Las claves del nuevo reglamento de producción ecológica

Caridad Calero, comunicadora agroalimentaria

La producción y el mercado ecológico están experimentando un rápido crecimiento a nivel global, debido al interés creciente que muestran los consumidores por los productos ecológicos u orgánicos. Esta rápida expansión plantea una serie de desafíos a un sector productivo con unas características muy peculiares, con mayores restricciones a la hora de producir y muy ligado a la percepción que tienen de él los consumidores.

El propio Reglamento (CE) 834/2007 sobre producción ecológica, vigente actualmente, ya preveía la necesidad de ser revisado en el futuro en base a la experiencia adquirida tras su aplicación. Dado el gran desarrollo que ha experimentado el sector de la agricultura ecológica desde entonces, se hizo patente la necesidad de dotarse de un nuevo marco jurídico mejorado, que incluyera normas capaces de responder a las elevadas expectativas de los consumidores y que sean lo suficientemente claras para los operadores.

Así, en marzo de 2014, la Comisión Europea presentó una propuesta destinada a reforzar la legislación vigente sobre agricultura ecológica, siguiendo los resultados de una consulta pública sobre la cuestión. Tras un largo y complejo proceso de negociaciones se consiguió aprobar en mayo de 2018 el nuevo Reglamento 2018/848 sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos, que introducirá cambios importantes en el modelo de producción ecológica, cuando entre en vigor el 1 de enero de 2021.

Sin embargo, dada la complejidad y carácter técnico de muchos aspectos tratados, y de la dificultad en llegar a acuerdos, se puede decir que el proceso legislativo no ha terminado aún. Tras la aprobación del Reglamento, todavía queda por desarrollar en detalle varios puntos importantes -reglas de producción, controles, etiquetado y comercialización e importación de terceros países - mediante actos delegados (de la Comisión Europea) y actos de implementación (del Consejo Europeo).

En general, este nuevo reglamento nace para reflejar los principales cambios que ha experimentado el sector, buscando mejorar la confianza del consumidor hacia los productos ecológicos y garantizar competencia justa para los agricultores y operadores, evitando el fraude y las prácticas desleales. En el siguiente artículo hemos querido analizar sus puntos más importantes, para lo cual hemos contado con la colaboración de tres representantes del sector que han aportado interesantes puntos de vista sobre una norma de la que todavía quedan muchos puntos por definir.