20/11/2017
Según los datos, todavía provisionales, publicados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), el inicio de la campaña oleícola 2017-2018 ha sido muy positivo.
Con un incremento del 9,5% de las salidas al mercado con respecto al mismo período del año anterior, y un total de 115.660 toneladas de aceite de oliva comercializadas.
Todo ello, a pesar de que la cantidad de enlace, en la presente, es inferior contabilizándose 305.000 toneladas frente a las 331.000 del año pasado.
Este incremento se produce en el mercado del aceite español, a pesar de que las previsiones hablaban de una reducción de salidas en los primeros meses de campaña debido a la mayor disponibilidad en el resto de países productores, (Italia, Grecia y Portugal, en Europa, así como Túnez Turquía, Marruecos y Argelia, en la cuenca mediterránea), aumentando el nivel de importaciones y, por consiguiente, provocando una menor comercialización del nuestro.
Sin embargo, y siempre con datos del Consejo Oleícola Internacional (COI), la producción mundial vuelve a estar muy ajustada en la actual campaña, por lo que la española vuelve a ser imprescindible para cubrir la demanda actual. En base a las previsiones del COI, la oferta internacional se situará en 2.854.000 toneladas de aceite de oliva en 2017-2018, mientras la demanda global, teniendo en cuenta la evolución del crecimiento, se calcula en 2.929.000 toneladas.
Por otro lado, a parte de haber cuantificado un descenso del 14% en la producción nacional, estimándose en 1.100.000 toneladas, lo que realmente es preocupante en el sector es la intensa sequía que está atravesando el campo y que está afectando a los olivos, los cuales acumulan ya un déficit hídrico de varios años, lo que puede conllevar una desastrosa campaña 2018-2019, teniendo en cuenta la predominancia del olivar de secano.