11/10/2016
Por Antonio Martínez ~ Periodista agroalimentario
El sector de la fruta de hueso no parece capaz de salir de la depresión en la que lleva inmerso desde hace tres años. Ni siquiera una campaña más corta ha tenido efectos importantes sobre los precios. Los productores se preguntan de qué han servido tantos esfuerzos para lograr el liderazgo europeo, con explotaciones muy modernas y orientadas al mercado si luego el precio no compensa todo ese trabajo. Algunos productores creen que un nuevo plan público de reconversión varietal podría ayudar a desatascar esta situación. Otros ya no confían en un proceso que no ha cumplido el objetivo en el pasado.
Los productores de fruta de hueso españoles vienen de dos campañas que algunos califi can de catastrófi cas. Campañas marcadas por el veto ruso a nuestra fruta, unas producciones muy altas, que se tradujeron en precios muy bajos. La pasada primavera ya dio pistas de que, al menos, la producción de fruta no sería tan alta como en las campañas pasadas. Josep Cabré, responsable de Fruta Dulce de la organización agraria Unión de Uniones, achaca esa caída de la cosecha a las heladas que se produjeron en plena fl oración: “Al principio parecía que habían afectado poco. Después nos hemos dado cuenta de que afectó más de lo que pensamos. En muchas variedades de nectarina y paraguayo ha bajado mucho la cosecha.
En el paraguayo se ha cerrado mal el fruto, que se ha abierto en su extremo y ha quedado sin valor comercial. Ha hecho bajar los kilos de producción globales. Aunque ha habido menos fruta por árbol, ésta tiene un mayor calibre”. Efectivamente, Jorge Salvador, responsable de Fruta Dulce de la organización agraria ASAJA en Huesca, también esperaba un efecto limitado: “Empezamos la campaña de fruta de hueso con unas previsiones de una caída de la producción de un 13% ó 15%. Sobre todo, en variedades tempranas de mayo, junio y julio. Después nos encontramos durante el aclareo que la fruta en el árbol había tenido un mal cuajado y por tanto un mal desarrollo”.