Postcosecha del calabacín: Mejora de daños por frío

01/12/2016

Por: Megías, Z., Valenzuela, J.L. y Jamilena, M. Dpto. de Biología y Geología. Escuela Superior de Ingeniería. Universidad de Almería

Tras la cosecha, el calabacín rápidamente sufre deshidratación y ablandamiento debido a su alta tasa de transpiración que contribuye a su deterioro y a una rápida merma de la calidad, lo que es causa de perjuicios económicos. Para evitar estas pérdidas de calidad es recomendable la conservación en frío, herramienta útil para prevenir el deterioro del fruto tras su cosecha. Sin embargo, el calabacín es un fruto sensible al frío y, por tanto, debe ser conservado a óptimas temperaturas que aseguren su buena conservación y eviten el deterioro, pues de lo contrario si los frutos son almacenados a temperaturas por debajo del óptimo, sufrirán el denominado daño por frío que consiste en una serie de desórdenes fisiológicos que menosprecian la calidad del fruto. En el siguiente artículo se describen los síntomas más característicos de este tipo de daños, así como los tratamientos para aliviarlos manteniendo, además, la calidad del fruto.

El calabacín es un fruto que se cosecha en estado de inmadurez fisiológica, por tanto son frutos que aún están en crecimiento, presentando una alta actividad metabólica y una escasa protección por parte de la epidermis, todo esto hace que su vida poscosecha sea corta. El principal índice de cosecha está basado en el tamaño aunque depende del mercado de destino. En general el calabacín producido en Almería para exportación suele tener una longitud de unos 20 cm y es recolectado justo cuando la piel toma un color más oscuro y brillante y sobre todo antes de que se desarrollen las semillas.

Daños por frío: Fisiología 

Estos daños aparecen en frutos de origen tropical, subtropical o de zonas templado-cálidas cuando son almacenados a temperaturas bajas pero no congelantes. En general estos daños se manifiestan por pequeñas zonas deprimidas que llegan a perforar la epidermis y penetrar en la pulpa y que son conocidos como pitting (Fotos 3 y 4) que son el resultado de la pérdida de integridad celular por daños en la membrana celular. Además de este
característico síntoma aparecen otros como ablandamiento prematuro, una mayor pérdida de peso, decoloraciones de la piel y una mayor susceptibilidad al ataque por patógenos. Los síntomas pueden llegar a observarse ya en cámara si la conservación a temperatura sub-óptima se prolonga unos 6 ó 7 días y, en general, se observa que la sintomatología se agrava cuando el producto se transfi ere a temperatura ambiente.

La sensibilidad al frío en el calabacín, y en otros frutos y hortalizas, está relacionada con su conformación varietal y por tanto es fácil encontrar variedades más sensibles al frío que otras. Esto supone un handicap en los procesos de almacenamiento, transporte y comercialización ya que, por lo general, todas las variedades son conservadas a temperaturas similares sin tener en cuenta su diferente sensibilidad. Ante esta situación es necesario conocer el comportamiento de las diferentes variedades durante la conservación para evitar los daños por frío y poder aplicar aquellos tratamientos que se consideren más convenientes, de esta manera se podrán evitar mermas de calidad y pérdidas económicas.

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