Estado actual de los acolchados en horticultura intensiva

24/11/2016

Josefa López Marín. Equipo de Horticultura. IMIDA. Murcia

Dentro de las múltiples tecnologías que se utilizan para poder practicar la horticultura intensiva en su conjunto, se encuentra la del uso del semiforzado, que posibilita, en zonas con condiciones climáticas suaves durante los meses fríos, normalmente de perfil mediterráneo, realizar ciclos de cultivo durante casi todo el año. Y no siendo óbice para que en otras latitudes de climas no tan bonancibles se utilice esta técnica igualmente para inducir precocidad en la cosecha de ciertas especies e incrementar su rendimiento económico, y por el contrario, aumentar solo ligeramente los costes de cultivo que supone la introducción de estos implementos adicionales.

La técnica del semiforzado, en la que se incluyen como elementos principales el tunelillo no visitable, con alrededor de 50 cm de altura, y el acolchado, como el resto de ellas, han sufrido innovaciones a lo largo del tiempo. Estos cambios han estado supeditados fundamentalmente a los avances habidos en los materiales plásticos que se han utilizado tanto en las cubiertas de los tunelillos como en las usadas como acolchados.

Desde el origen de su utilización, el polietileno de baja densidad ha sido el protagonista de las cubiertas de los tunelillos, tanto en lámina continua como microperforada, necesitando ser colocada sobre arquillos ligeros, generalmente, metálicos y en ocasiones de algún material leñoso flexible, para mantenerlo sobre las plantas; ejecutándose los mecanismos de ventilación de ese ambiente protegido levantando los faldones paulatinamente, recortando porciones de la cubierta plástica a diferentes alturas, etc., y en cualquier caso, llegando a su alzamiento total y ligándola en la cumbrera para su posterior retiro, para ir procurando moderar las condiciones internas y facilitar las operaciones de polinización y fecundación de las flores. O bien, barajando diferentes densidades de microperforado del filme en función de las exigencias climáticas de la planta y acorde con las condiciones ambientales propias de la zona de cultivo.

En los acolchados la evolución ha sido mayor, ya que sus formas originarias se basaban en el uso de distintas especies vegetales o subproductos orgánicos generados por éstas, como cualquier tipo de paja, los que se constituyeron como los primeros acolchados, y que aún, en ciertas regiones y determinados cultivos, se siguen utilizando. Y que, al igual que con los tunelillos, la aparición de los plásticos flexibles de uso agrario, ocuparon el empleo principal.

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