La sequía reactiva el mercado vitivinícola

11/11/2016

Por Jorge Jaramillo ~ Periodista agroalimentario

La estimación de cosecha ha bailado hasta el final, porque los calores del verano y la ausencia de lluvias desde hace ya casi dos años no han dado la cara hasta las primeras entregas de uva. Tanto que las organizaciones y las cooperativas tuvieron que actualizar sus previsiones en varias ocasiones, en los grandes viñedos del país. Con una producción baja de unos 41 Mhl, y bajas producciones en países clave de la UE y del hemisferio sur, la industria ha reaccionado con precios “más acordes”, dicen los productores, a la realidad de un mercado diverso de granel y embotellados que compite en el exterior con precios realmente ajustados.

La peor combinación para arruinar cualquier expectativa de negocio en el sector vitivinícola es que antes de vendimiar, el viticultor sepa que ha sobrado
mucho vino de la última cosecha, estén los depósitos de su cooperativa a rebosar y sin vender, y encima, tenga las parras que se vienen abajo de kilos y racimos. Parece obvio que con ese cocktail o pócima, que ha tenido que tragar muchos años, vaya prácticamente a pérdidas, ya que tendrá que entregar sus uvas a precios de ruina, sin cubrir prácticamente costes. Con una reestructuración y reconversión varietal en marcha que vuelve a recuperar el potencial arrancado hace pocos años con el plan que incentivó la Unión Europea (UE), las cifras vuelven a subir, en un escenario donde, por contra, el bajo consumo sigue impidiendo cuadrar las cuentas, al menos en el mercado más próximo. Todos tienen ya la mala experiencia de la difícil digestión de campañas por encima de los 50 Mhl de cosecha nueva, a los que hay que sumar siempre los sobrantes y las reservas.

En un país líder como España, sabemos que es un serio problema tal y cómo se pudo vivir y sufrir en 2013, cuando la madre naturaleza se pasó de generosa con las lluvias y todas las previsiones se quedaron cortas hasta el punto de tener que alquilar depósitos en regiones menos excedentarais para poder meter la uva. Esta vez, y ya van dos años seguidos, el cielo ha decidido cortar el grifo, y el balance provisional de campaña que presenta tanto el Ministerio de Agricultura (Magrama), como las principales regiones productoras, hace pensar que la elaboración vínica nueva no rebasará los 41 Mhl, lo que despeja el escenario comercial para los próximos meses. Y no solo porque permite ordenar los aforos internos y las salidas al circuito comercial, sino porque la situación coincide con mermas de uva en Italia, país líder, y en Francia, segundo en importancia, cuando además ambos son compradores del nuestro. ¿Serán cosas del cambio climático, o es casualidad que llevemos ya casi tres años de sequía y elevadas temperaturas durante tantos meses del año?

En este contexto y con este escenario, termina una vendimia en Castilla-La Mancha, la gran bodega del país que se acerca nuevamente a las 500.000 ha de viñedo, (la mayor parte en espalderas y regadío), donde las organizaciones agrarias y las cooperativas confirman que no habrá más de 21,5 Mhl; una cifra que han tenido que revisar en dos ocasiones hasta que han comprobado el daño que traía especialmente en el secano, con muy bajo grado, y sobre todo en las variedades blancas como la Airén, que son mayoritarias en más de 200.000 ha en esta Comunidad Autónoma, denominada también como el gran viñedo de Europa.

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