23/09/2019
AGRICULTURA. Con la ampliación de la planta de Albacete, Intermalta entra en una nueva fase, dos años después de haber celebrado su 40 aniversario. ¿De dónde parte la necesidad de iniciar el llamado ‘Proyecto Cervantes’?
CARLOS ÁLVAREZ. La misión de Intermalta como compañía ha sido y es acompañar al sector cervecero nacional en su crecimiento, respondiendo a sus cada vez mayores necesidades en calidad y seguridad alimentaria y en los últimos años también en la premiumización de los productos impulsado por el desarrollo de las cervezas artesanas.
La ampliación de la maltería de Albacete, el Proyecto Cervantes, es el último paso dado por Intermalta en este sentido. Con este aumento de capacidad se asegura la posibilidad de abastecimiento local de malta a todos los cerveceros de la península.
AGR. ¿Cuáles son las cifras finales de capacidad de almacenaje y producción que permitirá esta obra?
C. A. El proyecto ha consistido en un aumento de la capacidad de proceso, especialmente en germinación y secado de la malta. La nueva planta incrementa su capacidad productiva en un 65%, pasando de 60.000 a 100.000 Tm por año. Hace 25 años, cuando se construyó la maltería, Maltamancha entonces, supuso un hito de industrialización en una zona de por sí muy poco industrializada. Este espíritu no se ha perdido y la nueva factoría cuenta con los últimos avances tecnológicos y de automatización, siendo empleadora de operarios y técnicos de alto nivel de especialización.
AGR. El nombre que le han dado al proyecto refleja la estrecha vinculación de Intermalta con el entorno manchego. ¿Hasta qué punto consideran ustedes importante aportar valor añadido a su ámbito geográfico y favorecer el desarrollo local? ¿Qué aporta el sector maltero, en general, a la agricultura?
C. A. La localización de Intermalta en Albacete ha sido clave en la decisión de ampliación. Albacete es una región productora de cereal y, en concreto, de cebada maltera de gran calidad, lo que permite un abastecimiento de proximidad a nuestra maltería. Por otra parte, desde aquí se suministra malta a todas las cerveceras de la costa mediterránea y el este peninsular. Se optimizan así los flujos de producto (cebada y malta) y las emisiones de CO2 consecuentes. Con la ampliación de la maltería serán necesarias unas 140.000 Tm de cebada maltera, producidas en más de 30.000 hectáreas de la región, generando un valor añadido de más de 3 millones de euros anuales al sector productor. Contribuimos así a la rentabilidad y sostenibilidad de la agricultura castellano-manchega, y a la profesionalización de un sector que deberá dar respuesta a las exigencias de la industria agroalimentaria en primer lugar y del consumidor (todos nosotros) en último término.
AGR. ¿Qué peso tiene Intermalta dentro del sector maltero español?
C. A. En España hay siete malterías, tres de las cuales son de Intermalta. Además de la de Albacete, tenemos la fábrica de San Adrián, en Navarra, y la de Sevilla. Las tres en conjunto representan una parte muy importante de la producción nacional de malta, lo que nos consolida como líderes del sector desde hace años.
AGR. ¿Quiénes son sus principales clientes?
C. A. El foco principal de Intermalta está en el mercado nacional, aunque la ampliación de la maltería de Albacete nos va a permitir abordar el mercado de exportación de forma estable.
Dicho esto, evidentemente nuestros principales clientes son los fabricantes de cerveza. Somos proveedores de todos los grandes grupos cerveceros, manteniendo con muchos de ellos una relación de estrecha colaboración. Pero también, y cada vez más, tenemos como clientes a cerveceros más pequeños, artesanos.
Por otra parte también suministramos a fabricantes de destilados a partir de malta, especialmente güisqui.
Definitivamente es muy probable que cuando disfrutamos de unas cañas con familia o amigos estemos bebiendo el resultado de fermentar malta de Intermalta.
AGR. Tanto la producción como el consumo de cerveza aumentaron en 2018 y continúan con la tendencia alcista iniciada hace un lustro. ¿El sector del malteado va a la par?
C. A. Efectivamente, la producción de cerveza en España tiene un crecimiento importante y sostenido. Ha supuesto pasar de menos de 33 millones de hectolitros en 2013 a 38,4 millones en 2018, un 17,5% más en los últimos cinco años. Por su parte, la capacidad instalada para producir malta no ha cambiado desde 2008, cuando Intermalta construyó su factoría de Sevilla.
En los años más azotados por la crisis económica la producción de malta en España era más que holgada para las necesidades de los cerveceros en el país, por lo que hubimos de buscar en la exportación la salida a nuestro producto. Pero desde 2013 a hoy la producción de cerveza en España ha aumentado casi 6 millones de hectolitros, para los que se requieren 75-80.000 Tm/año adicionales de malta. El mercado estaba en una situación muy ajustada entre necesidades de malta y posibilidades de producirla a nivel nacional.
La ampliación de Intermalta Albacete viene a resolver esta circunstancia y dibuja un panorama más confortable para nuestros clientes.
AGR. ¿El ‘boom’ de las cervezas artesanas es una buena noticia para el sector maltero?
C. A. Sin ninguna duda así es. Los cerveceros artesanos han venido para quedarse y con ellos han traído pasión por el producto, innovación, riesgo, etc. Su contribución a la popularización de la cultura cervecera es innegable. En gran medida son el detonante del fenómeno de premiumización de la cerveza al que estamos asistiendo, y de que los cerveceros de mayor tamaño también dediquen cada vez más recursos a la innovación. Sin los cerveceros artesanos sería difícil imaginar el buen momento que vive el sector.
En Intermalta tenemos una estrategia específica de acercamiento a este segmento. Cada vez trabajamos con más cerveceros artesanos, de los que aprendemos enormemente y a los que confiamos en dar mejor servicio cada día.
AGR. ¿Qué desafíos se le presentan al sector español del malteado en los próximos años?
C. A. Bajo mi punto de vista, los principales retos son aquellos que tienen que ver con la sostenibilidad. La producción de cebada, siguiendo prácticas de cultivo sostenibles, será pronto un requisito ineludible para su utilización en maltería. Nuestra huella de carbono, tanto en proceso como transporte, el consumo de agua y otros recursos escasos, etc.
Es por ello que, aun siendo un desafío, creo en la sinergia que localmente podemos alcanzar productores de cebada, malteros y cerveceros.