16-06-2016
Hace pocos días una cadena de comida rápida levantaba cierto revuelo , al anunciar una oferta en las patatas fritas.Un sindicato agrario, UPA, ha protestado no solo por utilizar al agricultor como elemento "gracioso" , que es algo ya habitual, sino porque oferta patatas, precisamente un producto agrícola que a menudo se encuentra en el filo de la navaja en cuanto a rentabilidad se refiere.
En el, un airado agricultor nos pregunta si creemos que las patatas caen del cielo. Pues patatas no lo sé, pero me viene a la cabeza una campaña con plátanos de Canarias que si que lo hacían. Menos mal que tenían paracaídas, que son frutas muy sensibles a los golpes y en vez de pintitas acabarían con moratones.
Y así fue como me dió por recordar anuncios de televisión en los que salieran alimentos o el mundo rural. He vuelto a ver algunos de ellos y el panorama es francamente desolador. Pero bueno, aquí os dejo mis conclusiones.
1. Los anuncios sobre alimentos normales y corrientes, son muy muy escasos.
Y con normales y corrientes me refiero a las mismas patatas, lechugas, una paletilla de cordero, fruta, huevos o leche sin más, etc..
Realmente a esta conclusión ya habían llegado antes algunos nutricionistas como Juan Revenga. Yo simplemente me hago eco y la amplio: ni el campo ni los alimentos que se producen en el apenas están presentes en la publicidad que nos rodea. Y si lo están, no se valoran por lo que realmente valen.
2. El propio valor de los alimentos - sabor, ternura, cualidades nutricionales, que estén de temporada... - pasa a un segundo o incluso tercer plano y normalmente se recurre a factores externos que animen al consumidor a comprar el alimento en cuestión.
- Recurrir a personajes famosos. La lista es bastante amplia. Me vienen a la cabeza dos ejemplos.