06/03/2017
Las autoridades y agricultores quieren echar el cierre al chorro de emisiones contaminantes por imperativo legal y, de paso, frenar los gastos en combustible.
Surge el goteo de ayudas públicas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como el último "Plan PIMA Transporte" del año pasado, que pasa de puntillas por el sector o el Renove que se aprobará este año, cuyo borrador ya existe y solo depende de la asignación de presupuesto económico.
El ahorro se persigue también por las marcas de maquinaria agrícola, que han adaptado sus motores a las exigencias de las normas de salvaguarda medioambiental, pero manteniendo altos rendimientos de potencia. Pero la agricultura de precisión se encamina como el objeto de futuras ayudas ofi ciales. Una herramienta eficaz también para cuidar el medio ambiente.
Por César Marcos ~ Periodista agroalimentario
La Unión Europea (UE) y los Estados Unidos ha adaptado en cinco etapas las proporciones permitidas de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2) en las emisiones. Para la clase de motores entre 175-760 CV se vuelven a reducir en los dos últimos niveles, primero de forma drástica las partículas de dióxido de carbono y finalmente, en la Fase IV (Tier 4B final) los óxidos de nitrógeno.
Desde la Fase I hasta la IIIA, la normativa para gases de escape ha obligado a los fabricantes a adoptar para su cumplimiento dispositivos como el common rail o sistemas de bomba-inyector, el retorno de los gases de escape y el turbocargador. De la Fase IIIB hasta la que ha concluido el año pasado, la Fase IV, impone medidas internas o próximas al motor, con el desarrollo de nuevas tecnologías de inyección, combustión y de carga, pero también externas como la introducción de tratamientos posteriores de los gases de escape. Como la reducción catalítica (SCR, del acrónimo en inglés Selective Catalytic Reduction). Es una reacción química que transforma óxidos de nitrógeno en agua y nitrógeno puro, pero se necesita adicionalmente el aditivo AdBlue® para el tratamiento de gases de escape diésel, además de una infraestructura para su suministro.
Por otro lado, está la Recirculación de Gases de Escape (EGR). Los gases que se queman se enfrían y retornan para reducir la generación de partículas de NOx. Como no baja la temperatura de combustión, se generan menos óxidos de nitrógeno y un mayor número de partículas que no se queman (PM).
Se coloca además un Filtro de Partículas Diésel que se va limpiando automáticamente y que soluciona el problema de las partículas generadas, a lo que se suma la tecnología SCR.