02/06/2021
Para el análisis, el encuentro contó con los expertos Luis Ángel Lobejón Mallagaray, ingeniero técnico agrícola, responsable de la Zona Noroeste en Quimsa-Norden Agro; Teresa Garde Cerdán, investigadora del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), responsable del Grupo Viticultura y Enología Aplicadas (VIENAP); Victorino Martínez Puras, viticultor y asesor de la Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes (AEFA); y Antonio Alcázar Sánchez, director técnico de ZERYA. Todo ello bajo la moderación de Jesús López Colmenarejo, director de Grupo Editorial Agrícola Henar Comunicación.
De la magnitud del sector en España dio cuenta Teresa Garde Cerdán (ICVV): “El 13% de la superficie de viñedo mundial está en España. Contamos con 150 variedades de uva y 70 denominaciones de origen que están asegurando la calidad de la materia prima, que es la uva, y del producto, que es el vino”. Sin olvidar que todas estas cifras tienen su reflejo en una trascendencia social y cultural, que es especialmente significativa en muchas zonas rurales: “El viñedo forma parte de nuestro paisaje y, en muchos casos, es el motor de pueblos pequeños, porque contribuye a luchar contra la despoblación”.
Coyuntura y perspectivas
El último año ha sido complejo para el sector de la viña, marcado por un contexto coyuntural de dificultades tanto en el mercado nacional como en el exterior, debido por un lado a la situación derivada de la pandemia de COVID-19 y, por otro, a diversos desencuentros políticos y comerciales internacionales. A pesar de ello, Luis Ángel Lobejón señaló que el sector tiene por delante perspectivas muy interesantes. “Se están abriendo nuevos mercados y nuevas tendencias” en la demanda. “Tenemos que buscar los mercados internacionales y, para ello, no hay que producir por producir. Hay que ir con los tiempos” e impulsar “otro tipo de viticultura”, indicó el responsable de la Zona Noroeste en Quimsa-Norden Agro. Y la respuesta a lo que está demandando el mercado pasa por “impulsar la sostenibilidad y la innovación, sin olvidar la tecnificación”.
En señalar la importancia de la exportación para el viñedo español coincidió Victorino Martínez Puras, viticultor y asesor de AEFA, sobre todo teniendo en cuenta que “el consumo del vino per cápita en España es de los más bajos del mundo”. A este respecto, Antonio Alcázar Sánchez, director técnico de ZERYA, apuntó que, en efecto, “el futuro del vino pasa por la exportación, pero también por la educación del mercado nacional”, un hito que pasa por “comunicar las bondades y las virtudes que tiene el sector” y los no pocos retos que se encuentra a la hora de dar respuesta a todas las necesidades y desafíos.
Clima, sostenibilidad y bioestimulantes
Entre los retos que afronta el sector está el de adaptarse a una creciente demanda de productos agroalimentarios más sostenibles, así como a un entorno climático cambiante y cada vez más extremo, que supone todo un desafío a la hora de trabajar el viñedo.
En relación con la sostenibilidad, Antonio Alcázar apuntó la necesidad de concretar el alcance y las implicaciones de este concepto, e incidió en que no es posible “plantear una producción sostenible sin una I+D que dé las herramientas necesarias para que el productor pueda reducir sus insumos sin afectar a la producción”.
A la hora de combatir los efectos que los vaivenes climáticos tienen en la calidad de la uva y, por tanto, del vino, tanto Luis Ángel Lobejón como Teresa Garde señalaron el uso de herramientas tanto tecnológicas como de laboreo, así como de productos fitosanitarios y nutricionales, un campo donde entran en juego los bioestimulantes.
Entrando en materia, en lo que respecta a este tipo de productos, en el debate se abordaron los diferentes tipos de bioestimulantes que se utilizan en agricultura y, dentro de estos, aquellos que son más efectivos o cuyo uso es más habitual en el cultivo de la viña, así como sus principales aplicaciones. En cualquier caso, los tertulianos coincidieron en indicar que su función no es la de sustituir al abonado o fertilización de fondo, sino que lo complementan desde el punto de vista metabólico, ayudando a optimizar la asimilación y la absorción de nutrientes por parte de la planta.
“Equilibrio y optimización de recursos” fueron las palabras elegidas por Luis Ángel Lobejón para referirse al futuro de los bioestimulantes en viñedo. Unos productos que Victorino Martínez Puras definió como “complementarios y mejoradores de la calidad”, y sobre los queTeresa Garde señaló que son “necesarios para la agricultura actual”. Por su parte, Antonio Alcázar sintetizó su definición en las palabras “integración y sistema”, por ser productos “complementarios, que son futuro y presente, pero siempre dentro de un sistema”.
Puedes volver a ver la tertulia en el canal de Youtube de Editorial Agrícola