20/05/2020
“Los regantes siempre han defendido la construcción sostenible de obras de regulación (presas, embalses, trasvases, etc.), sobre todo, para prevenir los efectos negativos de las lluvias torrenciales y convertirlas en recursos para las cuencas deficitarias; unas consecuencias, las inundaciones y sequías, que se agravarán por culpa del cambio climático, a tenor de los últimos estudios publicados al respecto”, ha señalado Fenacore en un comunicado.
La Federación remarca la “urgencia” de poner en marcha un Plan Nacional de Infraestructuras Hídricas “que siga la estela de los planes estatales de carreteras o de infraestructuras ferroviarias”, aunque reconoce que la crisis económica derivada de la pandemia dificultará este tipo de inversiones.
Los regantes defienden que los cultivos de regadío son “auténticos sumideros de dióxido de carbono” y que ayudan en la “disminución del efecto invernadero”. También recuerdan que absorben CO2, aportan oxígeno a la atmósfera por la fotosíntesis de la cubierta vegetal y contribuyen a reducir la erosión y la desertización mediante el mantenimiento de la capa vegetal en cultivos de riego eficiente.
Por ello, Fenacore sostiene que incrementar la regulación hídrica ayudaría a fijar la población en las zonas rurales. Según datos del INE, 13 de las 15 provincias que más habitantes han perdido durante los diez últimos años son aquellas que menos superficie regada tienen.
La Federación anima al Gobierno y al resto de los grupos políticos a alcanzar un Pacto de Estado para llevar adelante sin trabas todas las actuaciones que ya están contempladas en los diferentes planes de cuenca vigentes y en los que se incluyen las obras de regulación y las actuaciones de modernización de regadíos correspondientes.
“Afortunadamente, España es un país que tiene una aceptable regulación hídrica, contando con 54.000 hm3. No obstante, el potencial de regulación podría llegar a los 70.000 hm3, lo que ayudaría sensiblemente a que pudiéramos mitigar los efectos negativos del cambio climático. Y es que los embalses y trasvases, además de aliados del medio ambiente, representan una de las medidas más eficaces para aumentar las garantías de agua de los usuarios actuales y potenciales, a sabiendas de que la distribución de los recursos hídricos en nuestro país es tan irregular”, señala el presidente de Fenacore, Andrés del Campo.