Agricultores 'J. A. S. P.'

El acrónimo ‘JASP’, popularizado por un anuncio de coches en 1995, se acuñó para referirse a una de las generaciones más y mejor formadas: ‘Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados’. Y, a día de hoy, podría atribuirse, en un alarde de nostalgia, a los nuevos agricultores y ganaderos, a tenor de los resultados del último estudio de investigación elaborado por Juventudes Agrarias de COAG y la ETSIAM de la Universidad de Córdoba.

Ángela Fernández, periodista


Este informe, titulado "Agro-millennials. Perfil de los nuevos agricultores/as y ganaderos/as del siglo XXI", recoge que casi 4 de cada 10 jóvenes que se incorporan a la profesión agraria son titulados universitarios y el 65% tienen, como mínimo, título de bachiller o FP superior.

Cuentan, por tanto, con una formación académica más elevada que la media de su generación, en la que el porcentaje de jóvenes que han finalizado bachiller o FP superior estaría, según el último informe de la OCDE, en el 48,7%.

Como apunta el director ejecutivo de Grupo Editorial Agrícola, Jesús López Colmenarejo, en su más reciente artículo editorial de revista Agricultura, "en la agricultura ya no se quedan 'los tontos'". Son muchos los jóvenes que deciden labrar su futuro en el campo, a pesar de que por formación podrían haber elegido otros caminos profesionales. Aunque hacen falta más, muchos más.

¿Cómo es el agricultor del siglo XXI?

Según el citado estudio, los llamados ‘agromillenials’ suelen ser, en un 75%, hijos de agricultores o ganaderos. El 87% son titulares de explotación, el 83% vive en el medio rural y para el 69% la actividad agraria es su ocupación a tiempo completo.

El informe recoge, asimismo, que el 87% de estos jóvenes agricultores o ganaderos consideran la agricultura como un trabajo estable a largo plazo, 8,48 de cada 10 se sienten ampliamente satisfechos por la elección de su profesión, y un 69% apoyaría que fuese también la dedicación escogida por sus hijos.

Entre los inconvenientes que encuentran en su entorno, el 61% echa en falta facilidades para el ocio, el 67% más servicios en el ámbito de la sanidad y la educación, el 64% mejores comunicaciones en materia de transporte y el 51% lamenta la brecha tecnológica con los servicios de conectividad disponibles en el medio urbano.

A pesar de esta brecha, suelen estar presentes en redes sociales, a través de las que se suele informar el 76% de estos jóvenes, mientras que el 55% lo hace mediante prensa digital, frente a un porcentaje mucho menor que utiliza medios tradicionales.

Por otro lado, 7 de cada 10 solicitan ayudas económicas para la incorporación a la actividad agraria, el 73% las consideran útiles pero el 66% las ve insuficientes. Entre los principales frenos que dificultan su incorporación, señalan mayoritariamente (69%) la excesiva burocracia y, en segundo lugar (42%), el acceso a la tierra, además del largo tiempo que transcurre entre la solicitud de la ayuda y su concesión (41%).

En el capítulo de innovación, el 76% conoce las ayudas para introducir mejoras en la explotación, el 55% las ha solicitado. Del 1 al 10, le dan un 7,57 a la importancia de la tecnología para mejorar la gestión de su explotación, entienden la transformación digital como el impulso necesario para conseguir explotaciones más rentables y sostenibles, pero el 79% encuentra como principal barrera la inversión económica requerida. El 88% considera muy necesarios foros y jornadas divulgativas.

Asegurar el relevo generacional

Como principales elementos que pueden condicionar su permanencia en la actividad agraria señalan el precio recibido por sus productos y el aumento del coste de las materias primas (68%) o los recortes en el presupuesto PAC y la falta de apoyo institucional al campo (45%), entre otros.

En España hay alrededor de 27.000 titulares de explotaciones agrarias menores de 35 años, el 3% del total, frente al 40% que representan los más de 355.000 titulares mayores de 64 años. En la década actual, 6 de cada 10 agricultores entrarán en edad de jubilación y se necesitará, como mínimo, 200.000 nuevas incorporaciones para asegurar un relevo generacional sostenible.

“Menos burocracia, más apoyo real a los jóvenes que quieren dedicarse a la actividad agraria y al modelo social y profesional de agricultura, y una cadena alimentaria que reparta de forma justa y equitativa el valor de los alimentos del campo a la mesa, es la mejor garantía para consolidar un sector agrario rentable y, por ende, un relevo generacional sostenible”, afirmó Andrés Góngora, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG, durante la presentación del informe.

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