Tipos y usos del azufre en viticultura

02/11/2016

Por: Francisco Escudero, Ingeniero Técnico Agrícola, Departamento Técnico de AFEPASA, Tarragona. Y Jesús Yuste, Doctor Ingeniero Agrónomo, Investigador de ITACYL, Valladolid.

En los últimos años hay un elemento que está recobrando la importancia en la agricultura que tenía en el pasado. Dicho elemento es el azufre, cuya procedencia puede ser de mina o de la extracción de petróleo. No existe diferencia alguna en la pureza del azufre que se obtiene por ambos métodos, aunque es cierto que en las minas de azufre las condiciones para las personas que trabajan en ellas son nefastas y, en este sentido, el azufre que procede del petróleo es más respetuoso con el medio ambiente. 

En un mundo en el que ha crecido el uso indiscriminado de materias activas de síntesis, en el que se ha creado toda una industria química, muchas veces no justificada, el azufre es una materia activa por la que se ha ido perdiendo el interés, pero no por su falta de eficacia, sino por su falta de valor económico para las grandes multinacionales. El azufre ha sido, es y seguirá siendo el método más económico y eficaz de prevenir el oídio en los cultivos a pesar de que ello no deje mucho margen a la industria de fungicidas. Con la creciente concienciación de la necesidad de buscar alternativas ecológicas, el azufre va recuperando poco a poco su posición, siendo la materia activa más utilizada contra oídio.

Historia del uso de azufre como fungicida

El azufre es conocido como el primer fungicida de la historia. Homero recoge, en un escrito de 2.800 años de antigüedad, el uso habitual de azufre para el control de pestes. El producto de su combustión ha sido durante muchos años el desinfectante utilizado en espacios cerrados (bodegas de barco, almacenes, barricas para envejecer vino, etc.). No obstante, su uso específico para el control de oídio (Uncinula necator) no aparece descrito hasta comienzos del siglo XIX, cuando un jardinero inglés, William Forsyth, recomendó su uso para el control de oídio en frutales. Esta composición con azufre para remediar las enfermedades de estos vegetales se encuentra en el Tratado del cultivo de los árboles frutales (Forsyth, 1802).

A mediados del siglo XIX, esta enfermedad se propagó al resto de Europa, donde provocó de forma generalizada un fuerte descenso de la producción y de la calidad del vino. Su desarrollo y difusión requieren que el tiempo sea húmedo y cálido, entre 20 y 27oC, y sólo puede ser controlada mediante la aplicación preventiva de azufre, remedio que fue propugnado por el botánico de Bristol, M.J. Berkeley (1847), en el artículo del Gardener Chronicle en Inglaterra, así como por Duchatel (1850) en Francia. Desde entonces, el azufre ha sido el producto universalmente utilizado para el control de oídio en general, empleándose de forma masiva incluso en la actualidad y siendo uno de los fungicidas más efectivos.

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