16/05/2019
No solo de cultivos herbáceos viven los agricultores. De hecho, muchos se están decantando por leñosos, como los frutos secos o el olivar, como medio para obtener producciones más rentables que las que les proporcionan otros cultivos tradicionales. Un auge que están notando fabricantes como Stihl en su gama de productos enfocada al sector agrícola, tal y como señala su director gerente en España, Bernhard Iber. Y en esa dirección apuntan también los datos recabados en la Encuesta nacional sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) del año 2018, en la que se aprecia un incremento del 2,26% en la superficie de leñosos respecto a 2017 (de 5.099.831 a 5.215.831 ha), especialmente de frutales no cítricos, que el año pasado sumaron 1.171.066 hectáreas, entre secano, regadío e invernadero.
En esta búsqueda de rentabilidad, José A. Lostal, Marketing & Sales Manager de JJ Broch –empresa especializada en maquinaria para el cultivo de ajo, bulbo y monograno-, recuerda que “España, por sus características climáticas y edafológicas presenta una serie de ventajas en el desarrollo de determinados cultivos que permiten una producción más competitiva por precocidad, calidad, producción y reducción de costes de campo y procesado, como son las hortalizas, cítricos, frutales (especialmente de hueso) y algunos forrajes”. Por contra, añade, “la producción de cereales es muy poco competitiva con referencia a otros países que obtienen rendimientos medios por hectárea mayores con un coste de producción similar o incluso inferior”. Y aquí apunta algunos datos, en concreto, los últimos publicados por el INE: “Las hortalizas, con tan solo el 1,3% de la superficie agrícola en España, representan el 18,4% de la renta agrícola total, mientras que el cereal, con el 36% de la superficie ocupada, representa solo el 8%”.