Alimentos de calidad diferenciada y jóvenes, antídoto frente a la despoblación

01/06/2020

Por Marta Fernández, periodista agroalimentaria

En el entorno económico, podríamos hablar del relevo generacional como parte del proceso natural a través del cual los más jóvenes se incorporan o toman las riendas de negocios y actividades. Un proceso que, además de ser natural, es necesario. Y llevado a nuestros pueblos lo es más aún, puesto que es una de las herramientas fundamentales para hacer frente al envejecimiento y al éxodo rural, evitando de esta forma sus nefastas consecuencias económicas y sociales.


Por ello, y como parte de la lucha por vencer a la España vaciada, la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha lleva tiempo trabajando en la transformación y modernización del medio rural para que se convierta en un modelo capaz de atraer y retener a los jóvenes en sus territorios y que puedan encontrar en ellos su medio de vida.

En este contexto se encuadra el actual Programa de Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha (PDR), que se inició en 2014, con una dotación de 1.479 millones de euros, y que finaliza este 2020. El objetivo del PDR es precisamente financiar proyectos de modernización de explotaciones agrarias, así como de transformación y comercialización de productos de alimentación, facilitando la incorporación de jóvenes y mujeres para hacer efectivo el relevo generacional. Todo ello apoyado en el intenso trabajo de promoción de los alimentos de calidad diferenciada de la región a través de la convocatoria anual de los Premios Gran Selección, la presencia continua en eventos y medios de comunicación y contactos sectoriales para amplificar el foco de acción, entre otras acciones, de forma que se conviertan en productos de consumo habitual entre la población. Porque la industria agroalimentaria es uno de los motores económicos de Castilla-La Mancha, y como tal debe ser tratada, explica Elena Escobar, directora general de Alimentación del Ejecutivo regional. “Esta industria representa el 15,9 % del PIB de la región, con un volumen de más de 8.000 millones de euros. En términos de empleo, esto se traduce en más de 2.400 empresas generadoras de más de 25.000 puestos de trabajo anuales”. Dentro de estas cifras globales se incluye la producción de alimentos de calidad diferenciada, ligados al territorio y que por sus excepcionales características organolépticas y nutritivas son los abanderados de la industria agroalimentaria de la región tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. ¿Quién no conoce el excelente Queso Manchego? ¿O el Azafrán de la Mancha? ¿Sus vinos, aceites o el Ajo Morado de Las Pedroñeras, por ejemplo?

Pero además de ser los abanderados de la región y formar parte de su motor económico -representan cerca del 25% de la facturación del sector-, también son fijadores de población a través de su producción, manipulación y comercialización. Si de forma paralela analizamos los hábitos de consumo de la población y unimos estos parámetros a los objetivos del PDR, da como resultado una vía de crecimiento en la apuesta por los productos de calidad diferenciada, como explica Elena Escobar: “Los consumidores son cada vez más exigentes y tienen mayores expectativas con respecto a la calidad de los alimentos que consumen, y los alimentos amparados por una figura de calidad diferenciada son los únicos que ofrecen todas las garantías acerca del origen y los métodos de producción mediante un sistema de certificación que además de asegurar la calidad, el sabor y la seguridad alimentaria del producto, certifica que ese producto es el original y no una imitación sin garantías. Por estas razones, pienso que la demanda de los productos de calidad diferenciada va a ir incrementándose y por eso es importante que cada vez haya más productoras y productores de alimentos de calidad diferenciada”.

El futuro es de los jóvenes

No es casualidad por tanto que en los últimos cuatro años en Castilla-La Mancha se hayan incorporado 2.660 jóvenes a la actividad agraria a través de dos convocatorias de ayudas, argumenta José Juan Fernández, director general de Desarrollo Rural. De ellos, uno de cada tres han sido mujeres. Porque, como señalábamos, uno de los objetivos del Gobierno regional es facilitar la incorporación de jóvenes y mujeres al ámbito agrario, y el resultado de las acciones puestas en marcha, continúa el titular de Desarrollo Rural, está siendo satisfactorio. “Las ayudas están teniendo un alcance relevante entre los jóvenes más allá de la medida de incorporación, especialmente diseñada para impulsar la actividad agraria entre este sector de población”.

Volviendo a la perspectiva de género, añade Fernández, en la evaluación previa del PDR, “se invitó a incluir en el análisis de contexto inicial la perspectiva de género, por lo que el diseño final del PDR se vio enriquecido con los análisis resultantes de la situación de las mujeres en relación al contexto agrario (titularidad de explotaciones, etc.) y también otros aspectos sobre el seguimiento y la evaluación, como la participación de representantes de entidades de mujeres en el comité de seguimiento o la consideración de un sistema de seguimiento que considere la segregación por sexo. Una vez aprobado el Programa, el impulso de la mujer en la participación de algunas medidas se ha materializado en el establecimiento de criterios de priorización en la concesión de las ayudas”.

Una de estas jóvenes es Lucía Pacheco Jerez. Tiene 42 y es de Las Pedroñeras (Cuenca). Hace cuatro años decidió profesionalizar su actividad accediendo a la titularidad compartida de la explotación familiar, dedicada a la producción de Ajo Morado de las Pedroñeras con IGP. Hasta ese momento, Pedro, su marido, era a efectos legales el único titular y propietario del negocio. Con lo cual, tal y como relata la propia Lucía, ella, aunque compaginaba con su marido las labores en la explotación, simplemente ayudaba porque a efectos de visibilización y cotización, “no rezaba en ningún sitio”. Una vez conseguido, relata, “además del acceso a través de la titularidad compartida, también pude acceder a las ayudas específicas para la incorporación de jóvenes recogidas en el PDR”.

Pasados cuatro años desde la incorporación el balance de Lucía es positivo, aunque recuerda que los comienzos no fueron fáciles, sobre todo en lo que se refiere a la parte de la titularidad por la complejidad de su acceso desde el punto de vista burocrático. “Lo que te decían en una administración no coincidía con lo que te decían en otra, así que si a la descoordinación le sumas el papeleo y la falta de información, porque realmente no sabíamos dónde nos metíamos, en aquel momento emprender en titularidad compartida era complicado”, cuenta. Y es que el caso de Lucía, que no partía de cero, tiene su propia casuística, porque su marido debía ceder parte de los activos de la explotación a la titularidad. “Cuando yo me incorporé no lo hice desde cero, sino con el 50% de mi marido; pero el problema fue que en aquel momento, por ejemplo, no nos explicaron que él ponía esa parte a nombre de la titularidad”.

Al recordar estos momentos valora especialmente el asesoramiento y la ayuda brindados por Fademur, “ellas nos explicaban las alternativas que teníamos para que yo también accediese oficialmente en igualdad de condiciones a la propiedad de nuestra explotación, con sus consecuentes derechos y obligaciones, pero de forma que no nos perjudicase a ninguno de los dos, así como los pasos a seguir”.

Ajo Morado de las Pedroñeras, elección segura

En el plano meramente productivo Lucía y su marido se dedican a la producción de Ajo Morado de Las Pedroñeras acogido a IGP, un producto diferenciado por su calidad y cualidades que, como tales, le confieren un valor añadido que ejerce de palanca diferencial en el mercado.

Esta diferenciación, indica el Consejo Regulador, “viene marcada por su intenso aroma, su picor y alto contenido en alicina, un compuesto organosulfurado con propiedades antibióticas y farmacológicas, que es precisamente la causante del característico olor, sabor y ligero picor del Ajo Morado de Las Pedroñeras, rico además en azufre, yodo y sílice”. A nivel comercial, el Ajo Morado de las Pedroñeras tiene en el blanco y en el chino a sus principales competidores. La principal diferencia con el primero es la forma y tamaño de la cabeza (medio-grande e irregular), el recubrimiento de los dientes, que es de color blanco y con un sabor picante de mediana intensidad. Mientras que la cabeza de ajo chino es grande, achatada y regular, de color blanco y estrías moradas, y los dientes (entre 10 y 12 por cabeza) están cubiertos por pieles de color rosáceo y de bajo picor.

Como recalca Elena Escobar, directora general de Alimentación de Castilla-La Mancha, los alimentos de calidad diferenciada ofrecen los más altos estándares de calidad y como tal se desmarcan de imitaciones en el mercado a través de su certificación. Estos alimentos de calidad diferenciada están gestionados por una agrupación de productores, que es el órgano que establece los parámetros recogidos en el pliego de condiciones, y y es evaluado por entidades de control externas que están autorizadas por la Dirección General de Alimentación.

En el caso del Ajo Morado de las Pedroñeras, para estar amparado por la IGP y lucir el sello diferencial en el mercado, los bulbos saneados empleados deben proceder exclusivamente del ecotipo “Morado de las Pedroñeras” y su cultivo debe realizarse obligatoriamente en la zona de producción indicada y en parcelas inscritas en los registros que, a su vez, son supervisadas por la entidad de certificación. Esta zona comprende, como núcleo principal, el delimitado por Las Pedroñeras, La Alberca de Záncara, Mota del Cuervo, El Provencio, Santa María del Campo Rus y San Clemente, todas ellas localidades situadas en la provincia de Cuenca. Si bien, como la propia naturaleza del cultivo propicia el arrendamiento de parcelas, puesto que no puede plantarse todos los años en la misma tierra, esto ha provocado que el área de producción se extienda a las provincias limítrofes -con condiciones climáticas y agronómicas similares-, de tal forma que la zona de producción, manipulación y envasado se extiende a 227 localidades de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. En total, la superficie de cultivo anual se sitúa entre 5.000 y 6.000 hectáreas y representa el 50% del ajo cultivado en Castilla-La Mancha. Asimismo, tanto la manipulación como el envasado debe realizarse por empresas certificadas y separadamente del resto de producción no amparada por la IGP. Es más, para avalar el cumplimiento del estricto pliego de condiciones, señala el Consejo Regulador, “en los centros de recepción de las instalaciones de manipulación se controlan una por una las partidas de bulbos, verificándose a su llegada que reúnen todas las características exigidas por las normas de comercialización vigentes y por el presente Pliego de Condiciones”.

Un control que Lucía valora de forma positiva, al igual que el apoyo e impulso a los alimentos de calidad diferenciada por parte del Gobierno regional “ya que si nosotros trabajamos para cumplir con los estándares recogidos en el pliego de condiciones del Consejo Regulador, considero que la labor que está realizando el Gobierno regional para impulsar y defender el Ajo Morado de Las Pedroñeras es muy importante, porque en ello va también el sustento de muchas familias como la mía”.

El gran reto del Ajo Morado de las Pedroñeras, cuenta Eva García Ortiz, coordinadora de la IGP, “es que nos diferencien, que sepan que nuestro ajo es distinto en calidad y en manera de producción, porque las nuevas generaciones no lo conocen mucho”. En cuanto a las perspectivas para la próxima campaña, continúa Eva, son optimistas. “La campaña anterior terminó con buenas ventas, dejando las cámaras vacías, ya que al no vender China, muchos clientes empezaron a buscar ajo en otros sitios”, aunque las incertidumbres se sitúan en dos focos: “por un lado, la duda sobre si habrá o no jornaleros para recoger la producción, que se realiza entre finales de junio y la primera quincena de julio y, por otro, qué pasará en el mercado si China saca sus excedentes de la campaña terminada”.

El Ajo Morado de las Pedroñeras en cifras

Castilla-La Mancha es la principal productora de ajo de España. Así, en 2019, según datos del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, la superficie de cultivo de ajo en nuestro país ascendió a 27.348 hectáreas, con una producción de 271.353 toneladas. De ellas, 19.137 hectáreas y 173.062 toneladas correspondieron a Castilla-La Mancha, seguida de Andalucía (4.804 hectáreas y 60.197 toneladas) y Castilla y León, con 1.630 hectáreas y 18.433 toneladas.

Entretanto, también en 2019 según datos del Consejo Regulador de la IGP Ajo Morado de las Pedroñeras, la producción de ajo apto para amparar destinado a venta en fresco, es decir, que cumple el pliego de condiciones y se ha verificado, lo que no implica que se comercialice finalmente como amparado, fue de 26.513,54 toneladas. De ese total, el volumen comercializado acogido a IGP fue de 3.141,14 toneladas. De ellas, la mayor parte en el mercado nacional (2,600,73 toneladas). Por su parte, Europa compró 283,41 toneladas (siendo Eslovenia el principal cliente), mientras que las 257 toneladas restantes fueron adquiridas por países terceros, con América a la cabeza.

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