25-05-2016
Entre ellas, la Asociación Española de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE), crítica con la propuesta llegada desde Bruselas. Desde la entidad que engloba a los principales productores nacionales de fertilizantes inorgánicos y a fabricantes europeos con representación comercial en España, afirma que la regulación europea de los productos fertilizantes debe velar tanto por la calidad y la eficacia agronómica de los productos, como por la protección de la salud y el medio ambiente y, por ello, considera que el proyecto de Reglamento sobre productos fertilizantes que acaba de publicar la Comisión debe regular de manera adecuada todos estos aspectos. "La economía circular, los problemas con el reconocimiento mutuo o la agilización de los procesos de aprobación de nuevos productos no pueden ser los motivos para que determinados residuos que no son seguros ni válidos para la nutrición de las plantas se puedan emplear en la agricultura sin ningún control", destacan en un comunicado.
Además consideran que la armonización opcional que se ha introducido en la propuesta de Reglamento no solucionará el problema que existe en la actualidad con el reconocimiento mutuo, "ya que de esa manera se seguirán comercializando productos amparados en las diferentes legislaciones nacionales y sometidos al principio del reconocimiento mutuo, coexistiendo con los productos con marcado CE, que estarán regulados por el Reglamento europeo".
ANFFE también afirma que la actual definición sobre productos fertilizantes incluida en la propuesta de Reglamento puede producir confusión en el agricultor, "ya que engloba a diversos tipos de productos, con diferentes funciones. Por ello, debe quedar muy clara la distinción entre los fertilizantes (productos que aportan nutrientes para el crecimiento de las plantas) y otros tipos de productos (enmiendas, medios de cultivo, aditivos agronómicos o bioestimulantes), que tienen funciones diversas, tales como estimular determinadas funciones de las plantas, tener efectos sobre el suelo, etc".
Por su parte, desde la Asociación Europea de Fabricantes de Bioestimulantes (EBIC) han sugerido modificaciones a las definiciones de "fertilización" o "bioestimulante". Además creen que varios aspectos de la propuesta de la Comisión socavarían el derecho de las empresas a proteger su "know-how", así como los datos de investigación. Piensan además que la propuesta de la Comisión es particularmente débil a la hora de proporcionar las disposiciones necesarias para las tecnologías de base biológica, especialmente los microorganismos. "Se perderá una gran oportunidad para promover la bioeconomía y la economía circular", afirman.