Dos proyectos cooperativos españoles, ejemplos de bioeconomía para Bruselas

24/06/2019

La Comisión Europea ha reconocido el papel específico de las cooperativas agroalimentarias en la bioeconomía poniendo como ejemplos dos proyectos españoles: Life Multibiosol, sobre reutilización de plásticos biodegradables para uso agrícola, y la producción de lavandín que lleva a cabo la cooperativa Alcamancha en tierras marginales.


A través de un seminario organizado en Bruselas bajo el epígrafe ‘El papel de las cooperativas en la integración de la bioeconomía en los productores’, la Comisión Europea ha querido presentar diferentes modelos de negocio que ilustran los beneficios de la cooperación y el apoyo de las cooperativas a los agricultores individuales para el despliegue de la bioeconomía en distintos sectores.

Así, el responsable de energía, medio ambiente e innovación de Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón, Jesús Abadías, presentó el proyecto Life Multibiosol, basado en la utilización de plásticos biodegradables y biobasados para uso agrícola. A través de este proyecto, tal y como ha destacado Abadías, se han desarrollado films para acolchado, bolsas para la protección de frutas y clips para cerrar las bolsas, usando plásticos biodegradables. Estos productos han sido rigurosamente ensayados tanto en campo como en el laboratorio. El uso de estos bioplásticos avanzados implica una huella de carbono reducida en comparación con los plásticos convencionales (LDPE). Su impacto medioambiental ha sido mejorado gracias al uso de materias primas biobasadas y la reducción de aplicaciones fitosanitarias en el cultivo.

A continuación, el director financiero de la cooperativa Alcamancha, Fernando Romero, habló sobre la producción de lavandín que llevan a cabo en tierras marginales con el fin de diversificar su actividad a otro tipo de cultivos que se adapten a las características del terreno y mejoren los márgenes económicos. Los cultivos no alimentarios son aquellos que no forman parte de la cadena alimentaria y son utilizados para producir un amplio abanico de bioproductos, incluyendo textiles, polímeros, lubricantes, materiales de construcción, productos farmacéuticos, así como energía y combustibles. Sin embargo, estos cultivos no tienen aún gran implantación en la agricultura europea, tal y como destacó Romero, principalmente debido a brechas en los marcos políticos y esquemas de incentivos de inversión.

Durante el seminario se ha defendido que las cooperativas pueden ser cruciales para terminar con las barreras en la movilización de la biomasa, constituyéndose como centros logísticos cercanos a las áreas de producción, y participando también en su valorización a través de la transformación.

Desde Cooperativas Agro-alimentarias de España resaltan su apuesta por la bioeconomía y la economía circular participando a través del programa Horizonte 2020 en proyectos europeos como Agroinlog, Panacea o Magic.

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