El primer Congreso Ibérico del Maíz reúne a más de 600 profesionales en Lisboa

Por Ana Díaz y Ángela Fernández

La celebración del primer Congreso Ibérico del Maíz ha reunido en la capital portuguesa los pasados 13 y 14 de febrero a 650 agricultores y técnicos de Portugal y España y a un prestigioso panel de 35 ponentes que han reafirmado la importancia del cultivo del maíz en la agricultura de regadío del sur de Europa ayudando a crear empleo, generando desarrollo socioeconómico y fijando la población en el territorio.


El maíz es uno de los principales cultivos de regadío en la península ibérica ya que ocupa casi 650 000 hectáreas, de tal manera que se antoja como un gran reto para los productores ibéricos potenciar estrategias en beneficio de la competitividad de la agricultura de ambos países, tanto a nivel nacional como europeo. De hecho, hay que recordar que el maíz producido en la península ibérica es reconocido por su excelente calidad y tiene una importancia primordial en la alimentación humana y animal de ambos países.

Conocedores de estas realidades, Anpromis (Asociación de Productores de Maíz y Sorgo de Portugal) y Agpme (Asociación General de Productores de Maíz de España) han organizado los pasados 13 y 14 de febrero, en el Altis Grand Hotel de Lisboa, el 1º Congreso Ibérico del Maíz 2019, en un signo claro de unidad y de confluencia de posiciones, coincidiendo con la celebración del XII Congreso Por-tugués del Maíz que celebra Anpromis cada dos años.

Maíz y regadío, un binomio fundamental

Una de las primeras conclusiones en las que pone el foco el Congreso es la de reconocer como el maíz se encuentra entre los cultivos que mejor rentabilizan el uso de los factores de producción, en particular el agua y la energía. En ese sentido, los cultivos de regadío, y en concreto el maíz, contribuyen de forma notoria a fijar las poblaciones en el territorio rural de los países del sur de Europa, creando empleo y desarrollo socioeconómico. Por ello, según exponía el secretario general de Fenacore, Juan Valero, “nuestras producciones han de ir orientas al mercado global y ello no es posible sin el regadío. Para ello comunidades de regantes y productores cada vez vamos a tener que trabajar más unidos”. Todos los intervinientes en el primer bloque, destacaron la importancia que la agricultura de regadío tiene en la preservación del paisaje ibérico y en el ordenamiento de su territorio. Y el mensaje a trasmitir era muy claro: España y Portugal tienen que defender de forma audaz el regadío, tanto a nivel nacional como a nivel europeo.

Otras de las conclusiones que se han puesto sobre la mesa es el apoyo a iniciativas que den privilegio no sólo al uso eficiente del agua, sino también la rehabilitación y la construcción de nuevos sistemas de almacenamiento de agua. Algo que debe erigirse en una apuesta conjunta de los dos países.

Innovación, competitividad, cambio climático y PAC

Entre otros temas tratados, se puso de manifiesto la necesidad de la digitalización como herramienta, también, de cohexión del territorio y “la necesidad de crear herramientas de ayuda para la toma de decisiones a nivel de parcela”, según explicaban desde el INTIA Ana Armesto. Es más, “podemos tener muchos sensores y robots, pero el agricultor es el que debe generar los datos y compartirlos”. En relación a la innovación y adopción de tecncologías, eran muchas las dudas que el auditorio trasladaba a los ponentes, sobre todo porque el “el miedo a invertir es grande” y aunque lo los agricultores portugueses lo ven como una oportunidad que permitan un uso cada vez más eficiente de los recursos naturales, creen que necesitan más motivaciones. Por ejemplo, ayudas públicas. Por otro lado, los productores de maíz son conscientes de los retos que se plantean en el marco de la adaptación al cambio climático, por lo que se exploró la posibilidad de la creación de un Observatorio Ibérico que profundice en los conocimientos que hay en esta materia. Si hablamos de la Política Agrícola Común (PAC), es imperativo que Portugal y España garanticen el mantenimiento de los niveles actuales de financiación comunitaria en el marco de la PAC después de 2020, con el fin de contribuir a la competitividad del maíz en nuestros dos países y mantener la cohesión necesaria de su territorio. Al respecto, así se expresaba Fernando Miranda, secretario general de agricultura del MAPA, en la clausura “es importante que España y Portugal vayamos juntos y defendamos temas comunes, así somos más fuertes. Es la mejor manera de trabajar”. En relación a las exigencias medioambientales, Miranda lo dejaba claro, “lo primero es la rentabilidad y luego la sostenibilidad”.

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