04/07/2017
En este trabajo se expone un caso de estudio en el que diferentes estrategias de riego deficitario controlado y el uso de aguas regeneradas se aplicaron de modo conjunto en la Comunidad de Regantes de Miraflores sobre tres de los cultivos más representativos de la zona (peral, melocotonero y albaricoquero).
Se pudo observar que el agua regenerada empleada cumplía todos los requisitos de seguridad exigidos legalmente, contaba con un aporte importante de nutrientes que permitía ahorros significativos en el suministro de fertilizantes y que el riego deficitario controlado era la estrategia más eficiente desde el punto de vista de uso del agua en agricultura. Ambas estrategias son altamente recomendables para el riego de frutales en condiciones áridas.
Por: Pedro Antonio Nortes Tortosa, Emilio Nicolás Nicolás, Diego S. Intrigliolo Molina, Juan José Alarcón Cabañero, Departamento de Riego. Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC).
La escasez de agua en determinadas zonas de nuestro planeta, y las previsiones derivadas del proceso de cambio climático en el que estamos inmersos, hacen que uno de los retos más inmediatos de nuestra sociedad sea el desarrollo de mejoras en el uso eficiente del agua utilizada en la producción de alimentos. Estas prácticas de mejora en eficiencia y sostenibilidad pasan por el desarrollo de nuevas variedades y cultivos más resistentes a condiciones de déficit hídrico, y también por el desarrollo de tecnologías de riego y fertilización más respetuosas con el medio ambiente, que permitan preservar los recursos hídricos y edáficos disponibles, sin afectar de forma significativa a la producción, calidad y seguridad de las cosechas.
El problema previamente descrito a nivel global, alcanza actualmente un carácter de máxima preocupación en algunas zonas como la Región de Murcia, donde los niveles de precipitación medios anuales, <300 mm, contrastan con valores de evapotranspiración potencial superiores a los 1200 mm.
La solución a este déficit hídrico estructural no puede ser en ningún caso una reducción significativa de la superficie agraria, que supondría una disminución de riqueza y podría llegar a generar problemas ambientales (de erosión y degradación del suelo) superiores a los generados por la propia agricultura intensiva debidamente regulada.
La solución al déficit hídrico estructural de algunas regiones como la de Murcia, pasa por el desarrollo de prácticas sostenibles que actúen tanto a nivel de oferta de nuevos recursos hídricos (trasvases, aguas desaladas, aguas regeneradas) como a nivel de demanda (cultivos más resistentes a la sequía, prácticas de riego deficitario controlado y fertirrigación de precisión).
En el marco de este contexto, se está desarrollando en la actualidad el Proyecto “Implementation of efficient irrigation management for a sustainable agricultura (IRRIMAN-LIFEENV/ ES/000539)”, cofinanciado por el programa Life+ de la UE y en que participan como socios la Universidad Politécnica de Cartagena, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, la Consejería de Agricultura de la Comunidad de Murcia, la Universidad de Córdoba, la Comunidad de Regantes Genil-Cabra y la Federación Nacional de Comunidades de Regantes.