06/06/2022
Una vez analizados los datos de avance de campaña, la Sectorial de Cereales de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) estima que la cosecha de cereales de invierno de este año será de apenas 15,5 millones de toneladas, con un recorte del 21% respecto a la de 2021, es decir, 4,1 millones de toneladas menos en comparación con los datos oficiales del pasado año.
Por cultivos, Asaja espera una producción de 5,3 millones de toneladas en trigo blando; 600.000 toneladas en trigo duro; 7,6 millones de toneladas en cebada; 1 millón de toneladas de avena; 300.000 toneladas de centeno y 600.000 toneladas de triticale.
Detrás de esta merma estarían, según señala la organización, las altas temperaturas y la ausencia de lluvias durante el mes de mayo, a lo que se han añadido cuantiosos daños registrados como consecuencia de la fauna silvestre. Otro problema, que se repite, ha sido el aumento de las plagas y enfermedades de los cultivos de invierno que no se pueden atajar con el uso de productos fitosanitarios, por la paulatina retirada de estas materias activas, y la prohibición de la quema controlada de rastrojos.
Baja producción, altos costes
Además de las buenas expectativas de cosecha truncadas, Asaja incide en que el principal problema que han tenido los productores durante esta campaña han sido los altos costes de producción, como consecuencia del encarecimiento de los precios de la energía, las semillas, los abonos o los productos fitosanitarios.
Un alza de los costes que critican también desde Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, ya que viene a agravar el mal resultado de la campaña. Esta organización estima que la pérdida general de la cosecha de cereales en nuestro país será del 20%, causada por la ola de calor de mediados y finales de mayo. Dependiendo del territorio, la reducción podría alcanzar el 50%, como ocurre en determinadas zonas de Valladolid, Ávila, Segovia o Zamora.
“En un momento económico en el que el cereal podría ir bien, llega este calor extremo que nos reduce la cosecha”, lamentan desde Unión de Uniones. “En cualquier caso, tampoco habría sido muy boyante, con unos costes de producción tan altos, no hay precio al alza que pague eso”, añaden.
El diagnóstico de LA UNIÓ de Llauradors para la Comunidad Valenciana va en la misma línea. Prevén que la producción de cereales en esta comunidad autónoma sea un 25% menor de lo esperada, debido a las altas temperaturas de mayo, y denuncian, igualmente, que el problema se ve agravado por “unos costes de producción que no paran de subir”. El incremento respecto al pasado año llega a ser de un 215% en el gasoil, en la electricidad de un 77% y más de un 30% en los fertilizantes y fitosanitarios.
José Ramón Beltrán, responsable del sector de cereales de LA UNIÓ, indica que “un año que podría haber sido bueno como así podemos comprobar con los precios, será malo y vamos a perder dinero con nuestros cultivos. A pesar de la gran necesidad de cereales por el conflicto de Ucrania, podemos perder rentabilidad ya que las explotaciones no podemos asumir esos costes tan desorbitados”.