Financiación, la pieza que engrasa la adquisición de maquinaria agrícola

07/07/2021

Por Ángela Fernández, periodista agroalimentaria

Producir más con menos recursos se ha convertido en una de las máximas del sector agrícola, espoleado por la necesidad de asegurar la sostenibilidad, tanto ambiental como económica. En ese encaje de bolillos uno de los hilos que puede marcar la diferencia es la tecnificación. Ahora bien, contar con la maquinaria adecuada resulta costoso, más aun si la cuenta de resultados arroja unos beneficios más que ajustados. De ahí la importancia de encontrar la fórmula para que cada explotación agrícola sea capaz de afrontar el desembolso de acuerdo a sus posibilidades.


Antes de entrar a valorar las diferentes opciones que se pueden encontrar en el mercado a la hora de invertir en maquinaria agrícola conviene sumergirse en la realidad del sector, para tratar de entender mejor su idiosincrasia. Y en ese orden de cosas nos encontramos con que, a pesar de que optimizar rendimientos y costes y mejorar la calidad de vida de los agricultores son puntos cada día más importantes, y que contar con maquinaria propia suele ser una costumbre arraigada en el sector agrario español, “el mercado de maquinaria lleva años a la baja”, tal y como señala Ignacio Ruiz Abad. El secretario general de la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes (Ansemat) afirma que “la realidad actual del sector agrícola es que no hay renta disponible para poder invertir como se podía hacer hace años”.

En esta primera aproximación a la coyuntura actual, el presidente de Kubota España, Germán Martínez Sainz-Trápaga, aprecia tres realidades hoy en día entre los clientes del sector de la maquinaria agrícola: “La empresa familiar agraria, que está evolucionando pero sigue radicada en pueblos pequeños, donde el tractor más grande que el del vecino siempre tendrá su factor social; las empresas familiares agrarias que miran el coste y la rentabilidad, y para las que el aspecto social no existe tanto; y las empresas de inversión, gente externa al sector o del sector que están apostando por el campo y por la producción agrícola y son profesionales que miran el euro, para los que la máquina es básicamente un coste de producción”.

Para Lorena Ruiz Ponce, directora de Negocio Agro de Banco Santander España, el agricultor es cada día “mucho más profesional, porque también así el mercado lo requiere”, por una cuestión de ahorro de costes, ya que “cuanta más tecnología tengamos en campo y mayor sea la maquinaria para una agricultura de precisión”, más fácil será optimizar la rentabilidad “y que agricultores y ganaderos ganen en competitividad”. A esto se suma el cuidado del medio ambiente, ya que la maquinaria nueva “es menos contaminante”. Desde su punto de vista, “la agricultura del presente y del futuro es digitalización y sostenibilidad”.

La perspectiva del usuario la aporta Santiago Calvo, que cuenta con cuatro tractores en propiedad y uno en alquiler. Este emprendedor agrícola pone de relieve que, si bien “los tractores cada vez son más eficientes, son mejores, falta algo fundamental, que es la formación para saber emplear todo eso que estamos adquiriendo”. Para él, “la profesionalización está yendo demasiado lenta porque la formación no es la adecuada” y, en consecuencia, no se están aprovechando las características de la maquinaria que se está adquiriendo.

El ritmo que marca Europa

En los recursos y obligaciones que forman parte del día a día de los agricultores  influyen, y mucho, los dictados de la política y las diferentes instituciones que la representan, tanto por las regulaciones que establecen como por los medios que ponen a disposición del sector. En ese sentido, juegan y jugarán un papel fundamental la nueva Política Agrícola Común (PAC) o las estrategias de Sostenibilidad y “De la granja a la mesa”, asociadas al Pacto Verde comunitario. Pero, ¿reflejan de algún modo las políticas comunitarias la cuestión que en este artículo nos ocupa, es decir, las necesidades de adquisición de nuevos equipos agropecuarios?

Para Ignacio Ruiz, el discurso político europeo está cargado de vaivenes y “va totalmente desfasado con la realidad del mercado”. En el caso particular de la maquinaria agrícola, las empresas llevan como mínimo tres décadas ofreciendo tecnología y comunicación entre máquinas “y ahora, de repente, se cambia el discurso de la sostenibilidad” y aparece “la nueva palabra de moda, que es la digitalización”, en torno a la cual se está gestando “una enorme burbuja, porque hay sobresaturación de oferta tecnológica” y a eso se añade que “nadie se ha sentado todavía a ordenar todas esas tecnologías”. El director general de Ansemat incide en que, a pesar de los cambios que se quieren introducir, “el problema sigue siendo el mismo, que es que la renta disponible de los agricultores y la formación no es la necesaria para poder digitalizar el sector agroalimentario”, a lo que hay que sumar otras carencias que habría que solventar, como las deficiencias de cobertura y de acceso a las comunicaciones en el campo.

Germán Martínez pone la lupa en la influencia que la legislación comunitaria ha ejercido sobre los precios de las máquinas agropecuarias en los últimos años, con  una notable tendencia al alza. “El precio de un tractor medio desde 2008-2009 a la actualidad se ha duplicado”, principalmente motivado “por las regulaciones de emisiones de motores”, apunta, lamentando que en muchas ocasiones la batuta de las políticas de la Comisión Europea la dirijan países con una densidad de población poco representativa, que sin embargo imponen decisiones que no dan respuesta a la demanda social ni propician productividades que aseguren el futuro del sector.

El presidente de Kubota España considera que el resultado de políticas como la nueva PAC “se verá a largo plazo, pero en el camino hay cosas que hay que abordar con mayor premura”. Y en el centro de todo estaría el reto de dar a los productores “las herramientas, la conectividad y la formación sobre los bienes que son capaces de adquirir para ser más productivos”, con vistas a mantener el medio rural, “con pueblos de 200-300 habitantes, y que los jóvenes hagan de la agricultura una profesión que puedan ejercer con dignidad y sean capaces de mantener un nivel de vida razonable”.

En el ámbito de la nueva PAC y una economía más verde, Lorena Ruiz Ponce señala que uno de los retos que tiene el sector agrícola es el de ganar en competitividad y a ello puede contribuir el cambio de maquinaria agrícola. En este sentido, recuerda que “en España más del 50% de la maquinaria agrícola tiene más de 18 años, el doble de la media de la UE”. El otro gran reto sería, para ella, la conectividad. “Se ha de conseguir que internet llegue al campo, porque la digitalización no solo es tener un tractor mucho más digital, sino incorporar sensores, drones, etc.”, y para poder servirse de estas herramientas “la conectividad es importante”.

El emprendedor agrícola Santiago Calvo puntualiza que, aunque muchos tractores tengan más de 18 años de antigüedad, puede que acumulen solo “5.000 horas de trabajo, no son viejos, y todavía tienen una rentabilidad”. En cualquier caso, si las necesidades de modernización obligan al usuario a cambiar de máquina, necesita financiación, más aun teniendo en cuenta los precios que percibe por sus productos y los costes que debe afrontar.

Ayudas públicas

No solo la política comunitaria, también la nacional marca el camino del sector agrícola, y en este ámbito una de las novedades que han dado mucho que hablar en las últimas semanas ha sido la convocatoria por parte del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación del Plan Renove de maquinaria agraria, que en el ejercicio 2021 contará con una dotación de 6,55 millones de euros, y que no ha terminado de convencer a todos.

Sobre este punto, tanto Ignacio Ruiz como Germán Martínez muestran su disconformidad con la forma en la que se ha gestado dicho plan y con el texto finalmente aprobado, que califican de “decepcionante” e incluso “contraproducente” ya que aprecian que, tal y como ha sido planteado, no incentiva la inversión ni da solución a la baja tasa de renovación del parque de maquinaria que hay en nuestro país. Martínez considera que produce incluso un “efecto de freno” en el mercado, “provocado por políticas sin ninguna homogeneidad, sin dotación, que no van enfocadas realmente a lo que debe ser el objetivo, que es renovar el parque”. Y en este sentido aporta datos significativos: “El 50% de las transferencias de tractores en el último año han sido de tractores de más de 30 años, y la media son de 18 años de antigüedad. Nos estamos convirtiendo en la chatarrería de Europa”.

Ignacio Ruiz añade a esas cifras otro dato: “Ahora mismo el parque de maquinaria agrícola se renueva a una tasa inferior al 1% anual”, y deja en el aire una cuestión para la reflexión: “¿Cómo se va a digitalizar el campo con esas tasas de renovación?”

Ni el director general de Ansemat ni el presidente de Kubota España creen que la respuesta a las necesidades de renovación del parque esté en este tipo de subvenciones. “Pueden ser una ayuda o un parche en determinados momentos, pero no son la solución. La agricultura no va a mejorar con subvenciones”, señala Ignacio Ruiz Abad, apuntando, además, que “el Plan Renove está planteado a inversión hecha, con lo que no se incentiva la inversión”. Tampoco el emprendedor Santiago Calvo cree que este tipo de ayudas sean la forma más adecuada de ayudar al sector agrícola. Germán Martínez va más allá y daría otros usos mejores a los fondos que se destinan al Plan Renove: “Yo invertiría ese dinero en cambios estructurales, como son la cobertura en el medio rural, la conectividad, la formación de jóvenes agricultores, el apoyo a empresas agrarias nuevas, porque realmente lo que se están dando son limosnas que no sirven para mucho y crean conflictos en el mercado”.

Por su parte, Lorena Ruiz Ponce considera que “toda subvención ayuda” y recuerda que hay muchas más, además del Plan Renove, como las destinadas “a las mejoras de estructuras agrarias o a la incorporación de jóvenes agricultores, donde también se reflejan ayudas a maquinaria agrícola”, y desde la entidad financiera contribuyen a canalizarlas. Como banco notan “un impulso importante cuando hay un plan renove”, aunque también cree necesario incrementar la dotación de este tipo de incentivos, para hacer el importante cambio de renovación de maquinaria que se precisa.

Asimismo, la directora de Negocio Agro de Banco Santander España vería positivo que en las ayudas del Renove estuviesen contempladas “las diferentes opciones de financiación, tanto renting como leasing”, una carencia de apoyos hacia estas dos modalidades de adquisición de maquinaria con la que coincide Germán Martínez, que recuerda que “los profesionales que están invirtiendo y están deseando hacerlo a través de renting y leasing no pueden acogerse a la subvención”.

Opciones de financiación

Una vez revisado el marco coyuntural, llega el momento de entrar a conocer algunas de las posibilidades que tiene a su alcance el sector para cubrir sus necesidades o expectativas de mecanización. Como se ha comentado anteriormente en este artículo, la renta disponible de los agricultores es limitada, por lo que, a la hora de invertir en nuevos equipos lo habitual es que no dispongan de la liquidez necesaria para afrontar un desembolso tan importante. Y ahí es donde entra en juego la financiación en sus diferentes modalidades.

Entre esas modalidades la más habitual en nuestro país sigue siendo la compra mediante préstamos, bien facilitados por la marca y sus concesionarios o bien por una entidad financiera o de crédito. Aunque cada vez tienen más demanda otras opciones, como los mencionados renting y leasing, alternativas a la compra de máquinas que ya existen en el mercado de automóviles y otros bienes de consumo. En ellas el usuario tiene derecho a utilizar la maquinaria a cambio de pagar unas cuotas mensuales, durante un periodo de tiempo estipulado por contrato, y ambas cuentan con ventajas fiscales, además de facilitar el acceso a las máquinas que cubran las necesidades de las explotaciones en cada momento sin por ello tener que endeudarse a largo plazo.

En el caso del renting, las cuotas suelen incluir todos los gastos que acarrea el uso de la máquina, como los seguros o el mantenimiento y, al finalizar el contrato acordado, el usuario podrá renovarlo para seguir usando la misma máquina, devolver la máquina o solicitar un nuevo renting. A diferencia del leasing, no se establece una opción de compra al término del contrato.

En todas estas opciones de acceso a nuevos equipos tienen mucho que decir tanto las entidades financieras como las marcas de maquinaria. En el caso del Banco Santander, conscientes de las actuales necesidades de financiación, han apostado por apoyar al sector con iniciativas como su propio “plan renove de maquinaria agrícola”, lanzado en el mes de mayo, en el que el agricultor puede acogerse a diferentes formatos, “préstamo, renting, leasing, etc.”, con financiación a medida y plazos que les permitan amortizar la maquinaria, tal y como explica Lorena Ruiz Ponce. En esta entidad, los formatos de financiación más demandados para este tipo de bienes son “el préstamo, sobre todo cuando va vinculado a una subvención. Y, si no hay subvención, el leasing, porque tiene unas ventajas fiscales interesantes para el agricultor”.

También desde Kubota España ofrecen diferentes posibilidades y facilidades para financiar la adquisición de las máquinas. Su presidente, Germán Martínez, indica que “el 75% de la maquinaria agrícola es financiado con la compra a través de préstamo” y vinculan esa financiación “a otros productos de valor” que consideran “importantes para el cliente y para la marca, como la extensión de garantía a 5 años”. Asimismo, ofrecen tipos de interés muy bajos, prácticamente al 0% durante los primeros años. Y, además de la adquisición mediante préstamos, también hay “mucha tendencia al leasing y al renting”. En el caso de estas dos modalidades, cuyo uso está mucho más extendido en otros países europeos, echa en falta más apoyos por parte de la Administración española. Martínez considera que el alquiler de maquinaria es “una necesidad” en nuestro país, sobre todo teniendo en cuenta la estacionalidad de los cultivos, pero no se contemplan ayudas para incentivarlo.

El presidente de Kubota España señala que “hay que ser muy flexible para entender las necesidades del agricultor y del ganadero y ver cómo se puede satisfacer sus necesidades de pago. Él (agricultor) está interesado en saber cuánto tiene que pagar y conocer su coste productivo, si satisfaces eso, tienes un buen cliente”.

Un debate de interés para el sector

Las diferentes posibilidades de financiación de los equipamientos agrícolas centraron la tertulia virtual Agrícola Café “Financiación en maquinaria agrícola, ¿hacia dónde va el sector?”, organizada por Grupo Editorial Agrícola Henar Comunicación el pasado 3 de junio, con el patrocinio de Kubota y Santander Agro, y la colaboración de Ansemat.

El encuentro, moderado por Jesús López Colmenarejo, director de Grupo Editorial Agrícola Henar Comunicación, contó con la participación de voces expertas como las de Germán Martínez Sainz-Trápaga, presidente de Kubota España; Lorena Ruiz Ponce, directora de Negocio Agro-Santander España; Ignacio Ruiz Abad, secretario general de la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes (Ansemat); y Santiago Calvo, emprendedor agrícola.

De dicha tertulia se han extraído las declaraciones reflejadas en el presente reportaje.

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