Fertilizantes, sector en crisis, oportunidad para la acción

20/01/2023

Por Susana Garrido Sánchez-Cano, periodista agroalimentaria

La crisis en el sector de los fertilizantes ha sido provocada por diversos factores, entre los que destaca la actual guerra entre Rusia y Ucrania y la constante subida del precio de las materias primas.

Esta situación, que preocupa, y mucho, al sector agrario, está provocando que se busquen otras alternativas y que se planteen distintas soluciones, como la disminución de la dependencia de la UE hacia el mercado internacional para abastecerse de fertilizantes. Analizamos el contexto actual, que está provocando una bajada en las producciones agrarias.


La actual crisis de precios está afectando, como bien sabemos, a prácticamente todos los sectores, y el agro no escapa a esta delicada situación, donde la subida de los precios de las materias primas hace que cada vez sea más complicada la producción de alimentos en condiciones óptimas.

El sector de los fertilizantes no es ajeno a esta situación y, al encarecimiento de las materias primas, en este caso fundamentalmente el gas, se suma el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. El sector se ve obligado a adaptarse a esta nueva coyuntura, a buscar alternativas e, incluso, a volver a “reconquistar” la situación de autoconsumo que anteriormente tenía la Unión Europea y que, en los últimos años, ha perdido en virtud de una mayor dependencia de países de fuera de las fronteras.

Desde la Asociación Comercial Española de Fertilizantes (ACEFER), su presidente, Juan Pardo, hace una mirada retrospectiva al sector de hace unos años y cómo ha cambiado hasta la actualidad: “Realmente, durante la pandemia nuestro sector fue un sector preferente o primordial, digámoslo así; nosotros seguimos trabajando durante la pandemia, igual que la agricultura, porque había que seguir produciendo alimentos, las cosas fueron razonablemente bien tanto en la fabricación como en la producción y la comercialización”.

Sin embargo, en esta situación, el cierre global que se produjo en el tráfico internacional y la disponibilidad de productos internacionales, se comenzaron a detectar una serie de problemas, “sobre todo por el tema de los fletes, la disponibilidad de barcos, lo que tuvo consecuencias en más sectores y en los fertilizantes había una situación delicada porque los que venían de China no llegaban y en los movimientos internacionales se notó cierta escasez, pero no afectó a la disponibilidad”.

El problema comenzó después, y ahí es donde entra en juego la guerra de Rusia y Ucrania; “antes de la guerra había un problema de desequilibrio de cereales a nivel mundial, provocado por un desequilibrio de la demanda de energía”, matiza Juan Pardo.

En este contexto, la subida del precio del gas, provocada por la guerra, es determinante y es el comienzo del problema. “El aumento de la materia prima, del gas para los fertilizantes nitrogenados, y digamos la escasez de cereales y fertilizantes que vienen de Rusia y de Ucrania; todo esto es lo que produce un aumento del precio de los fertilizantes, concretamente más del doble que antes de la pandemia, y eso aumenta el coste de producción de los alimentos, la inflacion, etc., y ahí es donde estamos ahora mismo”.

“El mundo ha ido evolucionando a mejor, pero la guerra sigue ahí, las sanciones de Rusia también, China ha estado cerrada hasta hace nada y los precios siguen altos, a lo que sumamos el año peculiar que estamos viviendo, sobre todo por la extrema sequía”.

Situación agravada por la guerra

La secretaria general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE), Paloma Pérez, sostiene que antes de la guerra de Rusia y Ucrania los precios ya estaban en constante crecimiento; “la guerra agravó la situación, pero habíamos comenzado unos meses atrás, con unos precios del gas y de la electricidad, así como de algunas materias primas para la fabricación de fertilizantes, en aumento”.

Esta situación se ha visto agravada por las sanciones que la UE impuso a Rusia y Bielorrusia, “ya que al haber una menor oferta de productos se produjo un desajuste entre la oferta y la demanda, provocando una mayor subida de los precios que llegaron a ser, para el caso del gas natural, de unas 10 veces superior al precio que era habitual un año antes”, matiza la secretaria general de ANFFE.

“Todo esto ha provocado que la situación se vuelva insostenible, haciendo inviable en algunos casos la producción de fertilizantes nitrogenados; de hecho, algunos productores europeos se vieron obligados a cerrar entonces parte de su producción, llegando a reducirse en un 70% la producción de fertilizantes nitrogenados en Europa, lo que sin duda ha tenido un impacto negativo en el mercado y en el precio de fertilizantes”.

Costes para los agricultores

Alrededor del 6% de los costes de producción de los agricultores de la UE corresponde al gasto en fertilizantes, porcentaje que es más elevado en los agricultores especializados en cultivos herbáceos, en frutas y hortalizas o en la producción de aceituna para aceite, cultivos en los que puede incluso alcanzar el 12%. “Por tanto, cuando los precios de los fertilizantes se duplican o triplican, como lo han hecho desde 2021, el impacto en los agricultores puede ser significativo porque intentarán racionalizar el uso de fertilizantes, utilizando menos por hectárea, lo que puede dar lugar a rendimientos más bajos y a una menor calidad de los cultivos”, afirma Yannis Virvilis, jefe de prensa en la Representación de la Comisión Europea en Madrid, quien matiza que “en la Comisión somos muy conscientes de estos riesgos y por ello presentamos a principios de noviembre una Comunicación sobre la garantia de disponibilidad y asequibilidad de los fertilizantes, en la que se establecen una amplia gama de acciones y orientaciones sobre cómo abordar los retos a los que se enfrentan los agricultores de la UE”.

Desde Cooperativas Agro-alimentarias de España hablan de “situación complicada y preocupante”. Su director general, Gabriel Trenzado, afirma que “para un productor, los fertilizantes suponen un coste importante, e inciden en dos aspectos: su cuenta de resultados y los rendimientos que pueda obtener. Es un producto que se ha encarecido en el ultimo año y hay mucha incertidumbre en su disponibilidad”.

De hecho, a las cooperativas les afecta doblemente, ya que suelen hacer provisiones para sus socios y esta especulación e incertidumbre hace complicado hacer compras a largo plazo; “cuando subieron los precios, las cooperativas tenian margen porque disponían de fertilizantes comprados anteriormente, pero a la hora de volver a comprar, los precios son muy elevados”.

Juan Pardo, de ACEFER, coincide con este planteamiento: “Tanto la producción, pero sobre todo la comercialización, no es algo lineal a lo largo de los 12 meses; nosotros tenemos que ir haciendo acopio de fertilizantes para que el agricultor a lo largo de un mes o mes y medio aplique esos fertilizantes; vamos haciendo una labor de almacenamiento y de logística para el agricultor y vamos comprando producto, pero con esta situación, lo primero a lo que nos enfrentamos es a un problema financiero, para más inri, cuando ocurren estas cosas, que los precios suben y que siempre pensamos que en algún momento van a bajar, en todas las operaciones tenemos un riesgo de perder dinero, más que habitualmente, con lo cual se tiende a no dar crédito, sino a intentar cobrar antes de que pueda bajar el precio. Es decir, mis proveedores no solo no me dan crédito, sino que además me piden que pague al contado”.

Gabriel Trenzado explica que “en esta situación las cooperativas intentan hacer de paraguas para amortiguar los vaivenes del mercado; desde nuestra organización hemos solicitado en varias ocasiones a la Administración que dé una ayuda al fertilizante, porque el agricultor, si no, va a decidir no aplicar fertilizantes, lo que tendá un impacto en la productividad”.

Manuel Torrero, vicepresidente de ASAJA Castilla-La Mancha, afirma que “los fertilizantes suponen el 42% de los costes de una hectárea de cereales. Al triplicarse en algunos casos la factura de fertilizantes, nos lleva a una situación de mucho riesgo e incertidumbre, porque estamos trabajando con costes de hoy para vender a precios de mañana. Lo que tenemos claro es que es el agricultor el que está asumiendo en solitario todos los riesgos que puede presentar a día de hoy el mercado de materias primas en el comercio internacional. Sin tener certeza de los precios a los que va a vender la mercancía final, si hay un eslabón de la cadena que va a asumir pérdidas va a ser el agricultor”.

Ajustes y alternativas

El sector de los fabricantes, ante esta situación, se ha visto obligado a realizar ajustes en su actividad productiva y en la adquisición de materias primas, tal y como explica Paloma Pérez, “estos ajustes se han realizado para poder seguir manteniendo su actividad y seguir suministrando productos a los agricultores, no obstante, ha habido casos de empresas en España, al igual que otras europeas, que se han visto forzadas a parar durante meses debido a los altos precios del gas. Afortunadamente la situación se está estabilizando y muchas de ellas han vuelto a retomar su actividad”.

Las medidas tomadas por ACEFER pasan por tener un stock muy corto, tal y como explica Juan Pardo. “Capeamos los problemas como podemos, porque no hay un manual; es una situación difícil y estamos convencidos de que esto va a bajar, los precios disminuirán, poco a poco, y se volverá a un equilibrio, que quizá no sea el de antes de la pandemia, pero en el que quizá podamos vivir sin inflación”.

“Por eso, una de las medidas es tener un stock muy corto, pero no puede ser extremadamente corto porque si no acumulas en tu almacén, quizá no tengas para vender al agricultor cuando lo necesite”. En realidad no es fácil buscar alternativas, “lo único es trabajar al día, sabiendo lo que está pasando por el mundo, porque este sector cuenta con la ventaja de que es un sector global”. En este sentido, Juan Pardo explica que “los fertilizantes rusos llegaban antes al norte de Europa -Holanda, Alemania…- y nosotros nos surtíamos de otros lugares; se han sustituido los fertilizantes rusos, pero a nosotros nos ha afectado bastante menos porque nos surtíamos del norte de África”.

Desde las Cooperativas, Gabriel Trenzado afirma que “siempre se buscan alternativas, pero la primera opción es utilizar menos fertilizantes e intentar compensar, lo que ocurre es que esas alternativas no son eficientes en el primer año, la productividad y el rendimiento siempre serán inferiores”.

Yannis Virvilis afirma que desde la Comisión Europea se sigue muy de cerca la evolución del mercado, “para asegurar la transparencia hemos puesto en línea, a disposición de todas las partes interesadas, dos cuadros de indicadores específicos del mercado; uno se refiere al impacto de la invasión rusa de Ucrania en determinados sectores agrícolas, y el otro a la seguridad alimentaria en la UE, con datos sobre los índices de autosuficiencia de los productos básicos agrícolas más importantes, las cuotas de importaciones de la UE y de los países de la UE para estos productos básicos y para los fertilizantes, y con indicación de los índices de inflación de los precios de los alimentos”. 

En cuanto a las alternativas propuestas por la Comisión, pasan por el desarrollo de la producción de proteínas vegetales en la UE y la optimización de su uso; “estas medidas serán uno de los objetivos clave de la Comisión en los próximos meses”, matiza Yannis Virvilis, quien señla a la nueva PAC como una vía de acceso a oportunidades a los Estados miembros para desarrollar la producción de fuentes de proteínas vegetales de la UE a través de instrumentos de apoyo como “intervenciones sectoriales, subvenciones a la inversión en el marco de programas de desarrollo rural, regímenes ecológicos y ayuda a la renta asociada”.

Asimismo, otras iniciativas de la UE contribuirán a reducir la dependencia de la UE de las materias primas para piensos importados, como aditivos para piensos, estrategias de alimentación animal, transparencia del mercado, objetivos “De la Granja a la Mesa” relacionados con la reduccón del uso de fertilizantes o con el aumento de las tierras dedicadas a la agricultura ecológica. “La Comisión ya instó a los Estados miembros a que incluyeran en sus planes medidas prácticas para optimizar el uso eficiente de los fertilizantes, que reducirá nuestra dependencia de los fertilizantes y servirá para prevenir y reducir la contaminación por nutrientes”.

Desde la Comisón se apuesta además por la sustitución de fertilizantes minerales por fertilizantes orgánicos, lo cual reduciría la dependencia de la UE del gas en la producción de fertilizantes nitrogenados, fosfato y potasa.

De la misma opinión es Manuel Torrero, de ASAJA: “Utilizar otras prácticas es un debate necesario, y se trata de la utilización de fertilizantes orgánicos para la fertilización de cultivos de secano o regadío, no solamente por una cuestión de nutrientes, sino porque nosotros tenemos suelos mediterráneos, que se caracterizan por un porcentaje muy bajo de materia orgánica, y uno de los objetivos de la Agenda 2030 es aumentar la materia orgánica proveniente de animales en los suelos agrícolas. Este sistema aún no se utiliza porque nos encontramos ante el eterno debate entre ecologistas y agricultores, pero es una alternativa irrenunciable, tanto para el medio ambiente como para la rentabilidad del agricultor”.

Posibles soluciones

Paloma Pérez coincide en la necesidad, igualmente, de eliminar esta dependencia. “Las empresas del sector están desarrollando proyectos innovadores para, entre otros aspectos, evitar la dependencia externa en el suministro de las materias primas para fabricar fertilizantes”.

¿Y qué hacer para que esta situación no vuelva a suceder? Los profesionales consultados plantean distintas medidas. Manuel Torrero, de ASAJA, opina que “tenemos que recuperar esa soberanía y esa capacidad de autoabastecernos, porque la dependencia del exterior nos deja en una total incertidumbre”.

Gabriel Trenzado, desde Cooperativas afirma que “es necesario que cambie la situación geopolítica internacional; a largo plazo hay que seguir apostando por una producción de fertilizantes quizá no tan basada en el gas e intentar dar más transparencia al mercado de fertilizantes a nivel global para evitar especulaciones”.

Paloma Pérez sostiene que tanto “desde las instituciones del ámbito europeo como del ámbito nacional se deben desarrollar mecanismos que eviten futuras tensiones en los mercados, que tengan como consecuencia una subida desorbitada de los precios de la energía y las materias primas, tal como ha sucedido en los pasados meses”.

Juan Pardo afirma que “esta crisis está siendo tremendamente positiva porque Europa se ha convencido de que hay que intentar al menos tener una base industrial que nos suministre cuando hay un problema a nivel mundial, es decir, mantener nuestra industria, y porque esta crisis nos acabará llevando a unos fertilizantes más verdes”.

En cualquier caso, explica Paloma Pérez, la situación poco a poco va cambiando y mejorando, “afortunadamente el precio del gas natural se ha ido rebajando en estos últimos meses; las elevadas temperaturas en Europa, los planes de reducción de la demanda y los elevados niveles de reservas han permitido que la cotización del gas esté descendiendo y esto está comenzando a dar un respiro a los fabricantes de fertilizantes”.  

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