05/11/2021
Por Manel González
AGRICULTURA.- ¿Qué razones esgrimen desde su grupo para explicar su ‘no’ a la aprobación de la estrategia ‘De la granja a la mesa’?
JUAN IGNACIO ZOIDO.- Se trata de una estrategia muy desequilibrada, con un exceso de ideología y una falta de respaldo científico. Una estrategia que marca objetivos utópicos, con marcos temporales irrealistas, que no tienen en cuenta ni los logros conseguidos hasta el momento, ni las alternativas disponibles en el presente, ni el ritmo de la evolución de las tecnologías en el futuro.
Además, es una estrategia que el vicepresidente socialista Timmermans ha pretendido que votáramos sin conocer las preocupantes conclusiones que señalaban los estudios, postergando su publicación para que el Parlamento Europeo tuviera que pronunciarse a ciegas, sin evidencias científicas. Siendo conscientes de que alertaban de pérdidas del volumen de la producción agrícola europea, descenso de la renta de los agricultores, disminución de la competitividad y las exportaciones y de un incremento generalizado de los precios de los alimentos, nuestro voto solo podía ser en contra.
AGR.- ¿Qué objetivos concretos planteados en esta estrategia por la Comisión Europea considera más difíciles de asumir por el agricultor español y por qué?
J. I. Z.- Objetivos como el del porcentaje de reducción de antibióticos, en función del año de referencia que se considere, resultarán prácticamente imposibles de cumplir, precisamente porque los grandes avances en esa materia ya los ha conseguido el sector. No se puede hacer tabula rasa. U objetivos como la eliminación de determinados tipos de pesticidas, en climas cálidos como los del sur de España, serán muy difíciles de alcanzar si no hemos garantizado la existencia de alternativas asequibles.
AGR.- ¿En qué puntos considera que acierta ‘De la granja a la mesa’?
J. I. Z.- Sin duda la meta de la sostenibilidad medioambiental que pretende alcanzar la estrategia es algo que compartimos. Con lo que no estamos de acuerdo es con el cómo. Pero España ha avanzado mucho en este sentido. En algunos aspectos, como los cultivos orgánicos, España ha alcanzado un desarrollo enorme en los últimos años, y algunas regiones, como es el caso de Andalucía, son auténticas líderes en toda Europa. Es un motivo de orgullo, y un síntoma de que vamos en la buena dirección y además en la dirección marcada por Europa. Pero esto ha sido fruto de una demanda del mercado y del esfuerzo de miles de agricultores, no de una imposición ideológica arbitraria adoptada desde Bruselas. Creo que para seguir acertando las instituciones europeas debemos seguir prestando atención a la realidad del mercado y a la realidad del campo, que nadie mejor que los agricultores conoce.
AGR.- ¿Tendremos una agricultura fuerte, sostenible y rentable en España en 2030?
J. I. Z.- Pues si hacemos caso a los estudios científicos, con esta estrategia ‘De la granja a la mesa’ la respuesta es rotundamente no. No será una agricultura más fuerte, pues producirá menos y nos veremos obligados a depender en mayor medida de terceros países para el suministro de alimentos. No será una agricultura más rentable, puesto que los ingresos de los agricultores y de sus familias caerán en línea con la producción. Como tampoco será más asequible para los consumidores, que se verán obligados a pagar un 10% más como mínimo en su cesta de la compra. Por lo tanto, es evidente que no será más sostenible ni económicamente ni socialmente. E, incluso, me atrevería a decir que tampoco será más sostenible desde el punto de vista medioambiental si acabamos consumiendo productos de otros continentes, con unos estándares de protección del medioambiente infinitamente más laxos que los europeos. En definitiva, de aprobarse tal y como está esta estrategia, los europeos nos estaremos dando un tiro en el pie, y nuestros agricultores y consumidores serán los mayores perjudicados.