16/03/2020
La excepcionalidad de la situación tiene sumido a nuestro país en estado de alarma para intentar contener la curva de afectados, con el consecuente freno de la economía -cuya repercusión aún no se puede cuantificar-. Sin embargo, en esta coyuntura la industria agroalimentaria continúa con su actividad para garantizar el abastecimiento de alimentos a la población.
Como consecuencia de la incertidumbre y la preocupación estos últimos días estamos asistiendo al colapso de determinados establecimientos de alimentación a pesar de que las autoridades recuerdan que el suministro de alimentos está garantizado. En este sentido, desde Cooperativas Agro-alimentarias de España se insiste en la necesidad de trasladar "un mensaje de tranquilidad a la sociedad ante la actual crisis del Covid-19, y reiterar que los productores y productoras de este país continúan trabajando con normalidad produciendo como siempre, alimentos sanos y seguros". Aunque reconocen que se ha producido algún problema en algunas cooperativas de suministros que sí han sido obligadas a cerrar, "pero consideramos que se debe a que las instrucciones no han sido precisas y son cuestiones que estamos trasladando al Ministerio de Agricultura para solventar cuanto antes. La producción agrícola y ganadera es clave para abastecer a la industria y la distribución agroalimentaria, pero también necesitan de insumos y piensos para su actividad", añaden las mismas fuentes.
En cuanto a las medidas adoptadas, para prevenir contagios, tanto socios como trabajadores han sido debidamente informados, sin que por el momento consten positivos en ninguna cooperativa. Para concluir, desde Cooperativas explican que están expectantes ante las decisiones que se tomen respecto al anuncio de cierre de fronteras de la UE.
Los productores, “tranquilos y trabajando”
El sector productor tampoco para. “Tenemos la responsabilidad social de salir de casa para seguir trabajando, seguir con nuestros cultivos y explotaciones para garantizar la alimentación de los más de 47 millones de personas que viven en nuestro país”, señala a Agricultura el coordinador estatal de la organización profesional agraria Unión de Uniones.
Para ellos, que apelan a la necesidad de “mantener la tranquilidad y seguir trabajando”, esta crisis es incluso “una oportunidad para poner en valor todo nuestro esfuerzo y transmitir que el brócoli no se cultiva en los sótanos de Mercadona o Carrefour ni tampoco se ordeñan las vacas ahí”.
Los productores no son ajenos a las dudas que provoca esta nueva situación en el desarrollo de la actividad agraria. Por eso, desde Unión de Uniones se ha solicitado la creación de un Observatorio para la Gestión de la Crisis Sanitaria en el Sector Agrario que pueda dar “una solución urgente a los problemas que puedan ir surgiendo con motivo de la crisis sanitaria”.
“Debemos estar unidos en estos momentos: productores, industria y distribución, cada uno en su papel, contribuyendo a garantizar la alimentación de muchas familias que en estos momentos lo están pasando mal”, sostiene De las Heras.
La huerta almeriense sigue a pleno rendimiento
En Almería, una de las regiones clave en la producción de productos hortofrutícolas, la actividad continúa con intensidad y con relativa normalidad desde el origen de la crisis del coronavirus. La secretaria general de Asaja Almería, Adoración Blanque, señala que la situación llega en un momento en el que están “prácticamente finalizando la campaña de invierno y empezando la de primavera”, en plena producción de productos como pepino, berenjena, tomate, calabacín o pimiento, y empezando con las plantaciones de melón y sandía. “En principio, continuamos con la campaña sin mayores problemas”, salvo dificultades añadidas como los desplazamientos de los trabajadores a las fincas con medidas adicionales de seguridad establecidas por el Gobierno durante el estado de alarma.
La responsable de Asaja Almería indica que durante los primeros momentos de la crisis, coincidiendo con las compras masivas en las tiendas de alimentación, recibieron “muchos más pedidos”, una situación que se habría ido normalizando con el paso de los días. Y ese aumento inicial de demanda se produjo “tanto a nivel nacional como para exportación”, esto último -indica- probablemente motivado “por el temor a que se pudiera producir un cierre de fronteras”, que finalmente se produjo solo para pasajeros, no para mercancías, “con lo cual ya hay un poco más de tranquilidad en ese sentido”.
Adoración Blanque lanza también “un mensaje de tranquilidad, en el sentido de que el abastecimiento está garantizado” y la calidad del producto es buena, “nos avalan muchos años de una sanidad en el producto excelente”, incide. La secretaria general de Asaja Almería es optimista y espera que de esta situación complicada se pueda “sacar algo bueno”, que si para algo tiene que servir esta crisis, sea “para apreciar el producto nacional” y su calidad, para “darnos cuenta de lo capaces que somos de hacer bien las cosas, en ganadería y agricultura, y para poner nuestro producto por delante de cualquier otro” y lograr “que se consuma producto nacional frente al de terceros países”.
Los insumos, necesarios para garantizar el suministro
Ante esta necesidad de garantizar el abastecimiento alimentario durante los próximos meses, un amplio número de organizaciones agrarias y profesionales del sector ha solicitado de forma unánime al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que la producción agraria “sea considerada prioritaria y se incluya dentro de los planes y medidas de contingencia del estado de alarma”.
Mediante una carta conjunta, Asaja, COAG, UPA, Cooperativas Agro-alimentarias, Fepex, Anove, Aprose, Aepla, IBMA España, Fedisprove, Aprove, ANFFE y AEFA han trasladado al Ministerio su “preocupación por las consecuencias que puedan tener estas medidas sobre la normal producción, movimiento y distribución de semillas y plantas de vivero, productos fitosanitarios, otros medios de defensa fitosanitaria y fertilizantes, y cualquier otro tipo de insumo necesario para garantizar la cadena alimentaria”.
Por ello, además de brindar su colaboración al MAPA para asegurar el suministro de productos primarios, han solicitado que el sistema de insumos trabaje a pleno rendimiento a favor de la producción de alimentos y que se coordinen las unidades administrativas para poner a disposición de los agricultores “semillas, plantas, productos fitosanitarios y fertilizantes”.
El comercio especializado, también en activo
Brais Llopis, administrador de Agroval SL, comercio dedicado a la venta y distribución de productos fitosanitarios y fertilizantes con sede en Porriño (Pontevedra), relata a Agricultura que la declaración del estado de alarma la recibieron “un pelín por sorpresa”. “Cuando conocimos la noticia el viernes por la tarde nos cogió un poco a contrapié. Pensábamos en la posibilidad de no poder recibir mercancía si cerraban Madrid, ya que mucha nos llega de allí, pero no que tuviésemos que cerrar nosotros por decreto, cosa que al final no se produjo, pero que en aquel momento era una posibilidad”.
Para confirmar que el Real Decreto publicado en el BOE al día siguiente, sábado 14 de marzo, no obligaba al cierre de su empresa, Llopis consultó a dos asesorías, una estándar y otra especializada en normativa de productos fitosanitarios. “Ambas nos comunicaron que, por ser mayoristas, tenemos derecho a suministrar a través de nuestro servicio de transporte y, al mismo tiempo, que por ser productos destinados a la agricultura estábamos dentro del grupo de servicios esenciales, y que podíamos abrir la tienda con absoluta normalidad”. También consultaron a sus proveedores en lo concerniente al transporte de mercancía. Su interpretación también les dio luz verde.
El responsable de Agroval confesaba el lunes 16 al mediodía no sentirse sorprendido por seguir recibiendo, en pleno estado de alarma, una gran cantidad de pedidos, sobre todo fungicidas para viña. “Tenemos como clientes a dos tipos de consumidor: puntos de venta minoristas y bodegas o cooperativas vitivinícolas. Los minoristas venden en sus tiendas productos fitosanitarios y alimentos, considerados de primera necesidad, y tienen por tanto el derecho a abrir, lo que nos posibilita seguir suministrándoles. Ellos, por su parte, tienen la necesidad de seguir siendo suministrados. En el caso de las bodegas tampoco me sorprende, porque aquí la viña, debido a que los inviernos son cada año más suaves, están brotando, y estamos a punto de dar el primer tratamiento. Las bodegas, si no empiezan a dar el tratamiento una vez que la viña empieza a brotar, se juegan muchísimo dinero. No solo nos piden el producto que nos pedirían en una situación normal, sino que además nos piden más cantidad por el miedo a que en algún momento haya desabastecimiento y el Gobierno ponga más restricciones al consumo o transporte de este tipo de productos”, explica Llopis.