Cadena alimentaria: remar juntos

Al cierre de este número de "Agricultura" nos encontramos entre dos Jornadas Agrícola Café organizadas por nuestra Editorial Agrícola. Si hay un rasgo característico de estos encuentros, que llevamos organizando desde hace ya seis años, es que en todos aportamos una visión de debate transversal de cadena alimentaria. Creemos que la forma de eliminar prejuicios y miedos por parte de los agricultores hacia la industria o la distribución, es invitarles a sentarse a la misma mesa que ellos y debatir los problemas que nos
preocupan a todos. Sí, a todos, porque, aunque no nos demos cuenta, todos vamos en el mismo barco.

Estamos en una época en la que es necesario defi nir una cadena alimentaria más equilibrada, con precios más justos para los diferentes interlocutores de la misma. Con este objetivo, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente elaboró, al principio de la legislatura que ya ha terminado, la Ley de la Cadena Alimentaria, una ley que es únicamente un marco de trabajo en el que deben trabajar los "pintores del cuadro". Y, como todos sabemos, el borde del lienzo condiciona la pintura pero no define su estilo.

La relación entre productores-industria-distribución debería ser una relación claramente contractual, nadie lo debe poner en duda, pero mientras que los contratos sí que están muy definidos entre industria y distribución desde hace años, es ahora cuando intentamos aplicarlo a los productores. ¿Por qué no se han generalizado mucho antes? Quizás porque volvemos a toparnos con el problema de la dimensión de las explotaciones y la escasez de interlocutores responsables de la negociación comercial con la industria.