05/10/2020
AGRICULTURA. ¿Cuáles son las prioridades del Gobierno de Castilla-La Mancha para esta legislatura en materia de agua?
JOSÉ M. MARTÍN APARICIO. El agua es una de las principales ocupaciones y preocupaciones de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha. Sin agua no es posible la vida ni tampoco el desarrollo. Las prioridades en esta materia que nos hemos marcado desde la Agencia del Agua se pueden resumir en las siguientes: tenemos que hacer llegar a cada rincón de esta extensa región agua suficiente y adecuada para atender los servicios de abastecimiento y otros usos esenciales, por lo que una de las prioridades es apoyar a las entidades locales a dotar de agua en cantidad y con calidad para satisfacer las necesidades del conjunto de su población. Nos hemos propuesto, también, conseguir, en colaboración con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que es competente en la materia, modificar las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura para asegurar que los usuarios de la cuenca del Tajo y el propio río Tajo no se vean durante más tiempo perjudicados por el trasvase. No puede irse más agua para regadíos a otros territorios de España si no están cubiertas plenamente las demandas y las necesidades actuales y futuras de la cuenca cedente. En este sentido, desde el Gobierno regional agradecemos los pasos que está dando el Gobierno de la nación en relación con este asunto. Se puede y se debe llegar más lejos.
No podemos olvidarnos, tampoco, que es nuestra responsabilidad avanzar de manera firme y decidida en el cumplimiento de las normativas que nos marcan desde Europa. El adecuado tratamiento de nuestras aguas residuales es un fin en sí mismo de cara a la mejora de nuestros ecosistemas. Pero también es un medio para reutilizar las aguas correctamente depuradas.
AGR. Y dado que el Gobierno regional solo tiene competencias a nivel de infraestructuras, ¿cuáles son los principales retos y obstáculos a los que se enfrenta?
J. M. M. A. En estos momentos estamos en pleno proceso del tercer ciclo de planificación. Los esquemas provisionales de temas importantes se encuentran en información pública. Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha, y en colaboración con los agentes económicos y sociales, especialmente desde el ámbito rural, vamos a exponer claramente las necesidades de la región en materia de agua. Son siete las demarcaciones hidrográficas que nos afectan. La problemática en ellas es diversa, pero hay un problema común a todas ellas: la demanda excede a la disponibilidad del recurso. Sin pretender victimismos de ninguna clase, es un hecho que Castilla-La Mancha ha sido tradicionalmente postergada en la asignación del recurso agua a favor de otras comunidades más pobladas o más ricas. Nuestro reto es conseguir un reparto más justo y equilibrado de un recurso cada vez más escaso.
Con las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, no es, desde luego, el mejor escenario para emprender inversiones públicas en infraestructuras. Sin embargo, es precisamente lo que vamos a hacer en Castilla-La Mancha en relación con el agua. Vamos a iniciar en breve un ambicioso Programa de Depuración que va a permitir que el 100% de las aguas residuales generadas en la región reciban un tratamiento adecuado a su tamaño. Estamos en proceso de aprobación de la Ley de Aguas de Castilla-La Mancha que nos ayudará a cumplir todos estos objetivos que nos hemos marcado como Gobierno Regional.
AGR. Actualmente están trabajando con el conjunto del sector para planificar las diferentes posiciones de cara a la configuración del Plan Hidrológico 2021-27. ¿En qué punto están las negociaciones y qué objetivos están trabajando?
J. M. M. A. Estamos hablando con las organizaciones agrarias y el resto de agentes implicados directamente en el proceso de planificación. Nuestro objetivo es consensuar, en la medida de lo posible, una línea de acción a nivel regional, una voz única, que nos dé más fuerza para defender los intereses de Castilla-La Mancha.
Los objetivos son los ya mencionados y se resumen en conseguir que la región disponga de agua para promover su desarrollo socio-económico y detener y revertir el éxodo rural. Lógicamente, este objetivo, para que sea sostenible, debe enmarcarse en una situación como la actual. El cambio climático ha reducido las precipitaciones, aumentando a la vez su irregularidad. Los fenómenos catastróficos producidos por las inundaciones se suceden sin solución de continuidad con sequías prolongadas que llegan a poner en riesgo el abastecimiento humano.
AGR. El agua es clave para evitar la desertificación y la despoblación en el medio rural. ¿Qué líneas de trabajo están siguiendo para poner freno a ambas y qué cultivos están priorizando o prevén priorizar?
J. M. M. A. El avance de la desertificación afecta a Castilla-La Mancha de manera especial. Es necesario dotarse de cultivos resistentes que permitan detener su avance. La colaboración del medio rural es esencial para lograr este objetivo. Y hace falta agua. Hay que redistribuir los recursos para que contribuyan de manera más eficiente en la lucha contra la desertificación y, a la vez, ayuden a fijar población en el medio rural.
Los cultivos que debemos poner en valor para conseguir este doble objetivo son, como no puede ser de otra forma, los cultivos leñosos: olivar, almendro y pistacho como ejemplos, pero sin perder de vista aquellos cultivos que podríamos llamar sociales en nuestra región ya que implican un gran desarrollo y generación de mano de obra en la zona donde se cultivan; dentro de estos cultivos podríamos poner algunos ejemplos como el melón, la sandía, el espárrago, el ajo o la cebolla.
AGR. Para concluir, conseguir nuevas concesiones de agua para riego es uno de los retos del sector, pero para ello es necesario alcanzar el buen estado de las masas de agua. ¿Cómo se enfrentan a ello?
J. M. M. A. Las masas de agua que tenemos en Castilla-La Mancha tienen problemas de tipo cuantitativo en algunos casos y cualitativo en otros. En los casos más graves se unen ambos problemas. Hay que optimizar el consumo de agua. Castilla-La Mancha ha avanzado mucho en las últimas décadas en la modernización de regadíos. Pero aún queda trabajo por hacer en este sentido. Hace falta, también, un mayor esfuerzo de concienciación y formación en el uso eficiente del agua. Además, es imprescindible incrementar el conocimiento de las masas de agua de nuestra región. Las redes de control existentes no son lo bastante extensas ni disponen de datos con la suficiente continuidad para tener un conocimiento preciso de las disponibilidades de agua que existen. Estamos hablando con las confederaciones para mejorar el conocimiento de las masas de agua subterránea de la región.