Un laberinto lleno de obstáculos

27/03/2017

La campaña 2016/2017 se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos para los productores de cítricos españoles, que han tenido que hacer frente a un cúmulo de adversidades climáticas, sobre todo en el Levante.Dificultades que todos asumen como gajes del oficio.

Lo que nadie tolera es que se juegue con el futuro de estos cultivos. El sector denuncia que eso es precisamente lo que la Comisión Europea está permitiendo. La laxitud en los controles sanitarios aplicados a las importaciones de terceros países es una espada de Damocles que en cualquier momento puede cortar de raíz la viabilidad de este negocio en Europa.

Los aforos a principios de campaña advertían que íbamos camino de una buena campaña de cítricos. El que elaboró la Generalitat Valenciana en septiembre estimaba una producción para esa comunidad de cerca de 4 millones de toneladas, 755.000 más que las producidas en la anterior.

Por: Antonio Martínez, Periodista agroalimentario


La Junta de Andalucía, por su parte, apuntaba a un crecimiento del 10,5% y 2,05 millones de toneladas. A fecha de diciembre, los datos elaborados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, confirmaban los buenos augurios: 3,6 millones de toneladas de naranja dulce, 2,4 millones de toneladas de mandarinas, casi un millón de limón y casi 68.000 toneladas de pomelo. Pero los técnicos que elaboraron el Boletín de Estadística del Ministerio correspondiente al mes de febrero de 2017, lanzaban una advertencia sobre la validez de esas previsiones: “No obstante, se prevén descuentos en las próximas estimaciones por las adversas condiciones climatológicas producidas”.


Efectivamente, los productores han tenido que lidiar con una campaña que Francisco José Martínez, director general del Comité de Gestión de Cítricos, no duda en calificar de atípica.

“Hemos tenido todas las dificultades que se podían dar. Al principio, exceso de calor y una fuerte sequía. Ese calor redujo la demanda. Luego pasamos a tener lluvias en el mes de noviembre y diciembre que produjo enormes pérdidas en clementinas, que soportan mal las lluvias prolongadas. Más tarde hubo incluso nieve, granizo y vientos que tiraron frutos y provocaron el rameado (al mover las ramas causan daños en la piel), lo que provocó un aumento de los destríos. Ha sido un año francamente difícil”.

Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA):

“La sequía exigió regar mucho más. Los episodios de calor en primavera y septiembre propiciaron que esa gran cantidad de naranja no se desarrollara como debiera y los calibres fueran pequeños. Salimos con precios mucho más bajos. Eso, unido a la atonía del mercado por el calor, provocó el hundimiento de las cotizaciones de las satsuma extratempranas, de hasta un 50%, me atrevería a decir”.

Salvador Fernández, responsable sectorial de la organización agraria COAG en Andalucía:

“Hemos salido mejor librados que en Valencia porque tenemos unas plantaciones más jóvenes y variedades más competitivas como navelate tardías que son las que tienen mejor precio. Variedades que pasan a cámara para sacar más adelante. La naranja se ha liquidado bien, el zumo también, por encima del año pasado”.

Francisco Bernal, responsable de cítricos de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía:

“Sigue mandando Europa pero cada vez se exporta más a terceros países. Vale la pena correr riesgos. Ahí es donde podemos salvar al sector de cítricos”.

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