Agricultura profesional como garantía ante la sociedad

25/04/2017

“Agricultura” estamos convencidos de que la producción agraria en España, al menos toda aquella que se conciba como una actividad profesional, debe guiarse por términos técnicos.

Es cierto que nuestro sector primario ha evolucionado mucho en estos últimos años, ya que tanto en productividad como especialización o enfoque hacia los mercados exteriores se ha crecido descomunalmente, posibilitando por ejemplo que este año pasado las exportaciones de productos agroalimentarios españoles hayan alcanzado cifras record históricas.

Artículo editorial escrito por Jesús López Colmenarejo, director de Revista Agricultura

Producción agraria, cultivo al aire libre

Aunque a veces parezca que 88 años no son nada, los matices cambian todo, y si la frase de 1929 estaba planteada desde criterios de rentabilidad exclusivamente económicos, hoy en día este abanico se ha ampliado también, como lo ha hecho nuestra sociedad, a valores sociales o medioambientales.

Pero en el "debe" de nuestro balance aún nos quedan muchas malas prácticas agrarias que debemos seguir poniendo de relieve en estas páginas, tal y como hacíamos en nuestro primer editorial de enero de 1929 y que decía así: “Nace Agricultura con el anhelo de servir un alto ideal: el de orientar a la masa agricultora y ganadera de nuestro país, el de difundir prácticas culturales y sistemas de explotación útiles y beneficiosos, el de condenar rutinas y combatir prejuicios que merman nuestra producción agraria…”

Pero volvamos a esas prácticas “manifi estamente mejorables” en nuestros medios de producción. Hay algunas buenas noticias al respecto, como por ejemplo el dato de que este año el uso de semilla certifi cada (la que cuenta con una germinación mínima asegurada que permite reducir la dosis de siembra) ha visto incrementado su uso un 10% en cereales y proteaginosas.


¿Realmente antes de la siembra hacemos cuentas para ver si merece la pena una semilla certificada? 

En muchas explotaciones seguramente no, porque aún estamos en cifras de utilización de menos del 30%, una cifra para analizar.


El caso de la sanidad Vegetal 

Pero si en acciones en las que “sólo” hay que echar cuentas, como la semilla, tenemos mucho por hacer, cuando además hay que meter en la ecuación el cuidado del medio ambiente, la cosa se complica. Este es el caso de los productos fi tosanitarios, un área en la que la legislación sobre materias y límites de residuos es cada vez más exigente, y una temática en la que el consumidor (el que va a comprar nuestro producto, no lo olvidemos) cada vez está más concienciado.

Es cierto que la información que llega al consumidor no siempre es cierta ni científica, pero que estemos bajo su foco permanente debería bastar para intentar hacer las cosas cada vez mejor. Y esto es, básicamente, cumplir con la ley, lo que implica por ejemplo regular adecuadamente nuestros equipos de aplicación,utilizar productos fitosanitarios legales que hayan pasado los preceptivos procesos de evaluación de riesgos medioambientales y, por supuesto, a la hora de aplicarlos, hacerlo con las proporciones indicadas por el fabricante. Este último punto parece de Perogrullo, pero si lo analizamos es sintomático de muchas cosas…

Cuidado con la estrategia del exceso 

Aplicar las proporciones del fabricante implicaría sencillamente erradicar la estrategia del “mejor que sobre”, que además de hacernos tirar dinero en producto supone un riesgo para el medio ambiente. Esta estrategia del exceso es parecida a la que se da con los detergentes de los hogares y que vemos en los anuncios de televisión.

Si compras un detergente convencional hay que utilizar la cantidad marcada en el envase, pero si el detergente es concentrado no hay que aplicar la misma cantidad porque estaríamos tirando el dinero además de dañar el medio ambiente.

Si en detergentes está claro, ¿por qué hay muchos que no lo ven así en fitosanitarios?

Por cierto, en esa labor de difusión hacia el consumidor que desarrollamos desde el blog del proyecto “Conocer la agricultura” este mes tenemos una entrega sobre la materia que se titula “No, los agricultores no pretenden envenenarte”.

Con un sector profesional y serio nos será más fácil desmontar bulos que al final nos dañan a todos.

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