EAPIR en el sector vitivinícola: la fuerza de la unión

07/07/2020

Por Marta Fernández, periodista agroalimentaria

El Gobierno de Castilla-La Mancha está inmerso en la transformación de su sector vinícola, con sobrada producción, pero que tiene en la apuesta por la calidad y el fortalecimiento de sus estructuras productivas y comerciales sus retos más inminentes. Estos se articulan a través del desarrollo de medidas concretas, buena parte de ellas con incentivos en forma de ayudas, que tienen en la figura de las Entidades Asociativas Prioritarias de Interés Regional (EAPIR) uno de sus principales apoyos.


Dentro del primer bloque, el enfocado a la apuesta por la calidad, las medidas más recientes fueron anunciadas durante el pasado mes de mayo por el consejero de Agricultura Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, y se concretan en la limitación del rendimiento por hectárea (lo que contribuirá a facilitar el control de la fluctuación de los precios) y el establecimiento de ayudas al secano y la destilación. Como parámetro de control también se aboga por garantizar la trazabilidad de las producciones.

Las medidas más importantes llevadas a cabo durante el mes de junio son la puesta en marcha de un mecanismo de destilación de crisis de 2 MHl, de los cuales 0,5 MHl serán de vino con denominación de origen, que se destilará para la obtención de alcohol con destino industrial o energético. También se pondrá en marcha el almacenamiento privado de 2 MHl de vino con denominación de origen y 0,25 MHl de vino con indicación geográfica protegida. Estás medidas está operativas desde el mes de junio. Todo ello es resultado del trabajo realizado por la Consejería junto con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Del lado del fortalecimiento de las estructuras productivas y comerciales se sitúan las Entidades Asociativas Prioritarias de Interés Regional (EAPIR), reguladas en el Decreto 77/2016 de 13 de diciembre, un instrumento legal de apoyo a la concentración empresarial para fomentar la integración cooperativa en el sector agroalimentario de Castilla-La Mancha, y cuyo objetivo es mejorar la capacidad negociadora, tanto en mercados nacionales como internacionales, a través de empresas de mayor tamaño.

Para conseguirlo, el decreto establece que aquellas cooperativas o grupos de cooperativas que alcancen un volumen mínimo de facturación con su unión, obtendrán más ayudas o serán priorizados en distintas líneas de ayuda FEADER y FEAGA, tales como FOCAL, inversiones en bodegas o incorporación de jóvenes, y se priorizará también en la concesión de ayudas tanto a sus socios como a las incorporaciones de jóvenes agricultores.

El reconocimiento, explica Elena Escobar, directora general de Alimentación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, “se hace fundamentalmente en base a un volumen mínimo de facturación, porque se trata de incentivar la dimensión. Los productores que la conforman se deben comprometer a comercializar toda su producción a través de la EAPIR, pero para cumplir este compromiso se da un periodo transitorio. El volumen mínimo de ventas para su reconocimiento depende del sector, que en el de vinos y mostos es de 45 M€. Es importante señalar el compromiso recogido en el Plan Estratégico de la Producción Ecológica 2019-2023, de disminuir el volumen de comercialización mínimo necesario para constituirse como EAPIR para los productos ecológicos, y así lo tenemos previsto en la próxima modificación del decreto que las regula”.

El objetivo intrínseco, continúa Escobar, deriva de su dimensión, "a mayor dimensión, mayor poder de negociación en un mercado en el que los clientes son pocos y los productores muchos. El que estos últimos se asocien, les permite dimensionar, en consecuencia, sus estructuras comerciales y de transformación y, sobre todo, pueden abordar nuevos planes de negocio que impliquen internacionalización y diversificación".

Del lado de los beneficios, "los más inmediatos los obtienen en el acceso a las ayudas, tanto para la entidad reconocida como EAPIR como para sus entidades y socios productores de base. Esto ocurre en líneas tan importantes como FOCAL que son ayudas a la transformación y comercialización de la industria agroalimentaria, y que posibilitan la realización de inversiones en bodegas, en los planes de mejora o de reestructuración de viñedo, por poner algunos ejemplos".

Virgen de las Viñas, modelo de emprendimiento e innovación

En Tomelloso (Ciudad Real), se ubica la Cooperativa Virgen de las Viñas, actualmente la única EAPIR vitivinícola de la región, que en sus cerca de 60 años de historia ha pasado de sus 15 socios iniciales a los cerca de 3.000 actuales, repartidos entre sus dos líneas de negocio: vinícola y oleícola, siendo la más representativa la primera. Unas cifras que la han encumbrado a ser la mayor entidad cooperativa de Europa e incluso del mundo, como cuenta su presidente, Rafael Torres. “A día de hoy, Virgen de las Viñas se ha convertido en la mayor cooperativa de Europa y decimos que también la mayor cooperativa del mundo, porque no hay ninguna otra entidad de primer grado que pueda meter en sus instalaciones más de 300 millones de kilos en la bodega”. Aunque matiza que la tecnología de almacenamiento ha evolucionado con respecto a los usos de épocas anteriores. “Antes se hacían depósitos de más de dos millones de litros y eso aquí actualmente no se hace. Ahora son de 1 millón de litros y los demás son de 250.000 y de 500.000 litros”.

Emprendimiento e innovación son palabras clave en el ADN de la cooperativa y de su Consejo Rector, que junto a modernización y actualización constante son parte de su estrategia empresarial. Así lo defiende Rafael Torres cuando explica que la cooperativa ha estado evolucionando continuamente “porque nuestra línea es apostar por seguir creciendo, emprendiendo e innovando ya que, de no ser así, nos quedaríamos rezagados con respecto al mercado y sus demandas”.

Para conseguir este avance, explica Torres, han sido fundamentales las inversiones realizadas y las ayudas recibidas para ejecutarlas. “Gracias a las subvenciones, sobre todo a la última del FOCAL por estar inmersos en el EAPIR, hemos podido avanzar de una forma muy significativa”. Un avance que se concreta en la adecuación de sus instalaciones para dar un salto de valor en la calidad de sus vinos. De esta forma, el pasado 31 de marzo finalizó la ejecución de unas obras por valor de 23 millones de euros por medio de las cuales ha modernizado las instalaciones de los depósitos de graneles para regular la temperatura de los mismos y, por ende, la de sus vinos.

¿Y por qué? La respuesta habría que buscarla en el objetivo ya descrito de la búsqueda y puesta en valor de la calidad de los vinos de Castilla-La Mancha. Y, en base a ello, y conocedores de su fortaleza productiva, Virgen de las Viñas está adecuando y adaptando tanto sus producciones como infraestructuras a los requerimientos del mercado, que tiene en la exportación una potente cartera de clientes.

Desde Virgen de las Viñas esta adecuación se está realizando en dos sentidos, cuenta Rafael Torres. De un lado, primando la calidad frente a la cantidad, “un mensaje que no nos cansamos de transmitir a nuestros agricultores, que están muy concienciados”, y de otro, transmitiendo esta misma calidad tanto a los graneles como a los embotellados. “Nuestra filosofía es estar siempre en primera línea en cuanto a modernización y tener la última tecnología porque, si no, no tendríamos los clientes que en este momento tenemos en todo el mundo. Estamos vendiendo vino tanto a granel como embotellado en los cinco continentes”.

En la práctica, continúa “esto nos hace tener clientes a lo largo y ancho de todo el mundo que vienen a nuestras instalaciones a retirarnos vinos con cisternas isotermas y, entre los requisitos, solicitan que este esté a una temperatura determinada, por ejemplo a 14 grados, y se lo llevan directamente para embotellar en cualquier sitio al que vaya”. El resultado de este esfuerzo, remarca, es la gran confianza generada en sus clientes, “porque saben que lo que vengan buscando lo van a encontrar en nuestra cooperativa, porque nuestro lema es que el cliente es lo primero”.

La clave para introducir los vinos de Virgen de las Viñas en los cinco continentes, explica Rafael está en la calidad de los mismos y, con arreglo a ello, el precio percibido por los socios. “Nos hemos provisto de la tecnología y aparatos analíticos imprescindibles para pagarle al socio con arreglo a la calidad de la uva que está trayendo a la cooperativa. A ello se suman, por ejemplo, las labores de diferenciación de producciones para hacer unos vinos que son de muy buena calidad”.

Impulso a la excelencia

Castilla-La Mancha produce el 55% del vino nacional. “Somos, con diferencia, la primera comunidad autónoma en superficie de viña y en producción de vino, con gran distancia respecto a las demás comunidades, ya que entre todas ellas suman el restante 45%. Por tanto, el peso de nuestro sector a nivel nacional es muy importante en todos los productos vitivinícolas: vino, mosto y alcohol”, argumenta Elena Escobar.

Su fortaleza, como señalábamos anteriormente, tradicionalmente ha estado en su capacidad de abastecimiento derivada de sus altos volúmenes de producción. Si bien, la apuesta es elevar el valor añadido de los vinos, fundamentalmente a través del embotellado.

“Castilla-La Mancha tiene una larga tradición en abastecer el mercado de vino a granel, pero la comercialización de vino embotellado poco a poco va aumentando. En el año 2019 el precio medio en €/l del vino embotellado supuso un 284% más que el del vino a granel. Por tanto, continuaremos trabajando para seguir incrementando su comercialización”, explica la directora general de Alimentación, que añade que aún queda un largo recorrido, “ya que el 75% del vino exportado se vende a granel”.

Rafael Torres ha sido partícipe de esa evolución a lo largo de los casi veinte años que lleva al frente de Virgen de las Viñas. “Cuando yo entré, había una embotelladora pequeñita, parte manual, y en aquel momento nos arreglábamos con ella. Esa embotelladora tenía una producción de 2.000 o 2.500 botellas a la hora. Con el tiempo, esa maquinaria se ha sustituido por dos cadenas de embotellado automático que sacan 21.000 botellas a la hora, lo que nos ha posibilitado introducirnos en grandes superficies y enviar también vino embotellado a todo el mundo”. Un avance que Rafael califica como un reto conseguido, tanto para él como para el resto de socios. “Gracias a nuestro espíritu emprendedor y a las ayudas recibidas hemos pasado de vender muy poco vino embotellado, y el que se vendía era en Tomelloso o en algún pueblo cercano, a vender millones y millones de botellas en todo el mundo. Esto ha sido un paso muy importante y es el futuro que personalmente le veo a los vinos de Castilla-La Mancha”.

Un proceso vinculado a la calidad y que pasa por superar viejos tópicos ligados a épocas pasadas, en las que el perfil de los consumidores y los modelos de consumo también eran diferentes. “En Castilla-La Mancha estamos elaborando una calidad excelente; el tópico que había antes y esa demonización de los vinos de Castilla-La Mancha, es decir, mucha cantidad y poca calidad, ha pasado a la historia en la mayoría de las bodegas. Es cierto que antes no se primaba tanto el valor añadido porque el 90% iban para la destilación y se empleaban para hacer alcohol y brandis. Ahora el consumo de brandy ha bajado y las antiguas destilaciones de crisis, tal y como existían, han desaparecido, por lo que hemos tenido que prepararnos para vender el vino embotellado o a granel de una calidad igual a la que embotellamos”.

En este impulso por hacer llegar al consumidor la calidad de los vinos de Castilla-La Mancha, las EAPIR también juegan un importante papel, porque “la dimensión posibilita el acceso a más herramientas para llegar al consumidor, mayor capacidad para llevar a cabo campañas de publicidad y diversificación”, expone Elena Escobar. Un capítulo en el que, además, los vinos acogidos a figuras de calidad diferenciada, tienen también mayores posibilidades, añade la titular de Alimentación. “Las EAPIR tienen mayores posibilidades de mejorar sus estructuras de transformación y comercialización, de diversificar su producción y adaptar parte o toda ella a lo exigido en los pliegos de condiciones de indicaciones geográficas de calidad, esto les da acceso a obtener un incremento de valor añadido en las ventas de un producto diferenciado”.

Así lo entienden también en Virgen de las Viñas, dice su presidente, que confirma que la idea “es seguir embotellando cada vez más vino y situándolo en todo el mundo; y lo hacemos con cualquier variedad. Cada año sacamos marcas nuevas, tenemos muchas referencias tanto en el extranjero como aquí, tenemos vinos más baratos y vinos más caros, porque hay que tener una gama de productos que sea asequible para todos los gustos y bolsillos, según la capacidad adquisitiva de cada uno de los clientes que tiene la cooperativa”.

Formación y diversificación de actividades

Dentro de esta estrategia de búsqueda de valor se integran también la formación de socios, trabajadores y la diversificación de actividades. El primer bloque, el de formación, forma parte de la búsqueda de la excelencia en la profesionalización de la actividad de la cooperativa y sus trabajadores. Así, dentro de la propia cooperativa se imparten cursos de plantación, formación de espalderas, fertirrigación, tratamientos fitosanitarios, manejo de sustancias peligrosas, contabilidad o informática, por ejemplo.

Y dada su vocación internacional, la cooperativa, también pone a disposición de sus trabajadores cursos de idiomas bien en el propio centro de trabajo, bien en Inglaterra, con una duración de dos o tres meses. Y para el personal de bodega se organizan viajes a Chile, Argentina y Francia, “para que vean las elaboraciones que se están haciendo allí y traeros todos lo bueno de donde consideramos que se están haciendo vinos de gran calidad”, explica Rafael Torres.

La parte más lúdica y visual -integrada con precisión en su estrategia de marketing y RSC- la representan sus museos. El más conocido es el Museo de Arte Contemporáneo Infanta Elena, que alberga tanto su colección permanente, como exposiciones temporales de prestigiosos artistas. Y este mismo verano se inaugurará en sus primitivas cuevas un museo enológico. Un nuevo proyecto “encaminado al enoturismo, para que la gente nos conozca; hay que tener unas instalaciones adecuadas y apropiadas porque nuestros visitantes pueden convertirse en futuros clientes. La imagen vende tanto como la calidad, las dos se complementan y separadas no funciona ninguna”, zanja Rafael Torres.

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