31/05/2022
Se une así a empresas como Innoplant (coordinación biológica del proyecto) y a instituciones como el IGEO, Cabildo, la UNESCO y las agencias espaciales europeas y china, entre otras, en un proyecto cuyo objetivo principal es estudiar la germinación y crecimiento de una planta bajo la gravedad lunar.
El proyecto se apoya en tres pilares fundamentales: la geología planetaria, centrada en el suelo lunar, donde no hay nitrógeno, nutriente básico para que la planta sobreviva; la biología vegetal, a través de la cual conocer la lógica vegetal que seguirá la planta en la Luna; y, finalmente, la ingeniería espacial, dado que en la Luna no hay atmósfera que proteja de las radiaciones, lo que provoca oscilaciones extremas de temperatura.
Se desarrollará una cápsula cilíndrica, configurada como un pequeño invernadero, para imitar las condiciones de la Tierra, para, posteriormente, poder someterla a la gravedad lunar. Esta cápsula permitirá extraer conclusiones sobre el impacto de la gravedad y las radiaciones en los cultivos, e incluso sobre el tipo de fertilizante que deberá utilizarse para optimizar la agricultura en la Luna.
La primera cápsula se enviará con la estación espacial China y en 2024 se realizarán nuevos lanzamientos con cápsulas de mayor tamaño y destino a la Base Lunar Artemisa, en colaboración con la NASA.