantes, generando nulas o bajas emisiones netas de gases de efecto invernadero. Por este motivo, las energías renovables desempeñarán un papel crucial en el cumplimiento de los objetivos energéticos y climáticos de la UE. La abundante disponibilidad de recursos autóctonos, unido a la reducción constante y sostenida de los costes de producción, aumentan su viabilidad y facilitan su implementación comercial. Aumentar el uso de energías renovables contribuirá a mejorar la seguridad del abastecimiento energético, garantizará un suministro energético sostenible a precios asequibles, favorecerá el desarrollo tecnológico y la innovación, al tiempo que ofrece ventajas ambientales, sociales y sanitarias, creándose nuevas oportunidades de empleo y desarrollo, especialmente en zonas rurales.
El consumo energético, tanto europeo como nacional, proviene mayoritariamente de fuentes de energía de origen fósil, fundamentalmente petróleo y gas natural. Sin embargo, la Unión Europea lleva más de una década fomentando del uso de fuentes renovables en el sector energético. En 2009, a través de la Directiva de Energías Renovables, conocida por sus siglas en inglés, RED4 (Renewable Energy Directive), se estableció el triple objetivo para 2020 de: (1) reducir un 20% las emisiones de GEI (en relación a los niveles de 1990); (2) aumentar hasta el 20 % el uso de energías renovables en la UE, con una cuota específica del 10% en el sector del transporte; y (3) mejorar la eficiencia energética un 20 %. La RED II5 extiende su implementación para el periodo 2021-2030, elevando el objetivo general vinculante de consumo de fuentes de energía renovables hasta el 32% para 2030, fijando un subobjetivo específico para el sector del transporte del 14%.
1 COM (2018) 773 final.
2 COM (2019) 640 final.
3 COM (2020) 80 final.
4 Directiva 2009/28/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de abril de 2009, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables y por
la que se modifican y se derogan las Directivas 2001/77/CE y 2003/30/CE.
5 Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables.