27/10/2020
Fenacore realiza esta reivindicación después de pedir al Gobierno que incluya 5.200 millones de euros en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española para modernizar el millón de hectáreas aún pendiente, alegando que estas obras casan perfectamente con los objetivos marcados por las autoridades comunitarias para conceder los fondos europeos. Sobre todo, a la hora de fijar la población en los pueblos y de cohesionar, vertebrar y ordenar el territorio, ya que genera una fuerte demanda de mano de obra y favorece la actividad comercial.
En concreto, la Federación señala que el regadío multiplica por 4,8 la generación de riqueza y por 4,5 la creación de empleo, en comparación con el secano. En este contexto, indica que el regadío ayuda al desarrollo de un conjunto de sectores económicos relacionados con el mismo, tanto ‘hacia arriba’ de la cadena de valor (empresas de suministros y maquinaria agrícolas, servicios técnicos y financieros…), como ‘hacia abajo’ (agroindustria, transportes, comercio mayorista y minorista, etc.).
Por ello, incide en el papel clave que juega el regadío a la hora de resolver el problema del reto demográfico en España. 13 de las 15 provincias que más población han perdido durante los 10 últimos años son las que menos superficie regada tienen y entre las provincias que mantienen o crecen en población abundan las que cuentan con mayores proporciones de cultivos de regadío. Además, el envejecimiento es más acuciante en las zonas de secano y la distribución de la población hombre-mujer en las zonas con regadío resulta más equilibrada, dado que estos cultivos contribuyen a reducir la migración, sobre todo, de las mujeres del mundo rural.
Equilibrio medioambiental
En la cuarta alegación, presentada también recientemente, Fenacore instó a encontrar un equilibrio entre el medio ambiente y la satisfacción de las demandas de agua. A este respecto, recordó su colaboración en la fijación de caudales ecológicos en los planes hidrológicos de cuenca aprobados en los ciclos anteriores de planificación y su cooperación con los Organismos de Cuenca -tanto con los servicios de explotación como en las Comisiones de Desembalse o Juntas de Explotación- en favor de la recuperación de las masas de agua.
Sin embargo, los regantes advierten de la amenaza de que en el nuevo ciclo de planificación hidrológica “se imponga un enfoque propio del ecologismo radical que busca exclusivamente objetivos ambientales y restituir los ríos a su régimen natural sin evaluar ni considerar los efectos sobre las demandas existentes”.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “todas las actividades económicas necesitan agua, por lo que reducir la disponibilidad y las garantías perjudicará a la economía (pérdida de producción, de mercados, de PIB), el empleo, la ordenación del territorio… Por ello, debemos encontrar un equilibrio razonable que permita armonizar el buen estado de nuestras masas de agua con la satisfacción de las demandas. Necesitamos que las Administraciones busquen un desarrollo sostenible que armonice la protección del medio ambiente con el bienestar social”.