Vinos con identidad y garantía diferenciadas

16/11/2016

Por César Marcos ~ Periodista agroalimentario

Son dos sustantivos que definen al pie de la letra las figuras de calidad del vino que se produce en Castilla-La Mancha. La identidad, porque se erige un pilar clave de la economía rural de la región detrás de las Denominaciones de Origen (D.O.), la I.G.P. Vinos de la Tierra de Castilla, las D.O. Vinos de Pago, aquellos vinos adscritos a la agricultura ecológica y la Marca de Calidad Diferenciada Cueva. Y garantía, porque todos ellos se superan en cada añada en elaborar vinos ubicados en un escalón más arriba en calidad y valor del resto de la producción vitivinícola.

Diego Pequeño fue Gobernador Civil de Albacete en 1892. Pero en lo que nos ocupa, este Ingeniero Agrónomo, además de catedrático de Industrias Rurales y director del Instituto Agrícola Alfonso XII, escribió una laureada Cartilla Vinícola en 1888, por el Ministerio de Fomento y resucitada con una nueva reedición por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En sus páginas ya ilustraba cómo el viñedo era la principal seña de identidad del paisaje de la región que, a finales del siglo XIX, aportaba la mayor superficie de este cultivo y un gran volumen de producción de vino, como informa el propio Pequeño.

Detrás de una planicie delineada entre cepas y su fruto repartido por todo el mundo, está el trabajo de los viticultores y las bodegas que sostienen un medio rural vivo y uno de los pilares fundamentales de la economía castellano-manchega. “Hay tantos mercados como tipos de vino y Castilla-La Mancha está a la altura con la más amplia oferta de tipos de vino al alcance del mercado globalizado, con la calidad diferenciada de sus producciones”, destaca Gregorio Martínez-Zarco, al frente del Consejo Regulador de la D.O. Mancha y quien ostenta la presidencia de turno de la Asociación de Denominaciones de Origen Vinícolas (Adovin).

La demanda de los consumidores se apega a la garantía de figuras de caliiego dad diferenciada, sinónimos de autenticidad y tradición. Castilla-La Mancha dispone de 9 D.O., a saber Almansa, Jumilla, La Mancha, Manchuela, Méntrida, Mondéjar, Ribera del Júcar, Uclés y Valdepeñas; además de 8 Vinos de Pago (Pago Casa del Blanco, Pago de Calzadilla, Pago Dehesa del Carrizal, Pago Dominio de Valdepusa, Pago Finca Élez, Pago Florentino, Pago Guijoso y Pago La Guardia), la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) Vinos de la Tierra de Castilla, vinos procedentes de la agricultura ecológica y la Marca de Calidad Diferenciada Cueva. Nos vamos a centrar en las dos primeras (D.O. e I.G.P.).

Adovin o una voz común de todas las D.O.

Gregorio Martínez-Zarco comenta los últimos momentos de la vendimia. “Va a ser una buena añada, acorde con la calidad que se demanda a los vinos y en especial, a los adscritos a las figuras de calidad diferenciada. Las Denominaciones de Origen se encuentran en el mejor momento, creciendo más, como es el objetivo marcado. El consumo lo está reconociendo, a medida que ha sido capaz de ser más visible en los lineales y en la hostelería”, reconoce Gregorio cuando describe la demanda nacional por estos vinos, pero que buscan un reconocimiento al mismo nivel que su gran calidad en los mercados exteriores.

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