IBMA España apuesta por la bioprotección

31/05/2021

Estefanía Hinarejos Esteve ~ Directora de la Asociación IBMA España

Desde IBMA España queremos destacar el claro papel que van a jugar las herramientas de bioprotección (biocontrol), para llegar a los objetivos generales de la ‘Estrategia de la Granja a la Mesa’, que establece objetivos concretos a alcanzar en los próximos 10 años, entre los que se encuentran la reducción en un 50% del uso y riesgo de fitosanitarios químicos y la necesidad de conseguir, al menos, que un 25% de las tierras agrícolas europeas se cultiven bajo el sistema productivo de Agricultura Ecológica y un 10% de áreas de biodiversidad.


El papel que va a jugar esta industria queda claramente reflejado en los datos que se extrapolan de la encuesta realizada de forma completamente confidencial e independiente, que refleja datos de “grandes jugadores de la bioprotección” en el año 2018:

  • El mercado Europeo de biocontrol alcanzó 1.015 millones de euros en sus cuatro categorías principales de productos (macroorganismos, microorganismos, sustancias naturales y semioquímicos), representando con ello aproximadamente un 6% de lo que supone el mercado fitosanitario.
  • Existe claramente una tendencia creciente entre el 2016 y 2018, para cada una de las categorías principales de productos, mostrando un tremendo crecimiento durante los últimos 3 años. Las ventas entre 2016 y 2018 en el 38% de los encuestados (submuestra analizada en mayor profundidad), muestran que el sector de los agentes de control biológico invertebrados aumentó en un 50%, mientras que el sector de microorganismos y semioquímicos casi supuso el doble, y casi un triple el sector de las sustancias naturales.
  • Las PYMES siguen siendo predominantes en esta industria.

Revisión de la directiva de uso sostenible (SUD)

Esta revisión nos brinda la oportunidad de que realmente podamos convertir la GIP (Gestión Integrada de Plagas) en un deber, y la bioprotección en el eje pivotal de dicha gestión integrada: solo es posible racionalizar el uso de fitosanitarios químicos tradicionales si los combinamos con la bioprotección; solo es posible mantener y restaurar la biodiversidad si la promocionamos mediante el uso de elementos vivos, o mediante elementos que disminuyan el riesgo de medrarla.

Lo siguiente al marco de la Directiva de Uso Sostenible será la redacción de un Plan de Acción Nacional donde se fomente la bioprotección y se aliente a los agricultores (mediante, por ejemplo, Planes Estratégicos Nacionales ligados con la PAC) a una mayor adopción de estas herramientas y de cualquier estrategia que fomente y preserve la biodiversidad, sin que ello signifique pérdida de control de plagas y enfermedades, o de rendimiento.

Por ello, desde IBMA España queremos transmitir el siguiente mensaje:

  • IBMA España apoya plenamente el objetivo básico de la DUS (Directiva de Uso Sostenible), que indica la necesidad de conseguir un uso sostenible de plaguicidas mediante el uso de una Gestión Integrada de plagas (GIP). Pero indicar una necesidad no es suficiente para que una medida se cumpla; es necesaria la implementación de forma obligatoria.
  • GIP (Gestión Integrada de Plagas), significa trabajar primero con conceptos agronómicos y biológicos, trabajar primero con el uso de métodos y productos sostenibles biológicos, físicos y químicos con un perfil bajo riesgo, antes de utilizar productos fitosanitarios químicos tradicionales. El orden “piramidal” en el uso de técnicas y herramientas, donde solo se encuentra en la punta de la pirámide dicho control químico tradicional es importante para poder crear cultivos más sostenibles y resilientes. La GIP no es solo alternar y reducir, sino crear el entorno adecuado para que exista vida, y que exista con ello regeneración autónoma y biodiversidad.

Informar, incentivar y medir

Necesitamos poner en marcha los mecanismos adecuados para propiciar la transición a sistemas “regenerativos” que se vean respaldados por el uso de tecnologías biológicas y también que se basen en la observación y el monitoreo, facilitado por las nuevas tecnologías digitales. Para ello es necesario informar, incentivar y medir: no hay otra forma de poner en marcha los mecanismos adecuados y ver, de una forma cuantitativa, los resultados:

  • Incentivar y capacitar mediante la inclusión del uso de bioprotección en los eco-esquemas de la PAC. También mediante medidas que bonifiquen el conocimiento en este terreno y mejoren los planes de formación profesional.
  • Definir para poder medir: No podemos ni medir ni incentivar sin una definición de lo que es la bioprotección y sin que se conozca de qué estamos hablando. Debemos esforzarnos por armonizar una definición a nivel europeo y que sea trasladable a nivel nacional. Solo así conseguiremos medir el crecimiento en el uso de medidas favorecidas por la “Estrategia de la Granja a la Mesa”, y los objetivos de reducción de uso de fitosanitarios de síntesis química o con perfil toxicológico de alto riesgo, que deben de ir acompañados por objetivos de aumento en el ámbito de la bioprotección y Gestión Integrada de Plagas y enfermedades. Los agricultores no pueden saber cuánto avanzan si no tienen algo medible y cuantificable. Tampoco pueden avanzar en este camino si no disponen de las herramientas adecuadas y no se apoya su puesta en mercado.
  • Informar: Es necesario explicar y resaltar los beneficios ambientales del uso de la bioprotección, la Gestión Integrada de Plagas y otros métodos no químicos. Solo así podemos crear conciencia y llegar al público en general y, sobre todo, a aquellos que toman decisiones. El uso de herramientas de bioprotección ha de resaltarse y estar vinculado a cualquier esquema de certificación agrícola.

Es una necesidad que en el camino de la información el principal involucrado sea la administración competente, y dicha información se haga a través de la base de datos de productos fitosanitarios nacional, distinguiendo entre soluciones químicas y de bioprotección. La base de datos debería indicar no solo las soluciones, sino los cultivos y usos permitidos. Si apostamos por sistemas agrícolas y alimentarios resilientes y seguros, necesitamos instrumentos legislativos apropiados y que la Directiva de Uso Sostenible se redacte de manera que se cumpla la implementación de sus objetivos, a nivel de Estados miembros.

Este año 2021 volveremos a repetir nuestra encuesta de mercado, conscientes de que con ello contribuimos a la visibilidad y la importancia de la industria del biocontrol en Europa.

Grupo operativo Salud-Olivar

Conscientes de la necesidad de informar, e incentivados por la creación y funcionamiento del grupo operativo supra-autonómico SALUD-OLIVAR, cofinanciado en un 80% con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea, y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, y suponiendo una inversión total de 384.830,96€, IBMA España participa en un proyecto de innovación, liderado por la empresa granadina DOMCA, integrado por DCOOP (Málaga), la empresa de I+D NEVAL (Valencia), Visiona IP (Madrid), y el Centro Tecnológico AINIA (Valencia).

El principal objetivo de este grupo de trabajo es el de desarrollar métodos de origen natural para combatir aquellas plagas que suponen una potencial amenaza para el sector olivarero. Aunque actualmente existen estrategias para la gestión de plagas y enfermedades del olivo, éstas suelen basarse en prácticas poco tecnificadas o en el uso de fitosanitarios químicos, y nuestro objetivo concreto, en línea con la Directiva de Uso Sostenible, es la de marcar como prioridad el uso de herramientas biológicas y tecnologías de bioprotección, y dar confianza a los agricultores para que se pueda hacer la necesaria transición a un sistema alimentario sostenible.

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