21/07/2020
La posición inicial de los regantes es contraria debido, fundamentalmente, a “la falta de credibilidad en la planificación hidrológica derivada del incumplimiento por parte de las distintas administraciones a lo largo de las últimas legislaturas de los acuerdos alcanzados con el regadío para elaborar estos planes hidrológicos”.
Fenacore también se opone por su “cierta desconfianza hacia una Administración que en los últimos tiempos parece amparar posiciones beligerantes y contrarias a los regadíos, obviando la importancia de disponer de agua garantizada en las correspondientes cuencas hidrográficas y su papel a la hora de asegurar la alimentación y el suministro, así como su contribución en la lucha contra el cambio climático y la despoblación de las zonas rurales”.
No obstante, la Federación ofrece su colaboración en este nuevo ciclo de planificación de “darse unas condiciones mínimas”. “Entre ellas”, indican, “el cumplimiento de los planes hidrológicos vigentes, ejecutando los acuerdos alcanzados”. Para los regantes “resulta difícil creer en la utilidad de los nuevos planes hidrológicos, cuando las medidas incorporadas en los planes anteriores no se han materializado”.
Otros de los requisitos mencionados es el “apoyo al regadío y a la modernización del casi millón de hectáreas pendientes, lo que a su vez se traduciría en un importante ahorro de agua; y la búsqueda del necesario equilibrio entre el medio ambiente y la satisfacción de las demandas”.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “los regantes somos usuarios de algo menos del 70% del agua en España y queremos, una vez más, intentar el consenso para que se den unas condiciones mínimas para apoyar los nuevos Planes Hidrológicos. Hemos llevado a cabo difíciles negociaciones y hemos alcanzado grandes acuerdos con todos los gobiernos de la democracia, colaborando para facilitar la aprobación y aplicación de importantes leyes y planes. De las decisiones que se tomen ahora dependerá la gestión del agua no sólo en los próximos seis años sino en las futuras décadas, ya que los efectos de la planificación hidrológica y de las infraestructuras son perceptibles a medio y largo plazo”.